Ud
8.- Morfología y estructura de las ciudades españolas.
Guión.
O.-
Introducción.
I.-
Principales rasgos morfológicos de la ciudad en España.
II.- El
plano de la ciudad.
III.- La
estructura urbana: los usos del espacio en el interior de la ciudad.
III.1.-
El casco antiguo: la herencia de la época preindustrial; las
transformaciones de la época industrial en el casco antiguo; los
usos del suelo en la época posindustrial.
III.2.-
La ciudad industrial: ensanches, barrios obreros y barrios jardín.
III.3.-
La periferia urbana: el periodo 1955 – 1975 , el área suburbana
compacta; el periodo desde 1975, el área periurbana difusa.
IV.- Las
aglomeraciones urbanas.
IV I.- El
área metropolitana: características.
IV 2.- Otros
tipos de aglomeraciones urbanas.
Introducción.
Las ciudades españolas son el
resultado de un largo proceso de urbanización que han concentrado en
ellas a la población y a las actividades económicas más dinámicas.
Las diferencias en este proceso confieren a los núcleos urbanos una
gran diversidad en cuanto a morfología, estructura, funciones e
influencia territorial, que a lo largo de este tema iremos
analizando.
I.-
Principales rasgos morfológicos de la ciudad en España.
La morfología es el aspecto
externo que presenta la ciudad. Está influida por factores como
el emplazamiento y la situación urbana, el plano, la construcción y
los usos del suelo.
a.- El emplazamiento es el
espacio físico o topográfico concreto en el que se asienta la
ciudad. Su elección depende de las funciones originales de la
ciudad. Los más habituales son junto a ríos (abastecimiento de agua
potable, comercio); sobre colinas (defensa militar o frente a
inundaciones); cerca de los recursos (agrarios, mineros); o
favorables para el comercio (puertos).
b.- La situación es la
posición relativa de la ciudad respecto a un entorno geográfico
amplio. Está relacionada con la función de la ciudad respecto al
entorno: dominio político, militar, o económico; control de una
ruta comercial; mercado para áreas de economía distinta, etc. Las
situaciones preferidas son a lo largo de las principales vías de
comunicación; en encrucijadas de caminos terrestres o fluviales; y
en zonas de contacto entre dos áreas de economía distinta.
c.- El plano es el conjunto
formado por superficies construidas y libres de la ciudad:
edificios, calles, plazas y parques, del cual hablaremos con más
detalle en un apartado propio.
d.- La trama es la
disposición de los edificios. Puede ser abierta si existen amplios
espacios libres entre los edificios; o cerrada si los edificios se
disponen unos junto a otros, de forma compacta, o formando manzanas
en torno a un patio. Manzana:
es un espacio urbano
delimitado por calles por todos sus lados.
e.- La edificación urbana
puede ser colectiva y en altura, bloques y torres; o individual, en
viviendas exentas o adosadas.
f.- Los usos del suelo son
las diferentes utilizaciones del espacio urbano: comercial y de
negocios, residencial, industrial, de equipamiento, etc.
II.- El
plano de la ciudad.
El plano es el conjunto formado
por superficies construidas y libres de la ciudad: edificios,
calles, plazas, etc Los planos sueles responder a tres tipologías:
El plano irregular presenta
calles estrechas y tortuosas y plazas sin formas definidas.
El plano radiocéntrico
tienen un centro del que parten calles radiales, cortadas por otras
que forman anillos en torno al centro. Puede ser regular o irregular.
El plano ortogonal, en
cuadrícula o damero, está formada por calles que se cortan en
ángulo recto.
A
continuación describiremos como ha ido cambiando el plano de la
ciudad a lo largo de la historia:
En la ciudad
preindustrial el plano solía ser irregular, con calles estrechas
y tortuosas; típico de muchas ciudades antiguas y medievales. No
obstante, existían también planos radiocéntricos en ciudades
altomedievales (Vitoria); planos lineales en ciudades surgidas a lo
largo de vías de comunicación, como el Camino de Santiago, y
planos en cuadrícula, en ciudades de nueva planta romanas
(Tarragona), medievales (Villarreal) o barrocas (La Carolina).
Los tipos de
plano varían según las aportaciones realizadas por las diversas
sociedades a lo largo de la evolución histórica.
