martes, 20 de diciembre de 2016

Vocabulario de Población I: evolución y distribución. Ud 5.


Vocabulario de Ud 5.- Evolución y distribución de la población española.

Guión.

Introducción.

Demografía: Ciencia que estudia la población cuantitativamente a partir de los datos obtenidos en distintas fuentes demográficas.

Crecimiento natural o vegetativo: Es la diferencia entre el número de nacimientos y el número de defunciones de una población en un determinado periodo de tiempo.

Crecimiento Real de la población: Diferencia entre el crecimiento natural y el saldo migratorio. Para calcular el crecimiento real de la población de un lugar determinado, no solamente hay que tener en cuenta los nacimientos y las defunciones sino también emigración y la inmigración en ese lugar.

Involución demográfica: Fenómeno demográfico por el que una población en continuo crecimiento cambia de signo y presenta una disminución del número de nacimientos ante un aumento de la tasa de mortalidad.


1- La distribución de la población.

1.1.- Las características de la distribución.

Densidad de población: Medida de distribución de la población de un espacio, que es equivalente al número de habitantes dividido entre el área donde habitan. Indica el número de personas que viven en cada unidad de superficie, y se expresa en habitantes por km².


2.- Evolución y factores explicativos.

Tasa de fecundidad: Proporción entre los nacidos vivos en un periodo de tiempo concreto (normalmente un año) y la cantidad de mujeres fértiles (entre 15 y 45 años) que existen durante ese periodo. Por ejemplo, la tasa de fecundidad de España en 2015 fue de 1,31.


3.- La evolución de la población española a través de los regímenes demográficos.

Tasa bruta de natalidad: Relación entre el número de nacimientos en un periodo de tiempo (normalmente un año) por cada mil habitantes de ese lugar. Para su cálculo se dividen los nacimientos de ese periodo por el número medio de habitantes del lugar durante ese periodo y se multiplica por mil. El resulta se expresa en tantos por mil %o.

Tasa bruta de mortalidad: Relación entre el número de defunciones en un periodo de tiempo (normalmente un año) por cada mil habitantes de ese lugar. Para su cálculo se dividen las defunciones de ese periodo por el número medio de habitantes del lugar durante ese periodo y se multiplica por mil. El resulta se expresa en tantos por mil %o.


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3.1.- El régimen demográfico antiguo hasta principios del siglo XX.

Régimen demográfico: Cada etapa por la que pasa la evolución del movimiento natural de una población en la que la natalidad, la mortalidad y el crecimiento natural presenta características homogéneas.

Esperanza de vida: Es la la media de años que se espera que una persona viva cuando nace. Se calcula sumando la edad media a la que se mueren todas las personas de un lugar en un año.

Tasa de mortalidad infantil: número de niños menores de un año fallecidos en un lugar por cada mil nacimientos producidos en un año. Su tasa se calcula dividiendo los menores muertos entre el total de de nacimientos y multiplicándolos por mil. En España en 2015 fue de 3%o.

Mortalidad catastrófica: es el nombre con el que en demografía se conoce al tipo de mortalidad anual que difiere de la mortalidad habitual, como consecuencia de algún acontecimiento que eleva de forma puntual la tasa de mortalidad.


3.2.- La transición demográfica: 1900 – 1975.

Modelo de transición demográfica: Teoría demográfica que explica de forma gráfica las sucesivas fases por las que ha pasado una población en función de su natalidad, mortalidad y su resultado, el crecimiento vegetativo o natural. Generalmente se consideran cuatro fases: régimen demográfico antiguo, transición, moderno y el último, el de involución demográfica.

Fase de Transición demográfica: Define el proceso de rápido descenso de la mortalidad mientras que la natalidad desciende de modo más lento. Durante esta etapa la población de un lugar pasa de un régimen demográfico antiguo a uno moderno.

Baby boom: Equivalente a la expresión castellanizada “explosión de natalidad” que se utiliza para denominar los periodos posbélicos, en los que tras unos años con descensos natalicios, aumenta considerablemente la natalidad. En España se aplica para designar a la explosión de la natalidad en los años 50 y 60; mientras que en Europa fue tras la IIGM.

Subnatalidad: Se refiere a cuando tasa de natalidad es inferior a la natalidad habitual de un periodo determando; suele ocurrir a consecuencia de un acontecimiento extraordinario como la guerra civil española.

3.3.- El régimen demográfico actual: a partir de 1975.

Envejecimiento demográfico: Se considera que una población está envejecida cuando el porcentaje de ancianos (mayores de 65 años) es superior al 12% de la población total. Sus causas son el aumento de la esperanza de vida y el descenso de la natalidad.

Relevo generacional: porcentaje de hijos por mujer necesario para asegurar el mantenimiento de la población, es decir, que los nacidos iguales en número a los fallecidos. La tasa de reposición es de 2,1 hijos por mujer, también llamado reemplazo generacional.

Malthusianismo: Corriente ideológica que postula la reducción voluntaria de la natalidad.



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3.4.- El futuro del movimiento natural de la población española.

Proyección demográfica: previsión sobre la evolución futura de los diversos aspectos de la población española para un cierto número de años. Las proyecciones constituyen una base imprescindible para una adecuada toma de decisiones en múltiples campos: educación, sanidad, pensiones, etc.

4.- Los desequilibrios territoriales en el movimiento natural de la población.

5.- Práctica: Pirámide demográfica.

Pirámide de población: Representación gráfica de barras de la composición de la población según su edad y sexo o género en una fecha determinada.

Tasa de masculinidad: Relación entre el número de hombres que hay en un territorio y el número de mujeres expresado en tantos por ciento.
Generación Hueca: Conjunto de personas que no han nacido en años de guerra, epidemias o emigración. En las pirámides de población, la ausencia de estos efectivos demográficos se refleja en lo que se denominan muescas, estrangulamientos o entrantes en las cohortes de población.

Pirámide de población de parasol: es aquella cuya base es ancha por las altas tasas de natalidad; la población disminuye rápidamente hacia la cima por tasas de mortalidad elevadas y esperanza de vida baja; y los ancianos son poco numerosos.

Pirámide de población de ojiva o campana: es aquella cuya base es moderada porque la natalidad se ha ido recortando, aunque de forma suave, de modo que todavía permite el relevo generacional.

Pirámide de población en forma de urna: es aquella cuya base es estrecha y remetida, debido a una natalidad baja y en descenso.

Cohorte de población: grupo humano que ha experimentado un acontecimiento demográfico en un mismo periodo de tiempo. Por ejemplo: Una Cohorte de nacimientos la constituirán todas las personas que han nacido durante un mismo intervalo de tiempo, como el mismo año o el mismo lustro, o la misma década,







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19/12/16

martes, 13 de diciembre de 2016

Evolución y distribución de la población española.Ud 5

Ud 5.- Evolución y distribución de la población española.

  • Los efectivos demográficos y su evolución.
  • Características y factores de la densidad y la distribución espacial.
  • La dinámica natural.

Guión.

1.- La distribución de la población.

1.1.- Las características de la distribución.

2.- Evolución y factores explicativos.

3.- La evolución de la población española a través de los regímenes demográficos.

3.1.- El régimen demográfico antiguo hasta principios del siglo XX.

3.2.- La transición demográfica: 1900 – 1975.

3.3.- El régimen demográfico actual: a partir de 1975.

3.4.- El futuro del movimiento natural de la población española.

4.- Los desequilibrio territoriales en el movimiento natural de la población.



Introducción.

La población española actual presenta un resparto desigual en el espacio; un bajo crecimiento natural, acentuado durante la crisis económica de 2008, llegando incluso a ser negativo durante 2015. Esta llegada a la fase de “involución demográfica” es el resultado de un largo proceso (transición demográfica) que describiremos pormenorizadamente a continuación. También explicaremos como se distribuye la población actualmente: cuales son sus áreas más y menos densas, y sus factores explicativos.

1.- La distribución de la población.

1.1.- Las características de la distribución.

El volumen de la población española ascendía en 2015 a 46,6 millones de personas. Su distribución espacial se analiza mediante la densidad de población, que relaciona la población de una zona con su superficie en km2. Su fórmula es Densidad = Población / superifice en km2.

La densidad de población española ha aumentado con el tiempo hasta alcanzar los 92 habitantes/km2 en 2015, un valor moderado e inferior a la media de la Unión Europea (111 habitantes/km2) en 2015. Sin embargo, esta cifra media esconde fuertes contrastes espaciales entre áreas de concentración, que superan claramente el promedio nacional, y áreas de despoblamiento, donde no se alcanzan los 25 hbs/km2.

