lunes, 30 de enero de 2017

Comentario del Mapa de la Jerarquía Urbana Española. UD 7..

Comentario del mapa “LA JERARQUÍA URBANA ESPAÑOLA”.
Pg 362 del libro.


Guión.




I.- Clasificación.


II.- Análisis – comentario.




I.- Clasificación.


Se trata de un mapa temático, que reperesenta la “Jerarquía urbana de las ciudades españolas” (Geografía Urbana de España). Es un mapa cualitativo, ya que muestra el hecho geográfico referido sin expresar magnitudes o cantidades.

Se trata también de un mapa de figuras o cartograma, puesto que utiliza símbolos (cuadrados, círculos,..) para localizar fenómenos puntuales; de coropletas (utiliza colores o tramas para representar el área ocupada por el fenómeno en cuestión). También aparecen representados flujos, ya que utiliza líneas o flechas para cartografiar movimientos.

El mapa posee una escala gráfica de hasta 300 kms, dividida en segmentos equivalentes a 100 kms en la realidad. Este mapa está extraído del Manual de Geografía de la Editorial Anaya, de 2º de Bachillerato, en la pg 362.


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II.- Análisis - Comentario.

Como ya hemos adelantado, el principal fenómeno que se representa es la Jerarquía Urbana Española. Desconocemos la fecha concreta a la que pertenece, pero deducimos que se sitúa a principios del siglo XXI. Para reperesentar la información se ha utilizado una serie de figuras, tal como observamos en la leyenda. En esta leyenda aparecen tres variables o aspectos a considerar:

a.- El tipo de ciudades (expresado con cuadrados y y círculos de diversos tamaños y colores).

b.- Las ligazones entre las ciudades( lineas violetas con distinta continuidad).

c.- Los ejes urbanos (con distintos colores).


Comencemos por las ciudades: encontramos cinco tipos de las mismas. En cuadrados rojos y grandes tenemos las metrópolis nacionales. Las metrópolis nacionales son las dos mayores áreas metropolitanas de España: Madrid y Barcelona. Su población supera los tres millones de habitantes. Cuentan con las funciones más diversificadas: concentran las sedes de las grandes empresas nacionales y multinacionales y, por tanto, los centros de decisión empresarial; poseen industrias de alta tecnología y ofrecen servicios muy especializados (financieros, de gestión, innovación, cultura y esparcimiento). Su área de influencia es nacional y mantienen estrechas relaciones con otras metrópolis internacionales, enlazando el sistema urbano español con el sistema europeo y mundial.

A continuación tenemos las metrópolis regionales en cuadrado azul. Las metrópolis regionales son grandes áreas metropolitanas como Valencia, Sevilla, Bilbao, Málaga y Zaragoza. Su población se encuentra entre un millón y 500.000 habitantes. Cuentan con funciones diversificadas industriales y terciarias y ofrecen numerosos servicios especializados. Su área de influencia es regional y mantienen intensas relaciones con las metrópolis nacionales.

El cuadrado verde nos indica las metrópolis subregionales. Las metrópolis subregionales o regionales de segundo orden son áreas metropolitanas de menor tamaño, como Valladolid, Alicante, Córdoba o Granada. Tienen una población entre 500.000 y 250.000. Cuentan también con funciones bastante diversificadas y algunos servicios especializados (Universidad), pero de influencia subregional, o regional en el caso de comunidades autónomas uniprovinciales.

Como círculos azules pequeños aparecen expresadas las ciudades medias. Las ciudades medias son en su mayoría capitales provinciales no incluídas en los apartados anteriores. Su población oscila entre los 250.000 y 50.000 habitantes. Sus funciones son menos diversificadas y se centran en servicios comerciales, administrativos y sociales de ámbito provincial.

En círculo pequeño y con cicunferencia roja aparecen señaladas las ciudades pequeñas. Las ciudades pequeñas tienen una población entre 50.000 y 10.000 habitantes, como Soria, Teruel, etc. Sus funciones son reducidas y poco especializadas, aunque pueden contar con algunos equipamientos de cierta especialización (educativos y sanitarios). Son nodos de transporte para la comarca y su área de influencia es, sobre todo, comarcal.

Las distintas categorías de ciudades se distribuyen en el espacio formando agrupamiento o ejes urbanos. El sistema urbano peninsular heredado de la etapa industrial se caracteriza por la localización en el centro de la mayor aglomeración urbana del país, Madrid, rodeada por ejes urbanos periféricos y por un interior poco urbanizado, sin ejes integrados.

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a.- Madrid, en el centro de la Península, es el núcleo urbano principal de España. Cocentra funciones terciarias avanzadas y mantiene relaciones con las ciudades de las provincias limítrofes y con las principales ciudades españolas.

b.- Los ejes urbanos periféricos se disponen de forma semicircular en torno a la capital.

b.1.- El eje atlántico gallego se extiende entre el Ferrol y Vigo. Está especializado en el comercio y el transporte. Se relaciona con ciudades del interior gallego (Ourense y Lugo) y trata de mejorar sus vinculaciones con Madrid y con el eje cantábrico.

b.2.- El eje cantábrico es un eje discontinuo que incluye el triángulo asturiano (Oviedo-Gijón-Avilés); Santander; y el triángulo vasco (Bilbao-Donostia o San Sebastián – Vitoria o Gasteiz). Se encuentra en fase de ajuste, con progresiva pérdida de la preeminencia de la industria madura e implantación de nuevas actividades. Se relaciona con ciudades próximas del interior (León, Burgos y Logroño) y trata de incrementar sus conexiones con otros ejes: Asturias con Extremadura y Andalucía a través de la Ruta de la Plata y el País Vasco con el Eje del Ebro.

b.3.- El eje mediterráneo comprende desde Girona a Cartagena. Es el eje más dinámico, con una industria muy diversificada y un fuerte peso del turismo. Conecta con los ejes del Ebro (desde Tarragona); con Madrid (a través de Cuenca y Albacete); y con Andalucía (a través de Granada), y con Baleares (puertos de B y V).

b.4.- El eje del valle del Ebro, entre Vitoria y Tarragona, tiene como ciudad principal a Zaragoza. Es un eje dinámico, con equilibrio entre la industria y los servicios, especialmente los relacionados con su posición de intermediación (transporte, logística, distribución), dado que enlaza los ejes cantábrico y mediterráneo. Además, mantiene importantes relaciones con Madrid.

b.5.- El eje andaluz es doble. El eje litoral, entre Almería y Huelva, es un eje dinámico especializado en el turismo, el comercio, la agricultura tecnificada, o las industrias básicas; y se relaciona con el eje mediterráneo. El eje del valle del Guadalquivir, entre la costa atlántica y Jaén, es un eje menos dinámico especializado en actividades agrarias, industrias locales y turismo. Se relaciona con Madrid (a través de Sevilla) y con el incipiente eje extremeño.

c.- El interior peninsular carece de ejes urbanos integrados. Predominan las pequeñas ciudades especializadas en actividades tradicionales, siendo las más destacadas las capitales provinciales. No obstante, se están constituyendo ejes incipientes a lo largo de las nuevas infraestructuras de transporte, cuyas ciudades se benefician de la difusión de actividades desde las grandes aglomeraciones. Es el caso del eje Madrid-Albacete-Valencia/Alicante; del eje diagonal Badajoz-Madrid-Zaragoza-Barcelona; y del eje Madrid-Valladolid-A Coruña/Oviedo-Gijón.