Por ejemplo,
la ciudad romana suele presentar plano regular, derivado del
campamento militar: calles en damero, en cuyo cruce se encontraba el
foro. Ejemplos de ciudades que conservan en el casco antiguo la
impronta romana son Zaragoza, León, Mérida, Barcelona, Valencia y
Tarragona.
En la Edad
Media se configuraron la mayoría de las ciudades españolas. En esta
etapa, en la ciudad musulmana el plano era muy irregular. Por su
parte la ciudad cristiana medieval presentaba planos variados:
irregulares, radiocéntricos, lineales o en damero. Entre las
ciudades con casco antiguo medieval cristiana destaca Vitoria
Gasteiz, mientras que en la musulmana lo hace Granada (Albaicín), y
en la ciudad judía: Córdoba con su judería.
En la Edad
Moderna se crearon algunas ciudades de plano regular, como Santa Fe
de Granada, o las Nuevas Poblaciones de los siglos XVII – XVIII.
Pero fue más frecuente la creación de nuevos barrios urbanos en
cuadrícula, así como el diseño de las Plazas Mayores, desde donde
se abrieron nuevas calles, o “calles Mayores”, de trazado
rectilíneo.
En el siglo
XIX, la ciudad preindustrial sufrió importantes transformaciones,
que se aceleraron con el proceso de industrialización (1850 –
1975). Algunas de esas reformas se plasmaron en el plano, el cual
experimentó reformas interiores y políticas de renovación.
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Esas reformas
consistieron en la rectificación y el alineamiento de las calles, y
en la apertura de las mismas y plazas. Durante el siglo XIX, se
vieron favorecidas las reformas urbanísticas por las
desamortizaciones, que pusieron en circulación numerosos inmuebles
eclesiásticos, que ocupaban mucho espacio en el centro de la ciudad.
A fines del
XIX y durante el siglo XX, se construyeron grandes avenidas,
inspiradas en los bulevares de París. En unos casos se trazaron
dentro del casco antiguo (Gran Vía de Granada o de Madrid), y en
otros uniendo la ciudad histórica con el ensanche burgués o con la
estación ferroviaria. En el momento de creación de los ensanches
(Plan Cerdá o Plan Castro, como pioneros), estos adoptaron plano
regular en su cuadrícula, con calles rectilíneas y más anchas que
las del casco antiguo.
Por su parte
los barrios obreros adoptaron un plano desorganizado, debido a que
surgieron de parcelaciones privadas e incontroladas de suelo rústico
de la periferia realizadas por sus propietarios.Mientras que las
denominadas “ciudades jardín” o “barrios jardín” adoptaron
un plano regular y como rasgo peculiar, los pequeños jardines en sus
viviendas unifamiliares monótonas.
La política
de renovación de la década de 1960 se propuso sacar la mayor
rentabilidad del suelo urbano, y para ello destruyó buena parte del
casco antiguo con la apertura de nuevas calles o con la modificación
de su trazado. Desde enotonces el tipo de plano que ha predominado en
las ciudades ha sido el plano regular, previamente fijado en el PGOU
(Plan General de Ordenación Urbana) de cada ciudad, como instrumento
básico de planificación.
III.- La
estructura urbana: los usos del espacio en el interior de la ciudad.
La estructura urbana es la
organización de la ciudad en diferentes áreas caracterizadas
por su morfología y funciones. Como resultado del largo proceso de
urbanización, la ciudad española actual tiene una estructura
compleja.
En las ciudades convencionales
bien individualizadas respecto al campo circundante, estas zonas son
el casco antiguo, correspondiente a la urbanización preindustrial;
el ensanche de la época industrial; y la periferia actual. Sin
embargo, la intensidad de la urbanización ha llevado a otras
ciudades a conectar con núcleos de población próximos, dando lugar
a la formación de aglomeraciones urbanas.
III.- 1.- El casco antiguo o
ciudad preindustrial.-
El casco antiguo comprende la
parte urbanizada desde el origen de la ciudad hasta el inicio de la
industrialización a mediados del siglo XIX. Ocupa una pequeña
superficie de la ciudad actual, pero tiene un importante valor por su
legado cultural. Por ello, muchos han sido declarados conjunto
histórico-artístico y otros patrimonio de la humanidad* por la
UNESCO: Toledo, Mérida, Santiago de Compostela, Albaicín y Alhambra
de Granada. Por su larga historia, el casco antiguo acumula elementos
muy dispares desde el nacimiento de la ciudad hasta la actualidad.