Las áreas de alta densidad se sitúan en Madrid, la periferia peninsular, Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla.
Las áreas de baja densidad se localizan en el interior peninsular.

Además, en todas las áreas son mayores las densidades urbanas, que las rurales; y las de la franja costera que las del interior; correspondiendo los valores más bajos a los territorios de montaña (menos de 10 hb/km2).


2.- Evolución y factores explicativos.

La distribución actual de la población es el resultado de una evolución en la que han intervenido diversos factores.

a.- En la época preindustrial, hasta mediados del siglo XIX, la economía era básicamente agraria, por lo que los factores naturales tuvieron mayor peso en la distribución de la población. Así, las mayores densidades se hallaban en las zonas con relieve llano y de baja o moderada altitud; proximidad al mar o a los ríos. Estas zonas eran la costa levantina, los valles atlánticos y los valles fluviales del interior peninsular.

No obstante, también influían factores humanos, sobre todo la coyuntura económica, que atraía población hacia las zonas más dinámicas. Así, en el siglo XVI, el descubrimiento de América dio a Castilla gran prosperidad económica, convirtiéndola en la zona más densamente poblada de la Península. En el siglo XVIII, la crisis económica y demográfica, más prolongada en tierras castellanas, originó migraciones hacia la periferia, donde se desarrollaba un floreciente comercio marítimo. Como consecuencia, en el siglo XVIII la distribución se había invertido: las densidades más altas estaban en la periferia (regiones costeras e insulares) y las más bajas, en el interior peninsular.

b.- En la época industrial, entre mediados del siglo XIX y la crisis de 1975, se consolidó una economía industrial y urbana, por lo que los factores naturales perdieron peso. En esta época se agudizaron los contrastes en la distribución de la población.

Aumentaron su peso Madrid (capital administrativa, política y financiera de España) y las regiones periféricas, en unos casos por su alto crecimiento natural (Galicia, Andalucía y Murcia) y en otros casos por la instalación de actividades económicas que atrajeron población. Primero, la industria en Asturias, Cataluña y País Vasco, a las que se sumaron más tarde los ejes del Ebro y del Mediterráneo y algunos focos aislados. Y con posterioridad, el turismo en el litoral mediterráneo e insular.

Mientras, las regiones del interior, con mayor peso en las actividades agrarias e industriales tradicionales y de los servicios de baja cualificación, mantuvieron sus bajas densidades a causa de la emigración hacia las áreas más dinámicas nacionales y extranjeras.

c.- En la época posindustrial, desde la crisis de 1975, influyen nuevos factores que mitigan y refuerzan los contrastes en la distribución de la población. Mitigan los contrastes la crisis industrial de 1975, que frenó las migraciones interiores a las áreas industriales e incluso provovó retornos; y en la actualidad, la tendencia a la difusión espacial de población y algunas actividades económicas, y las políticas de desarrollo endógeno de las comunidades autónomas. Y refuerzan los contrastes la mayor concentración en Madrid y en los ejes Mediterráneo y del Ebro de los nuevos factores de desarrollo, servicios avanzados y tecnología, y de la inmigración extranjera.


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3.- La evolución de la población española a través de los regímenes demográficos.


La evolución del movimiento natural de la población (natalidad, mortalidad, crecimiento natural) de la población española ha pasado por tres etapas o regímenes demográficos durante los cuales la natalidad, mortalidad y el crecimiento natural presentan rasgos homogéneos. Estas etapas son el régimen demográfico antiguo, la transición demográfica y el régimen demográfico moderno. El paso de unas etapas a otras ha sido más tardío que en otros países europeos.


3.1.- El régimen demográfico antiguo: hasta principios del siglo XX.

El régimen demográfico antiguo se mantuvo en España hasta principios del siglo XX. Se caracterizó por altas tasas de natalidad y de mortalidad y por un crecimiento natural bajo.

a.- La natalidad presentaba valores elevados debido a dos causas principales:

El predominio de una sociedad y una economía agrarias, en las que los hijos ayudaban desde muy pronto en las labores del campo; eran muy baratos de mantener; y aseguraban el porvenir de los padres y las madres, dado que no había seguros de accidentes, enfermedad o jubilación.

La inexistencia de sistemas eficaces para controlar los nacimientos. La única posibilidad era retrasar el matrimonio en las coyunturas económicas de crisis, con el consiguiente acortamiento de periodo fértil de la mujer y el descenso del número de hijos.

b.- La mortalidad general era alta y oscilante. Sus causas eran el bajo nivel de vida y las precarias condiciones médicas y sanitarias.

La dieta alimenticia era escasa, por la baja productividad agraria; y desequilibrada por falta de proteínas: el pan era alimento básico y escaseaban la carne, la leche y los huevos. Como consecuencia, la mayoría de la población estaba mal nutrida y debilitada.

Las enfermedades infecciosas transmitidas a través del aire (tuberculosis, bronquitis, pulmonía, gripe) o del agua y los alimentos (diarreas) tenían alta incidencia. A ello colaboraban el atraso de la medicina, el desconocimiento de las vías de transmisión de las enfermedades, y la falta de higiene privada y pública (tardío establecimiento de servicios de agua potable, alcantarillado y recogida de basuras).

A la elevada mortalidad general se sumaban momentos de mortalidad catastrófica causada por epidemias, guerras y malas cosechas de cereales, que provocaba la subida del precio del grano y el hambre y la muerte de quienes no podían pagarlo.

La mortalidad infantil era también alta, tanto la neonatal (las cuatro primeras semanas) como la posneonatal (entre las cuatro semanas y el año) por desnutricción e infecciones.

La esperanza de vida era baja, debido sobre todo a la elevada mortalidad infantil y materna.

c.- Como consecuencia de las altas tasas de natalidad y de mortalidad el crecimiento natural era bajo y presentaba oscilaciones debidas a las crisis de sobremortalidad.


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3.2.- La transición demográfica: 1900 – 1975.

La transición entre el régimen demográfico antiguo y el actual tuvo lugar entre 1900 y 1975. En comparación con otros países de Europa Occidental, se inició más tarde, pero duró menos y por tanto, fue más intensa. Se caracterizó por una disminución suave de la natalidad, un brusco descenso de la mortalidad y, en consecuencia, un elevado crecimiento natural.

a.- La natalidad descendió de forma suave y discontinua, alternando periodos de mayor decrecimiento con otros de recuperación, en relación con aconte
cimientos históricos.

Entre 1900 y 1920, la natalidad descendió al inciciarse el control voluntario de los nacimientos mediante sistemas tradicionales. En ello influyeron una mayor supervivencia de los hijos al reducirse la mortalidad infantil; y las desfavorables repercusiones de la I Guerra Mundial, durante la cual la exportación de productos a los países beligerantes motivó una fuerte subida de los precios para la mayoría de la población.

En la década de 1920, la natalidad se recuperó gracias a la prosperidad económica.

Entre 1930 y 1956 se reanudó el descenso. Las causas fueron la crisis económica de 1929 y la inestabilidad política de la Segunda República (1931 – 1936); la Guerra Civil (1936 – 1939), que ocasionó subnatalidad; y la situación de posguerra (1940 – 1955), marcada por el exilio de miles de personas y por graves dificultades económicas derivadas de la política autárquica y del bloque internacional. Todo ello impidió la recuperación de los nacimientos que suele seguir a las guerras. La política pronatalista de Franco, que prohibió los anticonceptivos, no compensó esta tendencia.

Entre 1956 y 1975 tuvo lugar una recuperación de la natalidad que algunos demógrafos interpretan como el “baby boom” posbélico retrasado. Se debió al desarrollo económico que siguió al final del bloqueo internacional y de la autarquía.

Entre 1965 y 1975 (últimos años del desarrollismo) disminuyó de nuevo el tamaño familiar. La causa fue la reducción del valor económico de los hijos al consolidarse un modo de vida urbano e industrial, con graves problemas de vivienda, y extenderse los seguros laborales y de vejez.

b.- La mortalidad general descendió de forma acusada durante la transición demográfica, excepto en dos momentos de mortalidad catastrófica: la gripe de 1918 y la Guerra Civil. Las causas fueron el incremento del nivel de vida y los avances médicos y sanitarios, que redujeron los anteriores riesgos de muerte.

El incremento del nivel de vida se manifestó en la mejora de la dieta, que durante la década de 1960 superó la malnutrición y la escasez de la posguerra; y el crecimiento del nivel educativo y cultural, que permitió intensificar la prevención y abandonar costumbres tradicionales nocivas para la salud.