En las islas Baleares y Canarias, la formación de ejes urbanos se ve dificultada por las fragmentación territorial en islas. Las relaciones con el sistema urbano peninsular tienen lugar sobre todo con Madrid; y con Valencia y Barcelona en el caso de las Baleares. Por su parte, las ciudades norteafricanas de Ceuta y Melilla, especializadas en actividades terciarias, conectan sobre todo con las ciudades andaluzas.

Criterios de evaluación:

a.- Indicar categoría de ciudaes de la red urbana española en relación a su jerarquía.
b.- Explicar y describir los distintos ejes del sistema urbano español.


3 30/01/17

El proceso de urbanización de España y el sistema de ciudades. Ud 7

Ud 7.- El proceso de urbanización de España y el sistema de ciudades.


Guión.


I.- El concepto de ciudad.


II.- El proceso de urbanización en España.


1.- La urbanización preindustrial.
2. La ciudad industrial.
3.- La urbanización posindustrial.


III.- El sistema interurbano español.


1.- Los componentes del sistema urbano: las ciudades y las relaciones urbanas en el sistema de ciudades.
2.- La jerarquía urbana.
3.- La organización espacial del sistema urbano: los ejes urbanos.
4.- Los cambios recientes en el sistema de ciudades: la formación de los sistemas urbanos regionales.


Desarrollo del tema.


I.- El concepto de ciudad. Pg 329.


El concepto de ciudad es complejo y resulta de la combinación de varios criterios:

Criterios cuantitativos o estadísticos. En España el INE considera urbanos los municipios con más de 10.000 habitantes. Pero este criterio por si solo es incompleto, y por ello también debemos usar los criterios cualitativos, los cuales definen la ciudad basándose en sus características. Así, el criterio morfológico considera el aspecto formal de la ciudad. El criterio funcional se basa en actividades económicas urbanas. El criterio sociológico define la ciudad por sus rasgos sociales y el espacial, se basa en la capacidad de la ciudad de organizar el espacio, es decir, de ejercer influencia.

II.- El proceso de urbanización. Pgs 330 – 334.

El proceso de urbanización es la progresiva concentración en la ciudad de población, las actividades económicas principales y las innovaciones, que posteriormente se difunden hacia su entorno. En España se diferencian tres etapas en este proceso: preindustrial, industrial y posindustrial.

II.1.- La urbanización preindustrial.

Comprende desde el origen de las ciudades hasta el inicio de la industrialización en el siglo XIX. Cada época ha dejado su impronta en la configuración de la ciudad, de tal manera que la actual está determinada por las sucesivas adecuaciones de la urbe a cada momento histórico.

La tasa de urbanización, o porcentaje de población urbana, era modesta (no superaba el 10%) y se mantenía estable. El tamaño medio de las ciudades rondaba los 5.000 – 10.000 habitantes, y pocas llegaron a sobrepasar los 50.000 o 100.000.


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Los factores que favorecían la urbanización eran estratégico – militares (desde la ciudad se controlaba el territorio), político – administrativo (era la sede del poder político y la base para organizar el territorio); económicos (controlaban los recursos del entorno y desarrollaban actividades comerciales y artesanales); religiosos (era sede del poder religioso); y culturales (albergaba los centros culturales y educativos). En el ámbito espacial, el área urbanizada era reducida y se diferenciaba claramente del espacio rural circundante, del que solía separarse mediante una muralla.

Tras la etapa preurbana, las primeras ciudades de la Península son de la época de la colonización fenicia, púnica y griega (siglo VIII a.C.). Estos pueblos de comerciantes fundaron una serie de factorías comerciales a lo largo del litoral mediterráneo y suratlántico entre las que destaca Cádiz, la primera ciudad de Occidente.

La romanización, iniciada en el siglo III a.C., supuso la fundación de numerosas ciudades (Barcelona, Tarragona, Mérida, Sevilla, etc). Los romanos utilizaron la ciudad como vehículo de romanización. Sus funciones eran político-militares (control del territorio), administrativas (capitales provinciales) y económicas (explotación de recursos minerales o agrarios próximos). Aportación romana fue la implantación de un plano o trazado urbano de carácter geométrico configurado a partir de dos ejes. La decadencia del poder romano y las invasiones germánicas condujeron a una fase de desurbanización a partir del siglo III.

En la Edad Media se produjo una nueva fase urbanizadora, en dos espacios distintos:

El espacio musulmán: en algunos casos estos fundaron ciudades nuevas (Madrid, Murcia, Almería), pero la mayoría de las veces revitalizaron centros anteriores como centros estratégicos. Lo más representativo de la ciudad musulmana es su plano abigarrado, en el que destacan unas cuantas calles transversales o radiales de trazado sinuoso, angosto, quebrado. Con el avance de la Reconquista las ciudades pasaron a dominio cristiano.

El espacio cristiano: a partir del siglo X se expande con ciudades nuevas o con las conquistadas a los musulmanes. En la Baja Edad Media la reactivación del comercio favoreció a las ciudades situadas a lo largo de rutas comerciales o de puertos, además de las situadas a lo largo del Camino de Santiago. El paisaje urbano se caracterizaba por pequeños recintos amurallados cuyas calles solían ser estrechas, y estar bordeadas con pórticos y soportales.

En la Edad Moderna, la urbanización experimentó vaivenes en función de la situación demográfica, económica y política. En el siglo XVI hubo un crecimiento urbano continuado, en el que destacaron Sevilla como único puerto comercial con América y, Madrid, por ser elegida en 1563 como capital de España. Durante el siglo XVII, la urbanización se estancó por la crisis demogŕafica y económica. En el siglo XVIII el proceso se reanimó, creciendo sobre todo, Madrid y las ciudades portuarias del Mediterráneo y del Cantábrico. Las ciudades conocieron una remodelación de la trama viaria, se optó por una mayor regularización; entre los elementos significativos destacan la introducción de la plaza mayor y una mejora de los equipamientos en general.