III.
1.1.- La herencia de la época industrial.
1.1.1.- Los
rasgos comunes de la herencia preindustrial.
Los cascos antiguos de las
ciudades conservan en parte la herencia preindustrial. Se pueden
expresar las siguientes características comunes a la mayoría de las
ciudades preindustriales:
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El plano solía ser irregular, la
trama urbana era cerrada, pues durante siglos las ciudades crecieron
dentro de las murallas; la edificación predominante eran casas
unifamiliares de baja altura, y por último, incidimos con más
detalle en los usos del suelo, los cuales eran diversos
(multifuncionalidad). Coexistían diversas actividades (talleres,
comercios, almacenes y edificios públicos) y diferentes grupos
sociales. Este hecho no impedía una cierta especialización en
barrios para los distintos gremios de artesanos y comerciantes: el
centro era el lugar más destacado, donde se localizaban los
principales edificios públicos.
Estas características comunes
varían según las aportaciones realizadas por las diferentes
sociedades a lo largo de la historia. Así se explica la gran
diversidad de los cascos antiguos de las ciudades españolas (podemos
encontrar restos de la ciudad romana, musulmana y cristiana medieval,
renacentista y barroca).
III.
1.2.- Las transformaciones de la época industrial y posindustrial en
el casco antiguo.
En el siglo XIX, la ciudad
preindustrial sufrió importantes transformaciones, que se aceleraron
con el proceso de la industrialización (1850 – 1975): reformas del
plano; densificación de la trama; renovación y verticalización de
la edificación; cambios en los usos del suelo; y creciente
segregación social.
a.- La trama del casco antiguo se
densificó en la época industrial para aprovechar más el espacio.
b.- La edificación sufrió
cambios. Algunos inmuebles eclesiásticos, tras las
Desamortizaciones, se reutilizaron para otras funciones que exigían
ubicarse en el centro urbano. Más tarde, en la década de 1960, los
edificios se verticalizaron más y adoptaron el estilo moderno de
formas geométricas, que desentonaban manifiestamente con los
edificios del entorno.
Las únicas excepciones fueron los
cascos antiguos de ciertas ciudades, donde se impuso una política
conservacionista, siendo hoy en día, las que conservan un casco
histórico más homogéneo y conservado (Toledo, Salamanca, Segovia,
Cáceres).
c.- Los usos del suelo del casco
antiguo experimentaron una progresiva terciarización y segregación.
La terciarización se
inició en el primer tercio del siglo XX, cuando los edificios
renovados, sobre todo los de las grandes vías, instalaron
actividades terciarias, que necesitaban accesibilidad y prestigio
arquitectónico y en su localización, y podían rentabilizar el
alto precio del suelo (bancos, sedes empresariales de grandes
empresas, instituciones públicas, ….)
La segregación residencial
se manifestó en la separación entre los grupos adinerados, que se
instalaron en los barrios renovados; y los grupos populares, que
permanecieron en los barrios degradados.
Mientras que en la etapa
posindustrial (1975 – actualidad), los sectores renovados mantienen
la especialización terciaria. Y los barrios degradados pierden sus
usos tradicionales, como el comercio de productos de uso cotidiano y
los pequeños talleres, e instalan otros relacionados con el ocio.
Desde las políticas de rehabilitación se ha intentado promover la
recuperación del comercio tradicional y la implantación de nuevos
usos como el turístico cultural. La mezcla social propia de los
cascos antiguos se sustiuye por una progresiva polarización social,
que trata de paliarse fomentando la instalación de clases medias
(gentrificación).
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III. 2.-
La ciudad industrial: ensanches, barrios obreros y barrios jardín.
Entre mediados del XIX y primer
tercio del siglo XX, las ciudades tradicionales medias y pequeñas
crecieron poco y se mantuvieron dentro de sus límites anteriores. En
cambio, las ciudades que implantaron industrias modernas, atrajeron a
una numerosa población campesina y extendieron su superficie, tras
derribar sus murallas. En esa nueva ciudad, extramuros, se crearon
ensanches para los burgueses; barrios industriales y obreros; y
barrios ajardinados.
III2.1.- El ensanche
burgués.