Los avances médicos más destacados fueron las vacunas (triple antivírica) y la comercialización de los antibióticos, que eliminaron la mortalidad catastrófica por epidemias a partir de la gripe de 1918 y redujeron la incidencia de las enfermedades infecciosas. También tuvieron efectos positivos la generalización de los nacimientos en clínicas, que disminuyó la mortalidad materna; y la extensión de la sanidad pública (seguridad social). Los avances sanitarios consistieron en la mejora de la higiene privada y pública: servicios urbanos de agua potable, alcantarillado y recogida de basura.

La mortalidad infantil también decreció, sobre todo la posneonatal causada por infecciones y desnutricción, gracias a las mejoras de la pediatría, la alimentación infantil y el cuidado materno.
La esperanza de vida se elevó, primero por la reducción de la mortalidad infantil y materna; y luego por el descenso de la mortalidad en la edad adulta.

c.- Como consecuencia, el crecimiento natural de la transición fue alto, especialmente entre 1920 – 1965, cuando la mortalidad descendió fuertemente, mientras la natalidad pasaba por dos máximos separados por la Guerra Civil. Desde 1965, el crecimiento se recortó, al estabilizarse la mortalidad en cifras bajas y restablecerse el descenso de la natalidad.


3.3.- El régimen demográfico actual: a partir de 1975.

El régimen demográfico actual se extiende desde 1975 hasta nuestros días. Se caracteriza por bajas tasas de natalidad y de mortalidad y por un escaso crecimiento natural.

a.- La natalidad descendió a partir de 1975 hasta situarse en cifras bajas. En esta situación se distinguen dos momentos:

a.1.- Entre 1975 y 1998 tuvo lugar un descenso brusco de los nacimientos. Así, en 1981, el índice de fecundidad alcanzó la cifra de 2,1 hijos por mujer, el límite que permite reemplazar la población, y continuó decreciendo hasta alcanzar su valor mínimo en 1998 (1,15 hijos por mujer). Las causas fueron los cambios económicos y socioculturales sucedidos en esos años.

La situación económica retrasó la edad del matrimonio, con el consiguiente acortamiento del periodo fértil de la mujer. Primero, como resultado de la crisis de 1975; y desde 1980 por la precariedad laboral y el alto precio de compra y alquiler de vivienda, que dificultaba la emancipación de los jóvenes, y prolongaba su formación y permanencia con los padres.

La sociedad española ha experimentado cambios de mentalidad y de valores desde la transición a la democracia (1975) que han colaborado en el descenso de natalidad. Han terminado adoptándose los planteamientos malthusianos que preconizaban la reducción de la natalidad como remedio para el progreso económico de las sociedades.

Ha disminuido la influencia religiosa; se han despenalizado y difundido los anticonceptivos; y se han legalizado el divorcio y el aborto en ciertos supuestos.

Las mujeres se han incorporado de forma creciente al trabajo fuera del hogar y retrasan la maternidad hasta consolidar su situación laboral. Además, muchas tienen dificultades para conciliar la vida familiar y laboral, dada la escasez de guarderías a precios asequibles y el mantenimiento de comportamientos sexistas en el reparto de tareas domésticas y en el cuidado de los hijos.

Los hijos ya no se consideran un seguro de los padres en la vejez, ante el progreso de la protección social, sino que se aprecia su formación y bienestar, por lo que se prefiere tener menos y atenderlos mejor. Además, los gastos y la dedicación que requieren, compiten con el deseo de los padres de disponer de más ingresos para el consumo y de más tiempo libre para el ocio.

Por otra parte, han ganado importancia las relaciones de pareja sobre las reproductoras y de cuidado de los hijos; y aparecen formas familiares distintas del matrimonio y menos prolíficas (cohabitación, hogares monoparentales de divorciados, maternidad en solitario).



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a.2.- Desde 1998, la maternidad muestra ligeras oscilaciones ligadas a la coyuntura económica y a la inmigración.

Entre 1998 y 2008, la natalidad experimentó una ligera recuperación motivada por la favorable coyuntura económica; los nacimientos retrasados de la generación del “baby boom”; y la inmigración extranjera. Esta última contribuye al aumento de la natalidad sobre todo por el incremento de mujeres en edad fértil, que inicicialmente tenían también una fecundidad más alta que las mujeres españolas (2,3 hijos por mujer las extranjeras, frente a 1,3 las españolas).

Desde 2008, comenzó un nuevo descenso de la tasa de natalidad. La crisis iniciada ese año ha repercutido sobre las familias provocando un enorme incremento del paro, flexibilización laboral, reducción salarial y dificultades para acceder al crédito. Además han disminuido la inmigración y la fecundidad de las mujeres extranjeras (1,6 hijos por mujer en 2014) por su progresiva adaptación al modelo español y por el incremento de las mujeres procedentes de Europa centro oriental (rumanas), con tasas de natalidad muy bajas. En 2015 la tasa de natalidad en España era de un 9%o.

b.- La mortalidad general se mantiene en cifras bajas (8,5%o) . No obstante, la tasa asciende levemente desde 1982 por el envejecimiento de la población ocasionado por el aumento de la esperanza de vida, que incrementa el número de ancianos. Esta tasa experimenta ligeras oscilaciones, pues el aumento de la esperanza de vida en ciertos momentos “pospone” los fallecimientos (la tasa desciende entonces), pero los acumula unos años después (la tasa asciende).

Las causas de la mortalidad general han cambiado. Disminuye la importancia de las enfermedades infecciosas y predominan las llamadas tres “C”: enfermedades cardiovasculares, cáncer y accidentes de carretera. Además, están aumentando las enfermedades ligadas al envejecimiento, como el Alzheimer o demencia senil.

La mortalidad infantil es hoy muy baja (3 %o) y principalmente neonatal por complicaciones en el parto o malformaciones congénitas. Todavía tiene margen para reducirse gracias a los avances médicos.

La esperanza de vida ha aumentado debido a los progresos médicos. No obstante, presenta diferencias entre los sexos, los grupos de edad y el estatus social. (86 años mujeres y 8o a. hombres)

Por sexos, la esperanza de vida femenina es más alta. Las mujeres tienen mayor fortaleza biológica por motivos hormonales e inmunológicos. Sufren menos enfermedades cardiovasculares, principal motivo de enfermedad entre los varones. Además, los hombres han tenido un estilo de vida, en donde han poseido trabajos de mayor dureza física, hábitos de vida menos saludables (alcohol y tabaco); menor cuidado por su salud, más accidentes de carretera. En los últimos años, la aproximación del estilo de vida entre los dos sexos reduce la diferencia de esperanza de vida entre ambos.

Por grupos de edad, las mayores ganancias en esperanza de vida desde 1975 se registran entre los más ancianos (70 y 80 años) gracias a los avances médicos.

Por estatus social, la esperanza de vida es mas alta para las profesiones más cualificadas, que tienen menor mortalidad laboral; y para las clases sociales más adineradas, que pueden acceder a más servicios sanitarios y de mayor calidad.

c.- El crecimiento natural en el régimen demográfico actual es reducido dadas las bjas tasas de natalidad y de mortalidad, aunque con ciertas oscilaciones debidas a las variaciones que experimentan ambas tasas.
3.4.- El futuro del movimiento natural de la población española.

España ha experimentado profundas transformaciones demográficas desde 1975. Ha dejado de ser un país natalista, joven y emigratorio, para convertirse en un país con una de las tasas de natalidad más bajas del mundo, envejecido e inmigratorio.

Estos cambios conllevan otros de orden económico, social y cultural. Por eso los expertos realizan proyecciones demográficas de futuro, para planificar asuntos como la necesidad de plazas escolares o de residencias para la tercera edad; el gasto sanitario o en pensiones; las ayudas sociales, etc. Veamos por tanto, lo que según el INE (Instituto Nacional de Estadística) nos augura la tasa de natalidad, fecundidad y mortalidad:

La tasa de natalidad, que comenzó a decrecer, recientemente, desde 2009, a causa de la crisis económica, seguirá descendiendo al menos hasta 2030. Incluso en el caso de que el número de hijos por mujer recuperase el ligero incremento interrumpido por la crisis. El motivo es la llegada a la edad fértil de la generación de mujeres nacidas en la época de mayor descenso de la natalidad (1985 – 1995) y el incremento de la edad media de la maternidad.