II.2.- La ciudad industrial.

Comprende desde el inicio de la industrialización en el siglo XIX hasta la crisis económica de 1975. La tasa de urbanización experimentó un gran crecimiento, pues el incremento de la población urbana superó al de la población rural. Los factores que hicieron crecer estas ciudades fueron dos: administrativos, desde la división provincial de 1833 que convirtió a las 50 capitales de provincia en ciudades rectoras de su ámbitos provinciales; y económico-sociales, por el nacimiento y el desarrollo de la industria moderna, lo cual atrajo a población campesina.
Los planes de ensanche son una de las aportaciones más interesantes del urbanismo de esta época. Los ensanches consistían en la yuxtaposición de un nuevo conjunto urbano, de trazado ortogonal, a la ciudad ya consolidada. Con su creación se pretendía facilitar la cronstrucción de nuevas viviendas. Los ensanches eran zonas de calidad, destinadasa a la burguesía, por lo que terminaron favoreciendo la segregación social. Entre los ensanches destacan el de Madrid (Plan Castro) y el de Barcelona (Plan Cerdá); en Granada este tipo de ensanche equivalió a la creación de la Gran Vía.

En el ámbito espacial, las grandes ciudades concentraron el crecimiento demográfico y se extendieron en el espacio, constituyendo amplias periferias. Estas llegaron a unirse con municipios vecinos, formando áreas metropolitanas.

Será, principalmente, durante el “Desarrollismo 1960 – 1975” cuando se produzcan el mayor crecimiento urbano del siglo XX. El factor principal fue el desarrollo de la industria, unido a un elevado crecimiento natural (baby boom). Las principales áreas urbano-industriales fueron el triángulo del nordeste, los ejes del Cantábrico, mediterráneo y del Ebro, así como Madrid y su entorno. En menor medida, contribuyó a la urbanización el desarrollo de las actividades terciarias, como los servicios avanzados en las grandes metrópolis regionales; el turismo en el litoral mediterráneo y canario; y los servicios tradicionales en algunas capitales provinciales no industrializadas.

II.3.- La urbanización postindustrial.

La crisis de 1975 introdujo cambios en el proceso de urbanización, consolidados desde 1980, dando paso a una nueva etapa conocida como urbanizacón posindustrial, en el que ya el factor decisivo de la urbanización no es la industria, sino el sector servicios.

En esta etapa la tasa de urbanización desacelera su crecimiento, pero también porque su porcentaje en la actualidad es muy elevado (79% en 2015). La industria perdió peso porque la crisis de 1975 produjo desindustrialización y declive en las ciudades afectadas. Las actividades terciarias ganan relevancia como factor de urbanización, especialmente en las grandes metrópolis, en las regiones turísticas; y en las regiones menos dinámicas del interior, donde predomina un sector terciario de baja cualificación.

En el ámbito espacial, se frena la concentración del crecimiento demográfico en las grandes ciudades, aunque estas siguen extendiendo su área urbanizada. La razón es la difusión de parte de su población y de sus actividades económicas hacia espacios que ofrecen suelos más abundante y barato como las ciudades pequeñas y medias de municipios colindantes. El resultado es la extensión del área urbanizada por espacios cada vez más amplios. Este fenómeno conocido, como “dispersión de la urbanización” o “urbanización difusa”, no significa una pérdida de primacía de las grandes ciudades. Por el contrario, estas incrementan su dominio, al mantener y concentrar las funciones principales y controlar las instaladas en un espacio cicundante cada vez mayor.

III.- El sistema interurbano español. Pgs 359 – 366.

Las ciudades españolas constituyen un sistema integrado por el conjunto de las ciudades y las relaciones que establecen entre sí. En el espacio, el sistema urbano dibuja redes compuestas por “nodos” (las ciudades) y líneas (“los flujos que las relacionan”).

Las distintas ciudades que componen el sistema se organizan jerárquicamente y conforman ejes urbanos con diferente nivel de dinamismo y de integración. Estos ejes, heredados de la época industrial, han experimentado cambios desde la década de 1980 en relación con la implantación del estado autonómico y la integración española en el contexto internacional.
III.- 1.- Los componentes del sistema urbano.

El sistema urbano español está constituído por un conjunto de ciudades interrelacionadas. Por tanto se compone de unos elementos, las ciudades; y de las relaciones que se establecen entre sí.

III.1.1.- Las ciudades.

III.1.1.1. El tamaño de las ciudades.

a.- El tamaño demográfico de las ciudades se establece mediante la regla rango tamaño. Esta otorga a cada ciudad un rango o número de orden en el sistema según el tamaño de su población. En España:

Existen quince grandes aglomeraciones urbanas, que superan los 500.000 habitantes. De ellas, el área metropolitana de Madrid, con más de cinco millones, ocupa el rango número 1 en el sistema. Le sigue el A.M de Barcelona, que con más de tres millones, cuenta con un tamaño mayor que el habitual para la segunda aglomeración de un sistema nacional, lo que configura un sistema bipolar. A continuación, se sitúan cinco aglomeraciones que superan los 800.000 habitantes: Valencia, Sevilla, Bilbao, Málaga y Cudad Astur; y otras ocho con más de 500.000: Alicante – Elche, Zaragoza, Bahía de Cádiz, Murcia, Granada, Las Palmas de Gran Canaria, Vigo – Pontevedra y Palma de Mallorca.

Existe un elevado número de aglomeraciones y ciudades medias entre 50.000 y 250.000 habitantes, debido a la reciente difusión de población y actividades económicas desde las grandes aglomeraciónes urbanas.

b.- La distribución territorial de las ciudades peninsulares por su tamaño se caracteriza por la localización en el centro peninsular de la mayor aglomeración urbana, Madrid. Rodeándola se encuentran las principales aglomeraciones urbanas, situadas en la periferia, y un espacio interior poco urbanizado, donde predominan las ciuadades medias y pequeñas.

III.1.1.2.- Las funciones urbanas.

Las funciones urbanas son las actividades socioeconómicas desempeñadas por las ciudades hacia el exterior, no las encaminadas al servicio interno de la ciudad. Según su función principal las ciudades pueden ser primarias, secundarias o terciarias; aunque las grandes ciudades son multifuncionales y desempeñan varias funciones simultáneamente.

a.- Las ciudades primarias están especializadas en actividades del sector primario. Entre ellas se encuentran las agrociudades andaluzas, manchegas, murcianas y levantinas, como Almendralejo, Écija, Osuna, etc.

b.- Las ciudades secundarias, en unos casos, están especializadas en la industria, implantada durante la Primera Revolución Industrial (Avilés, Bilbao) o el desarrollismo (Huelva, Valladolid, Zaragoza).

c.- Las actividades terciarias están especializadas en los servicios, que son hoy las actividades que mejor definen el rango y la influencia de una ciudad. Estos servicios pueden ser empresariales, financieros, comerciales, de transporte, administrativos, culturales, sanitarios, religiosos, turísticos, etc. Ejemplos de ciudades muy terciarizadas son Madrid y Palma.


