Comentario
de la pirámide de población de 1900.
La
forma triangular o de parasol indica predominio relativo de población
joven (35%) y escasa población anciana (5%). La base es ancha por
altas tasas de natalidad; la población disminuye rápidamente hacia
la cima por las altas tasas de mortalidad y baja esperanza de vida.
La pirámide de 1900 es propia de un régimen demográfico antiguo:
altas tasas de natalidad y de mortalidad, que en ocasiones se
convertían en catastróficas y daban como resultado un crecimiento
débil. Por su parte, el perfil de la pirámide nos indica los hechos
históricos más relevantes del siglo XIX relacionados con la
demografía.
II.-
Comentario.
II.1-
Estructura por sexo.
Se
constata la superioridad numérica de los hombres al nacer hasta los
19 años; mientras que en las edades ancianas las diferencias son
más inapreciables por la baja existencia tanto de ancianos como de
ancianas. Al estar los efectivos demográficos en porcentajes,
resulta difícil hallar la tasa de masculinidad, no obstante a simple
vista se aprecia mayoría numérica de hombres.
1
II.2.-
Estructura por edad.
Predomina
relativamente el grupo de jóvenes, ya que los menores de 15 años
suponene en torno a un 35%, mientras que el de ancianos apenas llega
al 5 % del total de la población. Por su parte los adultos suponen
un 60% de la población total. Esta distribución por grupos de edad
es propia de un régimen demográfico antiguo con una población muy
joven, debido a una alta tasa de natalidad y también una alta tasa
de mortalidad.
Causas
de la alta natalidad (Ver Pg 287).- La natalidad presentaba
valores elevados debido a dos causas principales:
a.-
El predominio de una economía y una sociedad agraria de
subsistencia, en la que los hijos resultaban necesarios para ayudar
a los padres en las tareas del campo; eran muy baratos de mantener; y
aseguraban el porvenir de los padres, dado que no había pensiones de
jubilación.
b.-
La inexistencia de sistemas eficaces para controlar los nacimientos.
La única posibilidad era retrasar el matrimonio en las coyunturas
económicas de crisis, con el consiguiente acortamiento del periodo
fértil de la mujer y el descenso del número de hijos.
Causas
de la alta mortalidad (ver pg 287). La mortalidad general era
alta y oscilante. Sus causas eran el bajo nivel de vida y las
precarias condiciones médicas y sanitarias. La dieta alimenticia era
escasa y desequilibrada; como consecuencia la mayoría de la
población estaba desnutrida y debilitada.
Las
enfermedades infecciosas transmitidas a través del aire
(tubercolosis, gripe,...) o del agua y los alimentos (cólera,...)
tenían alta incidencia. A ello contribuían el atraso en la
medicina, la falta de higiene pública y privada.
En
España durante el siglo XIX hubo epidemias
de cólera en 1830, 1855, 1860 y 1885; sobremortalidad por
malas cosechas en 1855 y 1868; además las guerras carlistas entre
1833 – 1839 y en 1868 – 1873, más la guerra hispano cubana
entre 1868 – 1878 y finalmente, 1895 – 1898, produjeron todas
ellas mortalidades catastróficas.
No
debemos pasar por alto las consecuencias del elevado porcentaje de
jóvenes, que ocasionó una fuerte demanda de puestos de trabajo en
una economía agraria atrasada, lo que provocó elevado paro y
emigración a América Latina principalmente durante el XIX
(Argentina y Cuba).
II.3.
Comentario de los sucesos demográficos de la pirámide de 1900.
Entalladuras
y salientes.
Destacan
dos entalladuras en la edades de 15 a 19 años y de 30 a 34 años. En
ambos casos se producen por sobremortalidad debido a la enfermedad
del cólera en 1885 y a a generación hueca de 1860 y 1868 causado
también por la epidemia de cólera y las crisis de subsistencia.
Para
la cohorte de 15 a 19 años, los nacidos entre 1881 – 1885 de nuevo
están presentes las mismas causas: en 1885 fue fatídica la
epidemia de cólera, en esa década se sucedieron varias crisis de
subsistencia.
Para
la generación de 30 a 34 años, nacidos entre 1866 – 1870 se suman
las tres causas tradicionales de muerte: el cólera de 1865 – 66,
la hambruna y carestía de 1868, más la etapa de la crisis
revolucionaria de 1868 – 1874 (Guerras Carlistas y primera Guerra
de Cuba).
Observamos
en la cohorte de 65 a 69 años, unos efectivos disminuidos, una
tercera entalladura en la pirámide que es consecuencia directa en
primer lugar de la gran epidemia de cólera de 1833; también se
aprecia el efecto de las generaciones menguadas por ser los hijos de
de los nacidos durante la Guerra de la Independencia española (1808
-1812). Constituye por tanto una generación hueca por la referida
Guerra contra Francia.
III.-
Conclusiones:
Antes
de entrar en el siglo XX, las tasas españolas de crecimiento fueron
bajas, en virtud de una serie de frenos internos (prolongación de un
antiguo régimen social y económico) obstaculizadores del dinamismo
demográfico. En algunas áreas españolas pareció iniciarse, ya a
lo largo del XIX, una transición demográfica, en Cataluña, pero al
cerrarse el siglo ésta quedaba abortada.
Es
con el nuevo siglo, el XX cuando nuestra nación inicia plenamente la
transición demográfica, su pirámide comienza a adquirir un perfil
en campana y pierde el perfil expansivo, propio de un país atrasado,
agrario y con un bajo nivel de vida.
24/01/17
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