La fecundidad, o media de hijos por mujer, dependerá de la adopción por las mujeres extranjeras de las pautas de feundidad nacionales y de la evolución de la fecundidad de las mujeres españolas. Esta se verá condicionada por las posibilidades de acceso al mercado laboral; por la existencia de políticas efectivas de conciliación de la vida laboral y familiar y del apoyo a las familias (facilidades para acceder a la vivienda, empleo juvenil estable, guarderías a precios asequibles); y por la existencia de una verdadera igualdad en el reparto de las tareas domésticas y familiares. Sobre estas bases, el INE prevé un descenso de la media de hijos a lo largo del periodo.

La tasa de mortalidad, en la actualidad, relativamente baja (8,5%o), crecerá debido al constante envejecimiento de la población. Por su parte, la esperanza de vida continuará aumentando. Actualmente es 8o años para los hombre y 86 años para las mujeres. El crecimiento natural se prevé que se mantenga negativo. El remedio para ese envejecimiento de la población, que en España es actualmente del 17% (el 17% de la población tiene más de 65 años), y para el resto de los países de la UE, es la inmigración.


4.- Los desequilibrios territoriales en el movimiento natural de la población.

En la actualidad, todas las comunidades autónomas cuentan con bajas tasas de natalidad y de mortalidad y un crecimiento natural reducido o negativo. No obstante, existen ciertos contrastes debidos a la diferente estructura por edades (porcentaje de jóvenes y ancianos), resultante de causas heredadas, tradición natalista y migratoria, y de causas actuales, dinamismo económico e inmigración extranjera.

a.- Las comunidades autónomas con mayor dinamismo demográfico cuentan con un crecimiento natural superior a la media por tener tasas de natalidad algo mayores y tasas de mortalidad algo menores. Así, su estructura demográfica está relativamente menos envejecida. Las causas son:

Una tradición más natalista (Murcia, Andalucía, Ceuta y Melilla).

La recepción de inmigrantes jóvenes que colaboran a aumentar ligeramente la natalidad y a reducir la mortalidad, debido a su mayor dinamismo económico en el pasado (industria) y/o en la actualidad (servicios o agricultura avanzados, turismo, tecnología). Es el caso de Madrid, Cataluña, Murcia, Baleares, Andalucía, Navarra, Canarias.

b.- Las comunidades autónomas con menor dinamismo demográfico tienen un crecimiento natural inferior a la media española o negativo por contar con tasas de de natalidad más bajas y tasas de mortalidad más elevadas. Así su estructura demográfica está muy envejecida. Las causas son:

Una larga tradición emigratoria, que las dejó desnatalizadas y envejecidas (Galicia y comunidades del interior peninsular, excepto Madrid).

El estancamiento económico por la prolongada incidencia de la crisis de 1975 sobre su industria y las dificultades para desarrollar nuevas actividades (comunidades de la cornisa cantábrica como Asturias y Cantabria).

Una menor incidencia de la inmigración extranjera durante el periodo de expansión económica 1995 – 2008, agravada por el descenso de ls entradas de inmigrantes a partir de la crisis de 2008 (todas ellas).








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11/12/16

sábado, 10 de diciembre de 2016

Comentarrio de una Cliserie altitudinal (Sierra de Guadarrama).Ud 4.


Técnica: Elaboración y Comentario de una cliserie altitudinal. Pg 102 – 103.







a.- Interpretación del gráfico.


a.1.- Definir la cliserie altitudinal y su tipo.

Es un gráfico que representa la distribución escalonada de la vegetación en función de la altura en las zonas montañosas.

Nivel teórico: representarse sobre un corte topográfico o de forma esquemática mediante un triángulo o pirámide semejante a una montaña. En este caso, se ha optado por la segunda opción. La variación de la vegetación en altura puede realizarse a través de símbolos (iconos en forma de vegetación), colores (franjas coloreadas) o utilizando ambos modelos a la vez.

a.2.- Identificar sus elementos:

Nivel práctico o de aplicación: En la gráfica que nos ocupa, el perfil se representa mediante una pirámide que asemeja una montaña (entre los 0 metros y los 2.500 metros de altitud). El eje vertical mide la altitud en metros de la elevación montañosa y sobre el eje horizontal se dibuja un perfil esquemático. Los colores señalan cada piso altitudinal (franja de distinto color) y los iconos señalan las especies vegetales que ocupan cada piso (encina, roble, haya, pino silvestre, matorral de altura).

b.- Análisis de los pisos vegetales.
b.1.- Indicar los pisos vegetales que se suceden.

En este gráfico podemos encontrar dos pisos claramente diferenciados: el piso basal o forestal, ocupado por el bosque perennifolio en la parte más baja, caducifolio en zonas más elevadas y coníferas (pinares) a mayor altitud, y el piso supraforestal y la cima, donde colonizan el matorral y existe la posibilidad de que aparezca una zona de prado.
Los bosques se extienden desde los 600 metros de la base (altitud media de la Meseta en la zona del centro de la Península) hasta los 2000 metros, variando las especies en función de la altura de la montaña:
  • Entre los 600 y 1200 metros domina la encina (encinar, bosque perennifolio), árbol más característico y extendido del clima mediterráneo. Muy resistente a la sequía, se adapta muy bien a todo tipo de suelos. Tradicionalmente se aprovechaba su fruto, la bellota, para alimento para el ganado, bellota (cerdo ibérico).
  • Entre los 1200 y 1700 coloniza el roble (robledal, bosque caducifolio), árbol que no soporta veranos calurosos y su tolerancia al frío es moderada, exigiendo bastante humedad. . En la actualidad se utiliza en suelos interiores (parqué), muebles, etc.
  • Por encima del roble, a unos 1800 metros, quedan hayas (hayedo, bosque caducifolio) residuales. Este árbol, que requiere una gran humedad, tolera mal el calor y se adapta muy bien al frío. Prefiere suelos calcáreos (formados a partir de la descomposición de rocas calizas), lo que explica el poco desarrollo en el Sistema Central donde abunda el suelo silíceo (tierra parda meridional). Su madera es dura y se emplea para realizar muebles, etc.
  • Entre 1800 y 2000 metros se encuentra el pino silvestreo pino albar(pinar, bosque de coníferas, de hojas aciculares), árbol de gran porte (hasta 30 metros de altura), que tolera y se adapta muy bien al frío y a condiciones extremas. Su madera se utiliza para fabricar muebles y en la construcción.

El matorral y los prados dominan las alturas superiores a los 2000 metros, donde el frío impide el crecimiento de los árboles. El matorral incluye especies como la jara, el prado está formado por céspedes y vegetación herbácea que se utiliza como “pasto de diente” para alimentar al ganado.

b.2.- Explicar los factores que influyen en la variación.

Las causas del escalonamiento son las variaciones climáticas ocasionadas por el progresivo incremento de la altitud. Las temperaturas disminuyen una media de 5ºC-6ºC cada 1000 metros de ascenso (gradiente térmico vertical) al tiempo que las precipitaciones se incrementan por el enfriamiento del aire. También es importante la orientación con respecto al Sol (diferencia térmica entre solana y umbría), la exposición a las masas de aire (diferencia de humedad y temperatura entre barlovento y sotavento), la calidad y características edafológicas (de los suelos) y la presencia de agua en la zona (acuíferos, manantiales, ríos, etc.).
El resultado es un escalonamiento climático desde la base a la cima (desde los 600 mts a los 2.500mts). Como consecuencia, también se escalona la vegetación.

La vegetación en las zonas montañosas se degrada en función de la altitud, definiendo distintos pisos dependiendo del clima.

En cuanto a la orientación(barlovento-sotavento y solana o umbría), en esta cliserie no aparece ninguna variación destacada de la vegetación, por tanto ambas vertientes incluyen las mismas especies vegetales. Esto significa que, en las montañas de esta sierra, la orientación no es relevante para diferenciar las especies.

Los suelos también pueden influir: así el roble prefiere más los suelos síliceos que los calizos, mientras que el haya prefiere los suelos calcáreos.


c.- Determinación de la zona geográfica a la que pertenece la cliserie.

Dada la sucesión de formaciones vegetales podemos asegurar que la localización de esta cliserie se halla localizada en una montaña mediterránea, más concretamente en el Sistema Central.

d.- Conclusiones sobre los recursos vegetales.

Según los datos que tenemos, encinar en la base, robledal por encima, más arriba restos de hayedo, y matorral y zonas de pradera en la cumbre, se trata de una zona de montaña mediterránea del interior de la Meseta. Por su altitud (entre los 600 y los 2500 metros) claramente forma parte del Sistema Central.

d.1.- Usos del espacio.