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III.1.1.3.- El área de influencia urbana.

Las funciones desempeñadas hacia el exterior convierten a las ciudades en lugares centrales, que abastecen de bienes y servicios a un área más o menos extensa, denominada área de influencia. La amplitud del área será mayor cuanto más diversas y especializadas sean las funciones urbanas: nacional, regional, subregional, comarcal o local. El alcance del áea de influencia puede modificarse en función de los cambios económicos y de la dotación de medios de transporte y comunicación.

III.1.2.- Las relaciones urbanas en el sistema de ciudades.

Las ciudades de un sistema urbano se relacionan entre sí. Estas relaciones se miden por los flujos o intercambios económicos (mercancías, capitales, inversiones); de personas; y de otros tipos (políticos, administrativos, culturales, o de información). Cuando los flujos son unidireccionales, entre una ciudad y otra, indican relaciones de dominio/subordinación; cuando son bidireccionales, indican relaciones de integración/competencia.

En el sistema urbano español, las relaciones entre las ciudades se caracterizan por estos rasgos:

a.- Las relaciones más intensas corresponden a Madrid, que mantiene importantes flujos con las demás metrópolis, especialmente con Barcelona. Barcelona tiene una influencia general más débil, aunque intensa en el oriente peninsular y Baleares. Y el cuadrante nordeste es el área de mayor integración, pues sus cinco metrópolis principales mantienen intensas relaciones (Madrid-Barcelona- Valencia-Bilbao-Zaragoza).

b.- En el resto del sistema, las relaciones entre ciudades son más reducidas e incompletas. Predominan los flujos de las ciudades con su zona rural o con ciudades próximas. El área con mayor desconexión entre ciudades es la que rodea a Portugal, excepto Galicia; en la submeseta sur existen amplios espacios desconectados; en el Cantábrico, las relaciones se debilitan hacia el oeste; y las relaciones entre las metrópolis andaluzas y levantinas son poco intensas.


III.2.- La jerarquía urbana.

Las ciudades que componen el sistema urbano se organizan jerárquicamente en función de su tamaño demográfico, sus funciones, la extensión del área de influencia y las relaciones que mantienen con los demás. En esta jerarquía se distinguen cinco categorías:

a.- Las metrópolis nacionales son las dos mayores áreas metropolitanas de España: Madrid y Barcelona. Su población supera los tres millones  de habitantes. Cuentan con las funciones más diversificadas: concentran las sedes de las grandes empresas nacionales y multinacionales y, por tanto, los centros de decisión empresarial; poseen industrias de alta tecnología y ofrecen servicios muy especializados (financieros, de gestión, innovación, cultura y esparcimiento). Su área de influencia es nacional y mantienen estrechas relaciones con otras metrópolis internacionales, enlazando el sistema urbano español con el sistema europeo y mundial.

b.- Las metrópolis regionales son grandes áreas metropolitanas como Valencia, Sevilla, Bilbao, Málaga y Zaragoza. Su población se encuentra entre un millón y 500.000 habitantes. Cuentan con funciones diversificadas industriales y terciarias y ofrecen numerosos servicios especializados. Su área de influencia es regional y mantienen intensas relaciones con las metrópolis nacionales.

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c.- Las metrópolis subregionales o regionales de segundo orden son áreas metropolitanas de menor tamaño, como Valladolid, Alicante, Córdoba o Granada. Tienen una población entre 500.000 y 250.000. Cuentan también con funciones bastante diversificadas y algunos servicios especializados (Universidad), pero de influencia subregional, o regional en el caso de comunidades autónomas uniprovinciales.

d.- Las ciudades medias son en su mayoría capitales provinciales no incluídas en los apartados anteriores. Su población oscila entre los 250.000 y 50.000 habitantes. Sus funciones son menos diversificadas y se centran en servicios comerciales, administrativos y sociales de ámbito provincial.

e.- Las ciudades pequeñas tienen una población entre 50.000 y 10.000 habitantes, como Soria, Teruel, etc. Sus funciones son reducidas y poco especializadas, aunque pueden contar con algunos equipamientos de cierta especialización (educativos y sanitarios). Son nodos de transporte para la comarca y su área de influencia es, sobre todo, comarcal.


III.3.- La organización espacial del sistema urbano: los ejes urbanos.

Las distintas categorías de ciudades se distribuyen en el espacio formando agrupamiento o ejes urbanos. El sistema urbano peninsular heredado de la etapa industrial se caracteriza por la localización en el centro de la mayor aglomeración urbana del país, Madrid, rodeada por ejes urbanos periféricos y por un interior poco urbanizado, sin ejes integrados.

a.- Madrid, en el centro de la Península, es el núcleo urbano principal de España. Cocentra funciones terciarias avanzadas y mantiene relaciones con las ciudades de las provincias limítrofes y con las principales ciudades españolas.

b.- Los ejes urbanos periféricos se disponen de forma semicircular en torno a la capital.

b.1.- El eje atlántico gallego se extiende entre el Ferrol y Vigo. Está especializado en el comercio y el transporte. Se relaciona con ciudades del interior gallego (Ourense y Lugo) y trata de mejorar sus vinculaciones con Madrid y con el eje cantábrico.

b.2.- El eje cantábrico es un eje discontinuo que incluye el triángulo asturiano (Oviedo-Gijón-Avilés); Santander; y el triángulo vasco (Bilbao-Donostia o San Sebastián – Vitoria o Gasteiz). Se encuentra en fase de ajuste, con progresiva pérdida de la preeminencia de la industria madura e implantación de nuevas actividades. Se relaciona con ciudades próximas del interior (León, Burgos y Logroño) y trata de incrementar sus conexiones con otros ejes: Asturias con Extremadura y Andalucía a través de la Ruta de la Plata y el País Vasco con el Eje del Ebro.

b.3.- El eje mediterráneo comprende desde Girona a Cartagena. Es el eje más dinámico, con una industria muy diversificada y un fuerte peso del turismo. Conecta con los ejes del Ebro (desde Tarragona); con Madrid (a través de Cuenca y Albacete); y con Andalucía (a través de Granada), y con Baleares (puertos de B y V).

b.4.- El eje del valle del Ebro, entre Vitoria y Tarragona, tiene como ciudad principal a Zaragoza. Es un eje dinámico, con equilibrio entre la industria y los servicios, especialmente los relacionados con su posición de intermediación (transporte, logística, distribución), dado que enlaza los ejes cantábrico y mediterráneo. Además, mantiene importantes relaciones con Madrid.