Es un espacio nuevo que responde a
los deseos de crecimiento urbano de la burguesía. Los primeros se
hicieron en las ciudades más dinámicas (Plan Cerdá de Barcolna en
1859 y el Plan Castro de Madrid en 1860), y, luego, se fue
difundiendo al resto de las ciudades
(Granada
– Gran Vía 1912 hecha). En el momento de su creación, el uso
predominante del suelo fue residencial burgués debido a los altos
precios de los solares y de los inmuebles.
Con el paso del tiempo, el
ensanche experimentó modificaciones derivadas de su consideración
como espacio central, al mejorar su accesibilidad gracias a la
introducción del transporte urbano (tranvía eléctrico y
automóvil). En los usos del suelo, el ensanche empezó a recibir
funciones terciarias, que se extendieron desde el centro histórico
hasta sus calles principales. Así, acabó produciéndose una
división entre un área residencial y cara para la burguesía y un
sector terciarizado dominado por comercios y oficinas.
III: 2.2.- Los barrios
obreros e industriales del extrarradio.
En el momento de su creación en
el siglo XIX, las zonas industriales y los barrios obreros urbanos
ofrecían un claro contraste con el ensanche burgués. Los usos del
suelo entremezclaron residencias obreras, industrias, talleres y
almacenes. Las infraestructuras de transporte, los servicios y los
equipamientos fueron escasos, por lo que estos barrios se
convirtieron en focos de enfermedades infecciosas y de descontento
social.
Con el paso del tiempo, las
antiguas zonas industriales y barrios obreros han quedado en una
posición más céntrica en el espacio urbano, lo que ha revalorizado
el suelo que ocupan. En la actualidad, los sectores más valorados se
han remodelado. En las antiguas zonas industriales, ahora obsoletas o
en crisis, se ha producido un vaciado industrial al cerrarse las
fábricas o trasladarse a otros emplazamientos; y los barrios obreros
se han renovado.
III. 2.3.- Los barrios –
jardín.
Los barrios – jardín se
crearon a finales del siglo XIX y en el primer tercio del siglo XX.
Son el resultado de la difusión en España de las ideas
naturalistas, que propugnaban el acercamiento a la naturaleza; y de
las ideas higienistas. Como resultado surgieron propuestas de acercar
el campo a la ciudad, que se concretaron en los barrios jardín y en
ciertos proyectos, como la Ciudad – Lineal e Arturo Soria, en
Madrid.
III.- 3.- La periferia urbana.
La periferia es la franja externa
de la ciudad correspondiente a la expansión urbana entre el primer
tercio del siglo XX y la actualidad. Desde mediados de la década de
1950, las principales ciudades españolas iniciaron un importante
crecimiento del área edificada, creando extensas periferias. En su
constitución se diferencias dos etapas, caracterizadas por sus
distintos modelos de crecimiento y problemas.
3.1.- El periodo 1955 –
1975: el área suburbana compacta.
Desde mediados de la década de
1950 y sobre todo durante los años del desarrollismo (1960 –
1975), las ciudades experimentaron un alto crecimiento debido al
aumento del crecimiento natural y a la inmigración campesina,
atraída por el auge industrial y el progresivo desarrollo de los
servicios.
En esta etapa, la periferia se
extendió de forma contigua a la ciudad existente a lo largo de las
vías de transporte, formando un área suburbana. Adoptó en general
un modelo compacto, caracterizado por la alta densidad de
urbanización; y la zonificación, o constitución de áreas con
diferentes usos del suelo (residencial, industrial, de
equipamiento,...).
a.- Las áreas residenciales, ante
la urgencia de crear viviendas para acoger a la creciente población,
se hicieron a menudo sin planificar.
b.- Las áreas industriales y de
equipamiento se instalaron junto a las principales vías de
transporte.
3.2.- El periodo desde 1975:
el área periurbana difusa.
Desde 1975, las ciudades centrales
reducen su ritmo de crecimiento, debido a la disminución del
crecimiento natural y a la paralización del éxodo rural causados
por la crisis. No obstante, la expansión de la periferia urbana
continúa por la difusión desde el centro urbano de población y
actividades económicas.