Como ya se ha comentado anteriormente, el espacio forestal puede ser aprovechado a través de la silvicultura (madera, resina, carboneo, micología, etc.), la ganadería aprovechando pastos y frutos silvestres (bellotas, hayucos), y el turismo relacionado con el medio ambiente y los paisajes naturales de montaña (senderismo, turismo rural, turismo de parques naturales, hostelería, etc.). En la actualidad, la sierra de Guadarrama ha sido declarada Parque Nacional.


d.2. Posible evolución del espacio.

La actividades antrópicas han ido cambiando a través de los siglos estos espacios naturales de montaña en zona mediterránea. En la actualidad, ha aumentado exponencialmente la presión económica y demográfica que se ejerce sobre el Sistema Central, del que forma parte la sierra de Guadarrama, poniendo en peligro la biodiversidad de algunas zonas (ecosistemas, especies vegetales y animales) que corren el riesgo de perder valor ecológico y paisajístico si no se logra invertir esta dinámica.

Su declaración como Parque Nacional debe ocasioenarle una mayor protección en valores ambientales, frente a las presiones en la actividadas humana, sobre todo la de tipo urbanístico en sus parajes. No olvidemos que el Área Metropolitana de Madrid, en la que se inserta la Sierra de Guadarrama posee unos 6 millones de habitantes, de ahí esa presión hacia la misma.











09/12/16



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viernes, 2 de diciembre de 2016

Vocabulario de Biogeografía. Ud 4

Vocabulario de la Ud 4.- Las regiones biogeográficas de España.

1.- Factores de diversidad geográfica.

Biogeografía: Rama de la geografía que estudia la distribución de los seres vivos (flora y fauna) sobre la Tierra, así como los procesos que originan, modifican o pueden hacer desaparecere esos seres vivos.

Flora: Conjunto de especies vegetales existentes en un espacio geográfico. La estudia la Botánica.

Vegetación: Disposición o distribución de las especies vegetales sobre la superficie geográfica.

Vegetación Primaria o Climax: Vegetación o cobertura vegetal que se ha establecido por sí misma en un lugar hasta lograr adaptarse al mismo, en ausencia de acciones antrópicas.

Vegetación Secundaria: Vegetación o cobertura vegetal que se origina en un lugar tras la intervención humana.

Repoblación forestal: Conjunto de técnicas que se necesitan para crear una masa de arbórea o de arbustos.

2.- Características de las regiones biogeográficas.

Pisos de vegetación: Se denomina así a la estratificación vegetal en función de la altura en ecosistemas montañosos. Las variaciones se deben al gradiente térmico (0,6ºC x 100 mts)que genera pisos bioclimáticos con vegetación y fauna diferenciada.

Bosque esclerófilo: formación vegetal arbórea que se caracteriza por especies adaptadas a la sequía, evitando en lo posible la evapotranspiración y buscando el agua subterránea.

Bosque perennifolio: formación vegetal boscosa que se caracteriza por especies de hoja perenne como la encina.

Bosque caducifolio: formación vegetal boscosa que se caracteriza por especies de hoja caduca como el haya o el roble.


Matorral, matojal o arbustal: formación arbustiva caracterizada por un tipo de vegetación dominada por arbustos y matas, aunque también puede incluir céspedes y plantas de porte herbáceo.

Sotobosque: Formación arbustiva formada por matas o arbustos que crecen bajo los árboles de un bosque.

Endemismo: Consiste en que una especie vegetal está limitada a un ámbito geográfico muy reducido; por tanto solo es posible encontrarla de forma natural en ese lugar. (Por ejemplo: Manzanilla Real en Sierra Nevada).

Reliquia vegetal: Especie vegetal propia de otras eras geológicas pasadas, con climas diferentes a los actuales, que han sobrevivido en enclaves reducidos: Por ejemplo: robledales en Sierra Nevada.



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3.- Formaciones vegetales de la España peninsular e insular.

Sotobosque: Vegetación formada por matas y arbustos que crecen bajo los árboles de un bosque.

Landa: formación vegetal arbustiva, propio del clima atlántico, tupida, a menudo espinosa, con especies como el brezo, el tojo o la retama.

Prados: Formación vegetal formada por plantas herbáceas de escasa altura.

Dehesa: Bosque formado por encinas, alcornoques, u otras especies arbóreas, con estrato inferior de pastizales o matorrales, destinado al mantenimiento del ganado, a la actividad cinegética y al aprovechamiento de otros productos forestales.

Maquia: Formación arbustiva densa, propia del clima mediterránea, localizada en el área del alcornoque, con especies como la jara, la retama y el tojo.

Garriga: Formación arbustiva de poca altura, con zonas de suelo sin cubrir, propia del clima mediterránea, localizada en el área de la encina, con especies como el tomillo, el romero, etc.

Estepa: Formación herbácea y de arbustos espinosos, propia del clima semiárido, formada por esparto, carrasca y palmito.


Bosque de ribera o Soto: Formación vegetal caracterizada por su vinculación a la ribera de un río o entidad hidrológica equivalente.




4.- La intervención humana y sus consecuencias geográficas.


Desarrollo Sostenible: Crecimiento que logra satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las generaciones del futuro para atender sus posibles necesidades.

Artificialización del suelo: Consiste en su desaparición bajo elementos artificiales: edificios, equipamientos o cualquier infraestructura que hace desaparecer el sustrato natural.

Contaminación ambiental: Presencia en el entorno de cualquier agente (físico, químico o biológico) o bien de una combinación de varios agentes en lugares, formas y concentraciones tales que sean o puedan ser nocivas para la salud, la seguridad o el bienestar de la población.

Cambio climático: Consiste, actualmente, en un aumento global de la temperatura de la tierra.

Deforestación: Destrucción de la cubierta vegetal.

Desertificación: Degradación de las tierras de las zonas áridas, semiáridas, y subhúmedas, hasta adquirir rasgos propios del desierto.

Biodiversidad: Diversidad de especies vegetales y animales que viven en un lugar.

Espacio natural protegido: Lugar concreto del medio natural que por sus valores estéticos y culturales son merecedores de una protección especial.


2 02/12/16 Total de Conceptos. 30.

sábado, 26 de noviembre de 2016

Las regiones biogeográficas de España. Ud 4

Ud 4.- Las regiones biogeográficas de España.

Guión.

1.- Factores de diversidad biogeográfica.

2.- Características de las regiones biogeográficas.

3- Formaciones vegetales de la España peninsular e insular.

4.- La intervención humana y sus consecuencias geográficas.


1.- Factores de diversidad biogeográfica en España.

La Biogeografía es una de las ramas de la geografía que estudia la distribución de los seres vivos (flora y fauna) sobre la Tierra, así como los procesos que la han originado, que la modifican y que la pueden hacer desaparecer. En su estado natural, es decir, sin que haya mediado la actuación humana, la vegetación y la fauna presentan una adaptación a las condiciones del medio.

Con frecuencia aludimos a la cubierta vegetal en términos poco diferenciados, hablando indistintamente de flora y vegetación. Sin embargo, debemos saber que el término “flora” alude al conjunto de especies vegetales existentes en un espacio geográfico, mientras que el de vegetación hace referencia a la disposición de las mismas sobre la superficie geográfica.

La península Ibérica se caracteriza por una extraordinaria diversidad en sus aspectos naturales dotados de vida, como son la flora y la fauna. La riqueza de especies existentes, a las que hay que añadir la propia del archipiélago canario, es consecuencia de su condición de encrucijada y lugar de convergencia de las influencias atlántica y mediterránea, sahariana y europea.

Los factores que intervienen en la biogeografía de la peninsula Ibérica son los siguientes:

Factores Físicos.
a.- El clima de la peninsula Ibérica pertenece a los dominios atlántico y mediterráneo, bien diferenciados por el distinto valor de sus elementos (temperaturas, precipitaciones etc). El clima mediterráneo es el más extendido y un importante factor de diversidad biogeografíca, tanto por los contrastes estacionales como por las gradaciones espaciales, que permiten la aparación de biotopos diversos.

b.- La propia configuración de la peninsula contrapone el interior y el litoral, con una diferenciación climática de claras repercusiones en la vegetación y en la fauna.

c.- El relieve propicia la aparición de un amplísimo hábitat, pues independientemente de la existencia de montañas, depresiones, llanuras, etc; el relieve introduce efectos derivados de la altitud y la orientación, que influyen en las temperaturas, en las precipitaciones, en la insolación, y que vienen a contrarrestar los efectos de la latitud con la altura. Un ejemplo de su variedad lo muestra Granada con su cabeza en la tundra, Sierra Nevada, y sus pies.... en la costa subtropical.

d.- El suelo. Los grandes contrastes litológicos y la diversidad de suelos repercuten en la distribución geográfica de las comunidades vegetales y animales, al tener que adaptarse estas a las condiciones del sustrato o suelo (Por ejemplo: roble y alcornoque solo en suelos siliceos se dan).
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Factores humanos.

e.- La acción humana sobre el medio se manifiesta en la degradación de la cubierta vegetal existente o mediante la introducción de especies vegetales (repoblación forestal) o animales (repoblaciones de fauna). Cuando la vegetación de una zona es el resultado de la intervención humana se denomina vegetacion secundaria.