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b.5.- El eje andaluz es doble. El eje litoral, entre Almería y Huelva, es un eje dinámico especializado en el turismo, el comercio, la agricultura tecnificada, o las industrias básicas; y se relaciona con el eje mediterráneo. El eje del valle del Guadalquivir, entre la costa atlántica y Jaén, es un eje menos dinámico especializado en actividades agrarias, industrias locales y turismo. Se relaciona con Madrid (a través de Sevilla) y con el incipiente eje extremeño.

c.- El interior peninsular carece de ejes urbanos integrados. Predominan las pequeñas ciudades especializadas en actividades tradicionales, siendo las más destacadas las capitales provinciales. No obstante, se están constituyendo ejes incipientes a lo largo de las nuevas infraestructuras de transporte, cuyas ciudades se benefician de la difusión de actividades desde las grandes aglomeraciones. Es el caso del eje Madrid-Albacete-Valencia/Alicante; del eje diagonal Badajoz-Madrid-Zaragoza-Barcelona; y del eje Madrid-Valladolid-A Coruña/Oviedo-Gijón.

En las islas Baleares y Canarias, la formación de ejes urbanos se ve dificultada por las fragmentación territorial en islas. Las relaciones con el sistema urbano peninsular tienen lugar sobre todo con Madrid; y con Valencia y Barcelona en el caso de las Baleares. Por su parte, las ciudades norteafricanas de Ceuta y Melilla, especializadas en actividades terciarias, conectan sobre todo con las ciudades andaluzas.


III.4.- Los cambios recientes en el sistema urbano: la formación de los sistemas urbanos regionales.

Desde la década de 1980, el sistema urbano español está experimentando cambios. Las causas han sido la implantación del sistema autonómico, que está favoreciendo la creación de subsistemas regionales; y la integración en Europa y en el proceso de globalización, que genera una creciente competencia entre ciudades por ocupar las posiciones destacadas en los ejes europeos y globales.

La implantación del estado de las autonomías está favoreciendo la constitución de subsistemas urbanos regionales. Se caracterizan por el incremento de las capitales autonómicas y de las relaciones entre las ciudades de la comunidad, en detrimento de las relaciones con Madrid y con otros sistemas regionales. Estos subsistemas responden a diversas tipologías:

a.- Sistemas monocéntricos primados: una aglomeración urbana principal concetra la población y las funciones regionales y faltan los niveles intermedios de ciudades. En estos sistemas, las relaciones son unidireccionales y de dependencia (Madrid, Aragón, Cantabria, Cataluña, Murcia y Baleares).
b.- Sistemas monocéntricos jerarquizados: una ciudad principal concentra la población y las funciones regionales, pero existen varios niveles intermedios de ciudades, entre los que se transmiten los flujos de manera jerárquica (C. Valenciana y Andalucía Occidental, La Rioja, Navarra).

c.- Sistemas policéntricos: dos o más ciudades se reparten la población y las funciones regionales y mantienen flujos bidireccionales entre sí y unidireccionales con otras ciudades de menor rango (Galicia, Asturias, País Vasco, ambas Castillas, Extremadura, Andalucía Oriental y Canarias)). Fin.






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viernes, 27 de enero de 2017

Comentario de la pirámide de 2007. Ud 6



Comentario de la pirámide de población de 2007.



I.-- Introducción.

La pirámide muestra un forma de urna, lo que nos habla de una población en regresión, a grandes rasgos en cuanto a la estructura de la población por edad, observamos que se trata de una población envejecida ya que el porcentaje de población anciana (mayor de 65 años) es del 14%, y normalmente se considera envejecida a partir del 12%, además la población joven (0-15 años), es escasa, con un 16,5% en 2007, y para considerarla joven debería estar en torno al 25%.

II.-- Comentario.

II.1.- Estructura por sexos.

En cuanto a la estructura de la población por sexos observamos que la población de varones es ligeramente superior a la de las mujeres, en edades tempranas, esto se considera algo normal ya que nacen 105 niños por cada 100 niñas, sin embargo las proporciones se igualan en la edad adulta en torno a los 50 años y a partir de aquí es muy superior la de las mujeres ya que estas gozan de mayor esperanza de vida y están menos afectadas por afecciones que causan la muerte temprana.
II.2.- Estructura por edad.

La forma general que adopta la pirámide de 2007, como hemos indicado, es la de urna: estrecha por la base como consecuencia de la baja natalidad, y con una población anciana creciente en la parte superior, debido al incremento de la esperanza de vida.

Podemos comprobar la percepción gráfica del perfil de la pirámide calculando el porcentaje de la población: jóvenes (0-14 años); adultos (15 – 64 años) y ancianos (más de 65 años).

Índice de Juventud: 14 %. Por tanto podemos afirmar que se trata ya de un país con pocos jóvenes.

Índice de Envejecimiento: 16,5%. Es una cifra claramente superior al 12%, lo cual ya indica el envejecimiento de la población.

Las causas de este envejecimiento son:

El fuerte descenso de la natalidad desde 1975, que ha reducido el número de jóvenes, y que se debe a su vez a los siguientes motivos interrelacionados:

Retraso de la edad de matrimonio por la situación económica derivada de la crisis del petróleo de 1973, lo que conllevaría el crecimiento del desempleo, la posterior precarización de los contratos de trabajo y la carestía del precio de la vivienda.

Los cambios sociales, de mentalidad y de valores, que tuvieron lugar tras el final de la dictadura de Franco: disminución de la influencia religiosa, despenalización y difusión de los anticonceptivos, incorporación de la mujer al mundo del trabajo, dificultades para conciliar la vida laboral y familiar, mayor atención a la formación y bienestar de los hijos, etc.

        El aumento de la esperanza de vida ha incrementado el número de ancianos, especialmente, en las edades más avanzadas. Ello se ha debido a:

El aumento del nivel de vida: mejora de alimentación y del nivel educativo y cultural, que favorece la prevención y el abandono de hábitos poco saludables; los avances médicos y sanitarios y la extensión de la sanidad pública.