En esta etapa, la periferia se
extiende más allá del continuo edificado, por áreas periurbanas o
rururbanas, de límites imprecisos entre el campo y la ciudad. Adopta
un modelo disperso, conocido como “ciudad difusa” o “ciudad
dispersa”, caracterizada por la baja densidad de la urbanización y
la zonificación con diferentes usos del suelo (residencial,
industrial, equipamientos y servicios), separados a veces por vacíos
urbanos, bien conectados entre sí por una red viaria densa,
orientada sobre todo al transporte en automóvil privada.
a.- Las áreas residenciales son
de baja densidad, respondiendo al deseo de las clases medias de
disfrutar de viviendas más amplias y baratas, además de con mayor
privacidad; lo cual se ha visto facilitado por el uso del automóvil
privado.
El uso del suelo es, obviamente,
residencial, auque cerca existen servicios de consumo y de ocio,
como superficies comerciales, parques recreativos, etc.
b.- Las áreas industriales y de
equipamiento de la periferia urbana son el resultado de las
transformaciones económicas ocurridas a partir de la crisis de 1975:
crisis industria y reindustrialización y creciente proceso de
terciarización. El uso del suelo de las áreas industriales es
evidentemente, industrial; mientras que el de las áreas de
equipamiento incluye servicios que requieren suelo abundante y
barato, como parques de oficinas, grandes superficies comerciales,
universidades, hospitales, aeropuertos, etc.
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IV.- Las
aglomeraciones urbanas.
Algunas ciudades han crecido hasta
conectar con otros núcleos de población. Se crean así
aglomeraciones urbanas de diferentes tipos: áreas metropolitanas,
conurbaciones, regiones urbanas y megalópolis. De ellas, las áreas
metropolitanas son las que han tenido un mayor desarrollo en España.
IV 1.- El área metropolitana.
El área metropolitana es una
aglomeración urbana formada por una ciudad principal y por varios
municipios de su entorno, que mantienen importantes relaciones
socioeconómicas. En España no existe un criterio establecido para
determinarlas; aunque suele considerarse que la ciudad central tenga
al menos 50.000 habitantes y los municipios que forman sus coronas
metropolitanas dirijan hacia ella al menos el 15% de sus flujos
socioeconómicos.
IV.1.1.- Características del
área metropolitana.
Está presidida por una ciudad
principal (ciudad central) cuyo crecimiento económico se se proyecta
al exterior y crea el área.
Existen intensas relaciones
económicas y sociales entre la ciudad central y los núcleos del
área (ciudades satélites). La ciudad central concentra las
actividades y los empleos más especializados. Los núcleos del área
albergan a trabjadores que se desplazan a diario a la ciudad central;
e instalan actividades económicas procedentes de esta, al disponer
de suelo más abundante y barato.
Las relaciones se manifiestan en
la existencia de intensos movimientos pendulares diarios, que hacen
de la red de transportes y comunicaciones un elemento especial del
área metropolitana.
La estructura espacial de las
áreas metropolitanas responde a dos modelos: el de las coronas
concéntricas en torno al núcleo central; y el radial, formado por
sectores especializados en ciertos usos del suelo, que parten desde
el centro hacia la periferia a lo largo de las principales vías de
comunicación.
IV.2.- Otros tipos de
aglomeración urbana.
a.- La conurbación es una
aglomeración urbana continua formada por el crecimiento paralelo de
dos o más ciudades hasta unirse. En España, la mayoría se deben al
turismo (Málaga – Estepona); a la fusión de ciudades
especializadas (Alicante – Elche – Santa Pola), o la conexión
ciudad – puerto (Pontevedra – Marín).
b.- La región urbana es una
aglomeración urbana discontinua, integrada por ciudades dispersas
(nebulosa urbana), pero lo suficientemente densa como para dar
características urbanas a todo el territorio. Suele crearse por el
crecimiento paralelo de varias ciudades con tamaño y funciones
distintas (por ejemplo, el centro de Asturias).
c.- La megalópolis es una
aglomeración urbana suprarregional discontinua, pero sin fracturas
importantes, formada por la sucesión de diversos núcleos urbanos.
Suele deberse al crecimiento de ciudades con tamaño y funciones
distintas (áreas metropolitanas, conurbaciones, regiones urbanas,
pequeñas ciudades...). En España podría considerarse como tal el
eje mediterráneo, desde la frontera francesa a Cartagena. Está
formado por las áreas metropolitanas de Barcelona, Valencia y
Alicante, conurbaciones turísticas o industriales, ciudades medias,
y pequeñas ciudades industriales.
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08/02/17