En definitiva, la vegetación y la fauna ofrecen una considerable diversidad y, si bien, representan en mayor medida a los ecosistemas mediterráneos, también se hallan presentes en nuestras tierras las comunidades de la Europa atlántica y hasta la singularizada de Canarias.

2.- Características de las regiones biogeograficas.

En nuestro planeta, la vegetación se distribuye en grandes conjuntos florísticos, denominados reinos florales, subdivididos en regiones. En esta división biogeográfica del mundo, España pertenece al denominado reino holártico boreal, que se extiende sobre los continentes al norte del Trópico de Cáncer. Este reino comprende once regiones, de las cuales están presentes en España las siguientes cuatro regiones florales: la región boreoalpina (zonas más elevadas de los Pirineos y dela Cordillera Cantábrica); región eurosiberiana (norte peninsular y algunos sectores de los sistemas Central e Ibérico); mediterránea (resto de la península). Las islas Baleares forman parte de la mediterránea, y las islas Canarias, de la región macaronésica.

a.-La vegetación de alta montaña o montaña boreoalpina.

El paisaje de alta montaña domina las sierras más elevadas de los Pirineos y de la Cordillera Cantábrica, principalmente. El clima se caracteriza por las bajas temperaturas (inviernos largos y veranos breves y frescos), así como las abundantes precipitaciones. Con esos factores climáticos citados, la vegetación de los paisajes de alta montaña se dispone en diferentes pisos debido a que las temperaturas y las lluvias de montaña varían según la altitud.

Debe tenerse en cuenta la orientación o exposición tanto en relación con los vientos dominates como al sol. Así, las laderas orientadas hacia los vientos dominantes (barlovento), cargados de humedad, recibirán la mayor parte de las precipitaciones; pasando el aire con menos humedad a las vertientes opuestas debido al efecto foehn, a (sotavento), que serán por tanto más secas.

Por su parte la exposición a mayor horas de sol (solana) o menos horas de sol (umbría), genera que sean más cálidas o frías, según sea vertiente norte (umbría) o vertiente sur (solana). Por esta razón, la distribución de la vegetación en pisos no comienza en la misma cota en sendas vertientes, generando una asimetría en las disposición de los pisos de vegetación. Alpujarra VS Marquesado.

En general, en las montañas citadas de la región boreoalpina, se sucede el bosque hasta la zona donde la temperatura media anual alcanza los 10ºC; los matorrales a partir de la altura donde el frío impide el crecimiento de los árboles; los prados y pastizales de hierbas y matas enanas en las zonas cubiertas por la nieve muchos meses; y las plantas rupícolas adaptadas a vivir sobre las rocas o en el interior de sus grietas y fisuras (líquenes y musgos).

b.- La región eurosiberiana:

Ocupa la fachada atlántica española,(provincia atlántica), el macizo pirenaico y las zonas húmedas de los sistemas Central e Ibérico. Se caracteriza por una vegetación exuberante, como corresponde a un clima de temperaturas suaves y humedad abundante y bien distribuida a lo largo del año.
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Estas condiciones, unidas a las edáficas, permiten el desarrollo de un bosque caducifolio que alcanza los 25 – 30 metros de altura y cuya frondosidad reduce considerablemente el acceso de la luz solar hasta el suelo, dificultando el desarrollo del estrato arbustivo y herbáceo.

Pese a los rasgos del conjunto que ofrece la región, pueden distinguirse dos provincias: la atlántica, que comprende el norte y noroeste peninsular y otra, incluida en la zona mediterránea montañosa (provincia submediterránea), la cual se extiende desde la anterior hacia los Sistemas Central e Ibérico, ocupando también la vertiente meridional del Pirineo.

c.-La región mediterránea.

Ocupa el resto de la Península y el archipiélago balear. El principal rasgo de la vegetación es su carácter perennifolio, que deriva de las exigencias de adaptación al medio que impone el clima. El clima mediterráneo presenta una sequía estival muy prolongada a las que se han adaptado las plantas desarrollando mecanismos para reducir la evapotranspiración y alcanzar la humedad del suelo. Por eso, la vegetación mediterránea tiene hojas pequeñas y coriaceas, y una raíz extensa y profunda que se hunde vigorosamente en el sustrato. Además del bosque perennifolio, también se dan las formaciones arbustivas de la maquia, la garriga y la estepa.

d.- Región macaronésica:

El archipiélago canario pertenece a esta región. Sus principales rasgos son la variedad florística y la elevada proporción de endemismos (formaciones vegetales propias y exclusivas), así como reliquias (especies vegetales propias de otras eras geológicas pasadas con climas diferentes, que han sobrevivivido en enclaves muy reducidos). Esta variedad procede de la convergencia en el archipiélago de las variadas influencias del mundo holártico y mediterráneo con las africanas, mientras que la insularidad ha fortalecido los caracteres autóctonos. Teniendo en cuenta la constitución volcánica de las islas y la presencia de la montaña, la vegetación tiene una clara tendencia a la estratificación por pisos altitudinales.

3.- Formaciones vegetales en la España peninsular e insular.

La vegetación climax es cuando ha llegado a su evolución máxima y solo influyen los factores físicos. La etapa final de la evolución de las especies vegetales es el bosque, el cual es una formación natural compuesta por tres elementos: los árboles, el sotobosque o arbustos y los herbáceos. En España la intervención del hombre ha causado que el porcentaje de vegetación natural o climax sea muy escaso y predomine la vegetación degradada.

Cuando el bosque se deteriora es sustituido por una formación de matorrales. En un estado superior de degradación aparecen la pradera y la estepa. La vegetación secundaria se debe a la acción humana: las colonizaciones forestales, las roturaciones agrícolas, los incendios y el pastoreo han sido los principales causantes de la merma del bosque caducifolio y mediterráneo, posibilitando que otras especies como las coníferas o los eucaliptos (de mayor aprovechamiento económico) sustituyan a las especies autóctonas. En España existen cuatro grandes tipos de bosques, aparte de la la vegetación tan singularizada de Canarias:






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a.- La vegetación de alta montaña o boreoalpina.

El paisaje de alta montaña domina en las sierras más elevadas y de mayor latitud en España: Pirineos y Cordillera Cantábrica.

a.- En los Pirineos podemos distinguir hasta cuatro pisos de vegetación, que son:

El piso basal (hasta 1.200 metros) incluye sucesivamente encinas, robles o quejigos, y hayas.

El piso subalpino(entre los 1.200 – 2.400 metros) reúne coníferas naturales, como el pino silvestre, el abeto, ..

El piso alpino (entre 2.400 y 3.000 metros) es el dominio del prado y el pastizal. También abundan los sectores de roca desnuda y los canchales, donde crecen pequeñas plantas rupícolas.

El piso nival (por encima de los 3.000 metros) tiene espacios de topografía algo plana o de pendiente reducida, donde la nieve se mantiene todo el año y no existe vegetación; y espacios de fuerte inclinación, donde la nieve desaparece cierto tiempo y crecen pequeñas plantas rupícolas.

b.- La montaña atlántica boreoalpina está representada, sobre todo, por la vertiente norte de la Cordillera Cantábrica. En ella se suceden un piso forestal del bosque caducifolio; un piso supraforestal de landa; y una cima (la zona más elevada),.., con prados.


b.- El bosque caducifolio o de frondosas de la región eurosiberiana.

Propio del clima oceánico y formado por árboles de hoja caduca. Dentro de esta región distinguimos la provincia atlántica y la submediterránea. La provincia atlántica representada por los hayedos y los robledales. El haya es el árbol por excelencia de las montañas fresco-húmedas. Se adapta a los suelos silíceos y calizos y se extiende desde Galicia hasta el Pirineo.