Las consecuencias del envejecimiento son:
Consecuencias positivas: Al jubilarse tantos jubilados como jóvenes entran en el mercado de trabajo, puede suponer que los jóvenes tengan más oportunidades en el mercado de trabajo de las que habían tenido las generaciones o cohortes anteriores.
Consecuencias negativas.
Desaceleración económica: se reduce la población activa y la capacidad de innovación.
      Elevación del gasto en pensiones: se financia con las aportaciones de los trabajadores en activo, por lo que pueden existir dificultades para el mantenimiento de este sistema.
      Incremento del gasto sanitario: son los ancianos quienes más medicamentos consumen, y más visitas médicas o estancias hospitalarias realizan.
      Aumento de las cargas familiares para el cuidado y atención de la población anciana.




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II.3.- Comentario de los sucesos demográficos.

En la pirámide se observan como hemos indicado anteriormente ciertos fenómenos que sin duda responden a cambios en la población a los que trataremos de dar respuesta en este apartado. Comenzaremos de los rangos más altos y terminaremos por la base de la pirámide para poder explicar los fenómenos en un orden cronológico.

En primer lugar observamos que la población masculina en los rangos 80-84 y + 85 es sensiblemente inferior a la femenina. Ello se debe a a una menor esperanza de vida, pero también debemos atribuirlo a la coincidencia con los años de la Guerra Civil, lo que dio lugar a más muertes en el grupo de los varones.

Al continuar el descenso en el perfil, observamos una mella en el rango 65-69 que coincide con los años de la posguerra, evidentemente la carestía, recordemos las cartillas de racionamiento, supuso un grave descenso de la natalidad en aquellos años.

A partir de entonces se da un notable incremento de la población y de la tasa de natalidad que se dispara en los rangos 30-34 y 35-39, sin duda coincide con la década de los 60 y principios de los 70 cuando el desarrollismo se tradujo en una mejora del nivel de vida de los españoles y por consiguiente en un incremento de la tasa natalidad en lo que se dio a conocer como Baby-Boom.

Desde 1970, la tasa de natalidad se reduce, sin duda motivada por el acceso de la mujer al mundo de trabajo, el difícil acceso a la vivienda, son años de gran inflación y de crisis, derivada de la crisis energética de 1973, poco después se entraría en la transición a la democracia y se daría un cambio en los valores morales; todo ello continuará ayudando a descender la tasa de natalidad hasta llegar al 9%o con un crecimiento de la población inferior al 1%.

Esto ha causado que la base de la pirámide desde 1975 se vaya estrechando; ya desde 1981 no se produce la tasa de reemplazo (2,1 hijos por mujer) que garantiza el relevo generacional.


III.- Conclusiones.

A partir de la pirámide de población constatamos que España tiene un modelo demográfico que ha llegado a su última fase y es típico de países desarrollados envejecidos. Este genera enormes problemas a la hora del sostenimiento de los sistemas de cobertura social, lo cual conlleva repercusiones positivas y negativas: entre las positivas se hallan que los jóvenes pueden tener más oportunidades laborales; entre las negativas, las dificultades para mantener el Estado del Bienestar Social.










26/01/17

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Comentario de la pirámide de 1970. Ud 6.


Comentario de la pirámide demografica de 1970.



I.- Introducción.

La forma de ojiva o campana indica el predominio destacado de la población adulta 65%, jóvenes (25%), ancianos 10 %. La base es moderada porque la natalidad se ha ido recortando, aunque de forma suave,de modo que todavía permite el relevo generacional. La población disminuye lentamente hacia la cima por tasas de mortalidad bajas y una esperanza de vida de más de 70 años, propia de países desarrollados jóvenes, que han culminado la transición demográfica, como fue el caso de España entre 1900 y 1975.

II.- Comentario.
II.1.- Estructura por sexos.

Se aprecia un mayor número de población masculina en las barras inferiores debido al mayor número de nacimientos de varones (105 H – 100 M). Esta ligera mayoría se mantiene hasta los 20-24 años. A partir de esta edad desaparecen las diferencias para manifestarse de nuevo de forma inversa, es decir, una mayoría de mujeres, en las barras superiores a partir de los 50 años.

Esta diferencia a favor de las mujeres crece al aumentar la edad, siendo muy llamativas en el grupo de 70-74 años. Las razones son de carácter biológico en el primer caso (debilidad genética del varón en los primeros años de vida) y socioeconómicas en el segundo: la lenta y tardía incorporación de la mujer al trabajo remunerado disminuye la probabilidad de accidentes y enfermedades laborales, además de que la guerra civil española tuvo peores y más graves consecuencias para el hombre. Sin olvidar, que las mujeres tienen una mayor fortaleza por motivos biológicos e inmunológicos.

II.2. Estructura por grupos de edad.
En la base moderada de la pirámide, en la barra de 0-4 años se manifiesta ya el inicio del que será un fuerte y continuado control de natalidad que comienza justo en los años 70, y que es característico de todos los países desarrollados (el factor fundamental de la natalidad es el nivel de desarrollo económico junto a la urbanización y desagrarización de la población).
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En este momento, 1970, existe un gran porcentaje de la población joven, entre 1 y 25 años, y la población con más de 65 años no es especialmente numerosa todavía (un 10% aproximadamente), por tanto, no se trata de una población envejecida ni con problemas de recambio generacional. Sin embargo, de continuar el control de natalidad (como ha ocurrido) y aumentar la esperanza de vida, la pirámide se convertirá en la de una población regresiva.
La estructura por edad puede establecerse a partir de la forma prácticamente ojival de la pirámide, en la que solamente la barra inferior experimenta un ligero encogimiento respecto a la superior. Esta forma es propia de poblaciones con valores medios de población joven (alrededor del 25 % de personas entre 0-14 años) y de población anciana (entre el 10% y el 12% de personas con 65 años y más) y con una concentración (65%) en el grupo de los adultos (15-64 años).

Los valores medios de jóvenes se explican porque la natalidad se ha ido recortando respecto a épocas pasadas, aunque permitiendo aún el relevo generacional con la excepción del último quinquenio. Este recorte ha estado relacionado principalmente con factores socioeconómicos: la transformación operada desde una sociedad agraria con elevadas tasas de natalidad, en la que los hijos ayudaban en el trabajo del campo y aseguraban el porvenir de los padres y las tasas de mortalidad infantil eran muy altas, a una sociedad industrial y urbana, en la que se ha extendido la seguridad social a amplias capas de la población y ha disminuido considerablemente la mortalidad infantil gracias a la mejora de las condiciones de los nacimientos y a los progresos de la pediatría y de la alimentación infantil.

Los valores medios de ancianos se explican por el aumento progresivo de la esperanza de vida debido a los avances médicos y sanitarios, a la mejora del nivel de vida y al paulatino aumento del nivel educativo y cultural. Por tanto, se trata de un tipo de población adulta que resulta muy favorable desde el punto de vista económico, al permitir la existencia de una numerosa población activa y no ser excesiva la población dependiente.