A menor altura que el haya, por lo general, a menos de 1.000 metros, se sitúa el roble, el cual prefiere los suelos silíceos. La destrucción parcial de los bosques de hayas y robles dio paso a la introducción del castaño y, después, a su sustitución por el pino para la explotación maderera.

La repoblación con especie de crecimiento rápido y de aprovechamiento económico, como el pino (madera y resina) y el eucalipto (celulosa y pasta de papel), han sido muy criticadas porque las hojas de ambos árboles colaboran a la acidificación y al empobrecimiento del suelo; además de ser especies que arden con más facilidad en caso de incendio.

La degradación de los bosques caducifolios atlánticos origina la aparición de un matorral muy tupido denominado landa. Sus especies más abundantes son el brezo, el tojo, la retama, que se han utilizado como cama de animales y luego como abono. Finalmente la eliminación de bosques y landas ha dado lugar a los prados, base de la cabaña ganadera del norte de España.

La provincia submediterránea: su orientación a solana y al resguardo de los vientos atlánticos permite la aparición de especies adaptadas a la región eurosiberiana y mediterránea: roble, pino y quejigo. El bosque marcescente de rebollo y quejigo es propio del clima oceánico de transición. Es menos denso y de árboles menos altos, que mantienen sus hojas secas hasta el nacimiento del nuevo brote para proteger las yemas del frío. Sus bellotas se utilizan para la alimentación del ganado.
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c.- El bosque esclerófilo mediterráneo.

Formado por árboles de hoja perenne, tiene como especie más representativa a la encina. La encina forma parte de un bosque poco denso. Sus ramas crean copas globulares y amplias, que proyectan sombra sobre el suelo para mitigar la insolación y la evaporación. Posee un rico sotobosque, con especies como el piorno o la retama, ya que los árboles se sitúan algo apartados unos de otros y la luz solar penetra con facilidad. Los bosques mejor conservados de encinas se hallan en Sierra Morena y Extremadura.

La gran extensión del área ocupada por la encina obedece a su carácter acomodaticio, que le permite ocupar suelos y climas diversos, y alcanzar altitudes de hasta 2.000 mts en Sierra Nevada, gracias a su capacidad para resistir las frías temperaturas invernales. Pese a que la encina es la especie más extendida, en ocasiones es desplazada por otras especies.

Así sucede sobre suelos silíceos y en zonas de temperaturas suaves, mayor precipitación y moderada aridez estival, donde es sustituida por el alcornoque, cuya singular corteza, el corcho, es objeto de explotación industrial. Necesita el alcornoque más humedad que la encina (500 mm) e inviernos suaves. Se concentra en el suroeste peninsular, en sectores del sur de Andalucía (de Cádiz a Málaga) y en el noreste de Cataluña.

La acción humana ha supueto cambios en la vegetación natural del bosque esclerófilo mediterráneo. En primer lugar, la reducción de su extensión por la pérdida de muchos de sus usos tradicionales; el obstáculo que representan los árboles para la mecanización agraria; amén, de los incendios forestales. En segundo lugar, la modificación para uso agropecuario mediante el sistema de la dehesa.

La dehesa consiste en aclarar el bosque de encina y alcornoque para combinar su conservación con la protección del suelo por los mismos árboles, con el aprovechamiento agroforestal del fruto, la leña, la corteza de los árboles (corcho); la práctica de la ganadería y del cultivo; y otros usos, como la caza (actividad cinegética).

La repoblación con pinos se han extendido por amplias zonas. Se valora su adaptación a condiciones climáticas extremas (frío, calor, aridez y humedad) y a suelos diversos; su rápido crecimiento, y su aprovechamiento económico.

La degradación del bosque ha extendido las formaciones arbustivas de matorral por amplias zonas. El matorral mediterráneo peninsular no es una formación climax sino resultado de esa degradación referida. Presenta tres tipos característicos: la garriga, la maquia y la estepa.

La forma de matorral más extendida es la garriga; se sitúa esta en el área de la encina, cuyas especies más características son el romero, el tomillo y el espliego. La garriga está formada por esos arbustos de poca altura, dejando algunas zonas del suelo sin cubrir.

Por su parte, la maquia, se localiza en el área del alcornoque, con especies tan significativas como la jara, la retama y el tojo es otra de las formas de matorral mediterráno. Es la maquia una formación arbustiva de más de dos metros de altura, muy densa y casi impenetrable.

En las zonas más secas, caso del sureste peninsular, se desarrolla la estepa, una formación herbácea formada por esparto, carrasca y palmito. Está formada por hierbas bajas, entremezcladas con arbustos espinosos, bajos y discontinuos, que dejan al descubierto suelos pobres. La estepa es propia de las áreas semiáridas del sureste peninsular y del valle del Ebro, donde la sequía impide el crecimiento de los árboles y de las zonas donde la garriga ha sido degradada por la acción humana.
El matorral mediterráneo tiene diversos usos: en perfumería (“Sensiet Fragances”); en la medicina natural o en la industria farmacéutica; así como, para la fabricación de escobas, esteras, cuerdas y cestos de esparto.


d.- El bosque de ribera o sotos.

Son bosques caducifolios que crecen a ambos lados de los cursos fluviales sobre suelos que, a partir de una cierta profundidad, suelen estar empapados de agua proveniente de un río o arroyo vecino. Su vegetacion suele presentar rasgos distintos a la de su entorno, especialmente en las zonas de clima seco. La presencia constante de agua hace que solo puedan vivir allí ciertas especies, que se disponen en franjas paralelas al río: aliso, sauce, álamo blanco (chopo), fresno y por último, el olmo o álamo negro, cuya necesidad de agua es menor.

Los bosques de ribera son los más productivos entre los bosques del área mediterránea porque raramente escasea en ellos el agua, principal factor limitante del crecimiento de la vegetación en estas áreas. Si a este hecho le añadimos la riqueza en nutrientes minerales que suele caracterizar los suelos formados a partir de sedimentos traídos por las aguas fluviales (aluviones), no es de extrañar que las alamedas, (Choperas en Granada, Villanueva del Mesías), puedan superar fácilmente los 20 metros de altura y aprovecharse económicamente.

La acción humana ha reducido la extensión de los bosques de ribera, al alterar los márgenes y los cauces fluviales para implantar cultivos, urbanizaciones o canalizaciones. Este hecho ha supuesto una grave pérdida, sobre todo en la España Seca, debido a su importancia paisajística, por el contraste entre su vegetación y la del entorno; y, sobre todo, por sus beneficios ecológicos: mitiga la erosión, el riesgo de inundación y de evaporación, y suaviza la temperatura.

e.- El paisaje vegetal canario.

Teniendo en cuenta la constitución volcánica de las islas y la presencia de la montaña, la vegetación tiene una clara tendencia a la estratificación por pisos altitudinales, que a continuación se exponen:

El piso basal (desde el nivel del mar hasta los 300 – 500 metros). Incluye plantas que soportan la sal, la arena y una elevada aridez, caso de los matorrales ralos como el cardón y la tabaiba.

El piso intermedio (entre 200 y 800 metros). Está condicionado por el aumento de la humedad y el descenso térmico, que permite el desarrollo de palmeras y dragos.

El piso termocanario (entre 800 y 1.200 mts). La vegetación se adapta al mar de nubes o niebla causado por el alisio que aporta gran humedad, mayor refrescamiento y menor insolación. Incluye este piso dos formaciones originales del bosque: la laurisilva, muy denso y con más de 20 especies y el fayal – brezal, resultante de la degradación del laurisilva por la acción humana.

El piso canario (entre 1.200 y 2.200 metros). Al quedar por encima del mar de nubes , la vegetación debe adaptarse a la aridez y al frío (pino canario y a mayor altitud el cedro canario).

El piso supracanario (por encima de los 2.200 metros). Solo está presente en Tenerife y La Palma. Está ocupado por matorrales y matillas de dispersas de gran riqueza florística. A partir de aquí, la degradación en altitud es muy rápida y surge un desierto rocoso.




4.- La intervención humana y sus consecuencias geográficas.

La acción humana sobre el medio natural tiene una doble dimensión: por una parte, ocasiona problemas ambientales; por otra, desarrolla políticas encaminadas a combatirlos y a proteger los espacios naturales.

En España, al igual que en el resto del mundo desarrollado, nunca como hasta ahora la actuación humana ha tenido tanta incidencia ambiental. Quizá, por ello, se está generalizando la preocupación por el deterioro ambiental. Se aspira a una relación más armónica entre la sociedad y el entorno.

Todo estp no es sino la expresión del final del mito de progreso indefinido, que se basó en el consumo indiscriminado de los recursos naturales, y su sustitución por la filosofía que aspira al uso de los bienes que la naturaleza nos ofrece, asegurando su renovabilidad en beneficio de las generaciones futuras: es lo que se conoce como desarrollo sostenible.

El objetivo de la política ambiental a diversas escalas (planetaria, europea, española,..., local) consiste en alcanzar un desarrollo sostenible, entendido como el uso racional de los recursos. De acuerdo con ello, la principales medidas de las políticas ambientales se consideran las siguientes.

a.- La prevención de la degradación mediante, por ejemplo, el estudio previo del impacto ambiental en todos los proyectos de actuación humana, la concienciación de la ciudadanía, a través de la educación y las campañas de sensibilización.

b.- La corrección de los problemas existentes a través de la promulgación de normas; las sanciones de quienes las infringen, de acuerdo con el principio “quien contamina paga”, la recuperación de las zonas degradadas; y el fomento de la investigación ambiental. Por ejemplo, desde que en Andalucía se prohibió no quemar rastrojos en la estación cálida, los incendios o los “conatos” de los mismos han disminuido considerablemente.

c.- La conservación de los espacios naturales mediante una red de espacios protegidos.


A continuación, y del modo más sintético que nos es posible, repasaremos algunos de los principales problemas ambientales existentes en nuestro país (siguiendo el orden del libro pg 118 y siguientes):

La alteración del relieve: el relieve resulta alterado por las actividades extractivas de minas, canteras e infraestructuras de transporte. A su vez el relieve costero sufre regresión y artificialización. La regresión se debe a la reducción de las playas, mientras que la artificialización de la costa es debido a la presión urbanística y a la construcción de infraestructuras. (pg 118 -119)

La alteración de la atmósfera: se manifiesta en la contaminación del aire, la reducción de la capa de ozono y el calentamiento climático.

La contaminación atmósférica se debe a la introducción en el aire de sustancias nocivas. Los tipos principales de contaminación son tres: la lluvia ácida, la campana de polvo y la niebla fotoquímica. (Pg 120 – 121).

La reducción del ozono estratosférico consiste en el adelgazamiento de la capa de ozono a causa del uso de los CFC (clorofluorocarbonos) (Pg 121)
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El cambio climático está consistiendo en un aumento global de la temperatura de la Tierra. La causa reside en un aumento del efecto invernadero producido por el vapor de agua y ciertos gases como el dióxido de carbono (CO2). El Protocolo de Kyoto marcó los objetivos de reducción de emisiones entre 2005 y 2020. La Cumbre del Clima de París de 2015 marca el objetivo entre 2020 y finales del siglo XXI.

La contaminación acústica es la emisión de ruido de forma molesta para las personas o para el medio. Sus causas principales: el tráfico, actividades industriales, obras, algunos establecimientos. Por su parte, la contaminación lumínica es la emisión de luz artificial durante la noche, con una intensidad superior a la normal. (Pg 124)

La alteración, la sobreexplotación y la contaminación de las aguas.
La alteración de la morfología consiste en la alteración del cauce de algunos tramos fluviales y en la alteración morfológica de algunos humedales. (Pg 125).

La sobreexplotación de las aguas superficiales y subterráneas se debe al aumento de su consumo para usos agrarios, urbanos e industriales. (Pg 125). En lo que se refiere a la contaminación de las aguas, la causa es el vertido de desechos a la misma. (pg 126).

Daños, alteración y destrucción de la vegetación.
Los daños en los bosques se deben a causas naturales, como altas temperaturas, déficits hídricos, o plagas de insectos (p.e procesionaria) y también a causas humanas, como la contaminación atmósférica. La alteración de los bosques está motivada por la sustitución de especies autóctonas por otras de elevado rendimiento económico (pinos, eucaliptos). Por último, la deforestación es la destrucción de la cubierta vegetal. (Pg 127).

La artificialización, la contaminación, la erosión y la desertificación del suelo.
La artificialización del suelo consiste en su desaparición bajo edificaciones, equipamientos e infraestructuras. La contaminación del suelo tiene como causas la extracción minera, los vertidos industriales y urbanos, etc. La erosión y la desertificación del suelo son dos problemas relacionados: la erosión es el desgaste del suelo y se debe a causas naturales y humanas. Por último, la desertificación es la degradación de las tierras de las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas hasta adquirir rasgos propios de los desiertos. (Pg 128)

La producción de residuos. En España la producción de residuos ha crecido debido al aumento del consumo, sobre todo la de residuos sólidos urbanos (RSU) (1,3 kgs por hab/día en 2012). Su eliminación comporta consecuencias negativas. Los vertederos incontrolados originan problemas sanitarios y contaminan el suelo y el agua. Los vertederos controlados alteran el paisaje, producen malos olores y gases de efecto invernadero. Y las plantas incineradoras contaminan el aire y generan líquidos y cenizas contaminantes. (Pg 129).

Los procesos y los problemas anteriormente comentados repercuten de forma alarmante en la vida sobre la Tierra, a cuyo empobrecimiento asistimos a diario. Es absolutamente necesario conservar la biodiversidad, entendida como la preservación de la vida en todas sus formas. España, por su situación geográfica, dispone de una biodiversidad que se traduce en un patrimonio biológico de singular riqueza.

Por ello se hace necesario tomar medidas encaminadas a remediar la situación y mejorar nuestro medio ambiente. España participa de las grandes estrategias mundiales de conservación de la naturaleza, como en el Convenio de Ramsar (1971) para la preservación de las zonas húmedas. Más recientemente se ha adherido a la Cumbre de Río de Janeiro (1992) sobre biodiversidad. (Pg 130)
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En el año 2002 tuvo lugar en Johanesburgo la Cumbre de la ONU sobre el Desarrollo Sostenible. Se abordaron problemas clave del planeta: agua, energía, salud, agricultura y biodiversidad. Se asume la responsabilidad colectiva de promover y fortalecer el desarrollo económico, social y ambiental, pilares todos ellos del desarrollo sostenible.

A escala continental, las iniciativas y políticas ambientales dentro de la Unión Europea son relativamente recientes. En los textos fundacionales de la Comunidad Europea no existe referencia alguna al medio ambiente. Habría que esperar a la firma del Acta Única (1986) para que se recogiera el compromiso por conseguir un medio ambiente mejor.

Las medidas concretas frente a los problemas ambientales se completan con la creación de espacios naturales protegidos. La protección de la naturaleza en España tiene su primer antecedente principal en la Ley de Parques Nacionales de 1916, por la que se declararon los dos primeros parques nacionales de España: Covadonga y Ordesa. Más tarde se promulgó la Ley de Espacios Naturales Protegidos. No obstante, el mayor impulso a la declaración de espacios protegidos ha procedido de la Ley de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y la Fauna Silvestre de 1989.

Las dos figuras de protección más importantes(lugares concretos del medio natural que, por sus valores estéticos y culturales, son merecedores de una protección especial), son los parques nacionales y los parques naturales. Un parque nacional es una categoria de área protegida, que tiene como objetivo prioritario conservar la riqueza de su flora y su fauna. En cambio, en las otras figuras el objetivo de conservación puede compatibilizarse con actividades económicas.

La ley establece cinco categorías de espacios protegidos, aunque permiten a las comunidades autónomas pueden crear otros categorías complemtarias:

a.- Parques Nacionales y Parques Naturales.
b.- Reservas Naturales.
c.- Áreas marinas protegidas.
d.- Monumentos naturales.
e.- Paisajes protegidos.

Frecuentemente presentan áreas con una riqueza excepcional en su flora y fauna, con un ecosistema que muchas veces es el último reducto de especies en vías de extinción: Picos de Europa (Cordillera Cantábrica), Ordesa y Monte Perdido (Pirineos), Cabañeros (Castilla la Mancha), Tablas de Daimiel (Castilla La Mancha), Doñana (Andalucía), Sierra Nevada (Cordilleras Béticas).

Por comunidades, Andalucía es la que concentra la mayor superficie protegida de España, debido a la variedad de ecosistemas, y al impulso dado a la conservación por el Gobierno autonómico. Entre otros espacios, Andalucía cuenta con dos Parques Nacionales ya referidos: Doñana y Sierra Nevada, (Parque Natural, entre los 1000  y 2.000 metros de altitud y Parquen Nacional, por encima de los 2000 metros). Andalucía cuenta con 24 Espacios protegidos; si quieres visitarlos, pincha en este enlace (Parques Naturales de Andalucía).

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24/11/16