2.3.- Comentario de los sucesos demográficos.
Los entrantes y los salientes del perfil de la pirámide permiten conocer los factores que han influido en la evolución de la población aproximadamente en los cien años anteriores al momento al que se refiere la pirámide; por tanto abarcaría desde algo después de 1870 hasta el propio año de 1970; prácticamente, el periodo en el que se ha producido la transición demográfica en España.

Empezando por la cima de la pirámide, se aprecia en las últimas barras una clara desproporción entre el número de varones y el de mujeres, que no se debe sólo a la mayor esperanza de vida de estas, sino también a la superior emigración de los varones y a su participación más directa en las guerras de finales del siglo XIX y en la Guerra Civil. Esta última afecta sobre todo a los hombres del grupo 55-64 años (los que en los años de la guerra estaban en edad de combatir).

La repercusión de la Guerra Civil y de la posguerra se aprecia, también, en los grupos de 25-34 años. Durante los años de la guerra tuvo lugar una reducción de efectivos. debido al descenso de los nacimientos (subnatalidad), agravada porque los adultos que debían procrear ahora eran también escasos (generación pequeña de los nacidos en menor cantidad durante los conflictos bélicos de finales del siglo XIX.

Tras la guerra, el «baby boom»que suele seguir a los enfrentamientos militares se vio contenido por la penosa situación que siguió (aislamiento internacional, autarquía económica, desabastecimiento y carestía).
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La recuperación demográfica tuvo lugar durante la década de 1960 (grupos 5-14 años). Estuvo motivada por la suavización de la política autárquica que culminó con el Plan de Estabilización de 1959 y el desarrollo económico (mecanización del campo, auge de la industria y del turismo). La recuperación habría sido aún mayor de no haber sido por una importante corriente migratoria de dos millones de español@s a los países más desarrollados de Europa occidental que, recuperados tras la Segunda Guerra Mundial, ofrecían abundantes puestos de trabajo que atraían principalmente a la población joven y adulta joven (la que está en edad de procrear).

El retranqueamiento del último escalón de la pirámide se explica porque en ese momento correspondía procrear a las generaciones menos numerosas nacidas durante la guerra y la posguerra (como son menos, tienen un menor número global de hijos).

En el perfil de la pirámide puede observarse también la incidencia que han tenido sobre algunos grupos de edad determinados acontecimientos históricos, como la epidemia de gripe de 1918 y la Guerra Civil que, además de los muertos ya comentados, provocó un déficit de nacimientos durante los años que duró la contienda (grupos de 24 a 15 años).

III. Conclusiones.


Presenta una población estacionaria; es la pirámide de un país desarrollado joven, con una elevada esperanza de vida, que ha sufrido una crisis expresada especialmente en los grupos de edad de 30 – 34 años y 25-29 (Guerra Civil española), y que se recupera en los años 50 (Baby boom posbélico retrasado) tal como se observa en la las barras que se recupera a los 20 – 24 años y 15 -19 años. En definitiva, la pirámide de España de 1970 era la propia de un país que ha culminado su transición demográfica, hasta llegar a tasas de natalidad moderadas y descendentes, tasas de mortalidads bajas, esperanza de vida considerable.























24/01/17
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Comentario de la pirámide de 1900. Ud 6


Comentario de la pirámide de población de 1900.






I.- Introducción.

La forma triangular o de parasol indica predominio relativo de población joven (35%) y escasa población anciana (5%). La base es ancha por altas tasas de natalidad; la población disminuye rápidamente hacia la cima por las altas tasas de mortalidad y baja esperanza de vida. La pirámide de 1900 es propia de un régimen demográfico antiguo: altas tasas de natalidad y de mortalidad, que en ocasiones se convertían en catastróficas y daban como resultado un crecimiento débil. Por su parte, el perfil de la pirámide nos indica los hechos históricos más relevantes del siglo XIX relacionados con la demografía.

II.- Comentario.

II.1- Estructura por sexo.

Se constata la superioridad numérica de los hombres al nacer hasta los 19 años; mientras que en las edades ancianas las diferencias son más inapreciables por la baja existencia tanto de ancianos como de ancianas. Al estar los efectivos demográficos en porcentajes, resulta difícil hallar la tasa de masculinidad, no obstante a simple vista se aprecia mayoría numérica de hombres.
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II.2.- Estructura por edad.

Predomina relativamente el grupo de jóvenes, ya que los menores de 15 años suponene en torno a un 35%, mientras que el de ancianos apenas llega al 5 % del total de la población. Por su parte los adultos suponen un 60% de la población total. Esta distribución por grupos de edad es propia de un régimen demográfico antiguo con una población muy joven, debido a una alta tasa de natalidad y también una alta tasa de mortalidad.

Causas de la alta natalidad (Ver Pg 287).- La natalidad presentaba valores elevados debido a dos causas principales:

a.- El predominio de una economía y una sociedad agraria de subsistencia, en la que los hijos resultaban necesarios para ayudar a los padres en las tareas del campo; eran muy baratos de mantener; y aseguraban el porvenir de los padres, dado que no había pensiones de jubilación.

b.- La inexistencia de sistemas eficaces para controlar los nacimientos. La única posibilidad era retrasar el matrimonio en las coyunturas económicas de crisis, con el consiguiente acortamiento del periodo fértil de la mujer y el descenso del número de hijos.

Causas de la alta mortalidad (ver pg 287). La mortalidad general era alta y oscilante. Sus causas eran el bajo nivel de vida y las precarias condiciones médicas y sanitarias. La dieta alimenticia era escasa y desequilibrada; como consecuencia la mayoría de la población estaba desnutrida y debilitada.

Las enfermedades infecciosas transmitidas a través del aire (tubercolosis, gripe,...) o del agua y los alimentos (cólera,...) tenían alta incidencia. A ello contribuían el atraso en la medicina, la falta de higiene pública y privada.

En España durante el siglo XIX hubo epidemias de cólera en 1830, 1855, 1860 y 1885; sobremortalidad por malas cosechas en 1855 y 1868; además las guerras carlistas entre 1833 – 1839 y en 1868 – 1873, más la guerra hispano cubana entre 1868 – 1878 y finalmente, 1895 – 1898, produjeron todas ellas mortalidades catastróficas.

No debemos pasar por alto las consecuencias del elevado porcentaje de jóvenes, que ocasionó una fuerte demanda de puestos de trabajo en una economía agraria atrasada, lo que provocó elevado paro y emigración a América Latina principalmente durante el XIX (Argentina y Cuba).

II.3. Comentario de los sucesos demográficos de la pirámide de 1900.

Entalladuras y salientes.
Destacan dos entalladuras en la edades de 15 a 19 años y de 30 a 34 años. En ambos casos se producen por sobremortalidad debido a la enfermedad del cólera en 1885 y a a generación hueca de 1860 y 1868 causado también por la epidemia de cólera y las crisis de subsistencia.

Para la cohorte de 15 a 19 años, los nacidos entre 1881 – 1885 de nuevo están presentes las mismas causas: en 1885 fue fatídica la epidemia de cólera, en esa década se sucedieron varias crisis de subsistencia.

Para la generación de 30 a 34 años, nacidos entre 1866 – 1870 se suman las tres causas tradicionales de muerte: el cólera de 1865 – 66, la hambruna y carestía de 1868, más la etapa de la crisis revolucionaria de 1868 – 1874 (Guerras Carlistas y primera Guerra de Cuba).

Observamos en la cohorte de 65 a 69 años, unos efectivos disminuidos, una tercera entalladura en la pirámide que es consecuencia directa en primer lugar de la gran epidemia de cólera de 1833; también se aprecia el efecto de las generaciones menguadas por ser los hijos de de los nacidos durante la Guerra de la Independencia española (1808 -1812). Constituye por tanto una generación hueca por la referida Guerra contra Francia.


III.- Conclusiones:

Antes de entrar en el siglo XX, las tasas españolas de crecimiento fueron bajas, en virtud de una serie de frenos internos (prolongación de un antiguo régimen social y económico) obstaculizadores del dinamismo demográfico. En algunas áreas españolas pareció iniciarse, ya a lo largo del XIX, una transición demográfica, en Cataluña, pero al cerrarse el siglo ésta quedaba abortada.

Es con el nuevo siglo, el XX cuando nuestra nación inicia plenamente la transición demográfica, su pirámide comienza a adquirir un perfil en campana y pierde el perfil expansivo, propio de un país atrasado, agrario y con un bajo nivel de vida.


24/01/17






























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martes, 17 de enero de 2017

Vocabulario de Población II: Migraciones y Estructura.Ud 6


Vocabulario de Ud 6.- Población II: Migraciones y Estructura de la población.

Introducción.

Migraciones: Desplazamientos de población en el espacio, generalmente por causas económicas o sociales.

Emigración: Salida de población desde su lugar de origen;

Inmigración: LLegada de población a un lugar de destino.

Saldo migratorio : Balance entre la inmigración y la emigración (SM = I – E).


I.- Los movimientos migratorios en España.

1.- Las migraciones interiores.

1.1.- Las migraciones interiores tradicionales: Características, corrientes y consecuencias.

Éxodo rural: Es una emigración masiva entre áreas rurales y urbanas con carácter definitivo o larga duración.

Censo de Población: Recuento individualizado de la población de un país en un momento determinado. Recoge datos demográficos, económicos y sociales de la población. En España se ha venido realizando cada diez años.

Padrón municipal de habitantes: Es una fuente demográfica que recoge los habitantes y vecinos de de derecho de un término municipal con expresión de algunas de sus características. Recoge datos de aspectos demográficos, económicos y sociales. Se realiza cada 5 años, aunque es un documento “vivo” en permanente actualización.

1.2..- Las migraciones interiores actuales: Características, corrientes y consecuencias.

2.- Las migraciones exteriores.

Corriente migratoria: Intenso desplazamiento de poblaciones sobre el espacio geográfico que mantiene constante su permanencia en el tiempo. Las migraciones se pueden clasificar según las causas que las provocan, la duración del desplazamiento, los puntos de origen y de destino, su carácter libre o forzado.

2.1.- Las migraciones exteriores tradicionales: transoceánica, a Europa, consecuencias.

2.2.- Las migraciones exteriores actuales y sus consecuencias.

Movimientos pendulares: movimientos de ida y vuelta que periódicamente (cda día, cada semana…) y con la misma regularidad, realiza la población residente desde un lugar hacia otro lugar por diversos motivos como trabajo, estudios, etc. Es discutible que sea movimiento migratorio puesto que no hay cambio de residencia.


3.- La inmigración extranjera.

3.1.- Etapas.
3.2.- Características.
3.3.- Las consecuencias de la inmigración: demográficas, económicas, sociales.

II .- La estructura de la población.

Estructura de población: Es la composición de de la misma por sexo, edad y actividad económica.

4.1.- La estructura por sexo y edad.

Por sexo.

Estructura por sexo: Es la relación entre el número de hombres y mujeres que componen una población.

Sex ratio: Proporción numérica entre el número de hombres y de mujeres de una población.

Tasa de masculinidad: Es el número de varones de una población, multiplicado por 100 y dividido entre el número de mujeres.

Tasa de feminidad: Es el número de mujeres de una población, multiplicado por 100 y dividido entre el número de hombres.

Por edad.

Estructura por edad: Es la composición de la población por grupos de edad: jóvenes (0-14 años), adultos (15 – 64 años) y ancianos (más de 65).

Índice de Juventud: Es la población joven de un lugar (0 – 14 años), multiplicada por 100, y dividida por la población total.

Índice de Envejecimiento: Es la población anciana de un lugar (mayores de 64 años), multiplicada por 100, y dividida por la población total.


4.2.- La estructura económica: la población activa, la tasa de actiividad y de paro, los sectores económicos.

Población activa: Es aquella que se encuentra en edad legal para trabajar (entre 16 y 64 años) y que o bien trabaja (ocupados) o bien están en disposición de hacerlo (parados). Es la mano de obra disponible.

Población inactiva: Es aquella que no realiza un trabajo remunerado, ni se encuentra disponible para desempeñarlo, como pensionistas, jóvenes menores de 16 años, estudiantes. Es la población que no trabaja ni busca empleo bien por su edad o por su situación socioeconómica.


Tasa de actividad: Es el porcentaje de activos de una población. La forma habitual de calcularla es relacionando a la población activa (ocupados + parados) con la población en edad activa (más de 16 años).

Tasa de dependencia: Porcentaje de población en edad no trabajar (menor de 16 años y mayor de 65 años) en relación con la población en edad de trabajar (16 – 64 años).

Tasa de Paro: Porcentaje que expresa la proporción de parados que hay respecto al total de activos.

Pirámide de Población: Gráfico de barras que sirve para conocer la trayectoria de una población y extraer conclusiones sobre su futuro. Consiste en llevar sobre un sistema de coordenadas los efectivos de población masculina y femenina para cada una de las edades. Refleja la estructura de la población en un momento concreto (normalmente se refiere al año censal o padronal).