viernes, 27 de enero de 2017

Comentario de la pirámide de 1900. Ud 6


Comentario de la pirámide de población de 1900.






I.- Introducción.

La forma triangular o de parasol indica predominio relativo de población joven (35%) y escasa población anciana (5%). La base es ancha por altas tasas de natalidad; la población disminuye rápidamente hacia la cima por las altas tasas de mortalidad y baja esperanza de vida. La pirámide de 1900 es propia de un régimen demográfico antiguo: altas tasas de natalidad y de mortalidad, que en ocasiones se convertían en catastróficas y daban como resultado un crecimiento débil. Por su parte, el perfil de la pirámide nos indica los hechos históricos más relevantes del siglo XIX relacionados con la demografía.

II.- Comentario.

II.1- Estructura por sexo.

Se constata la superioridad numérica de los hombres al nacer hasta los 19 años; mientras que en las edades ancianas las diferencias son más inapreciables por la baja existencia tanto de ancianos como de ancianas. Al estar los efectivos demográficos en porcentajes, resulta difícil hallar la tasa de masculinidad, no obstante a simple vista se aprecia mayoría numérica de hombres.
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II.2.- Estructura por edad.

Predomina relativamente el grupo de jóvenes, ya que los menores de 15 años suponene en torno a un 35%, mientras que el de ancianos apenas llega al 5 % del total de la población. Por su parte los adultos suponen un 60% de la población total. Esta distribución por grupos de edad es propia de un régimen demográfico antiguo con una población muy joven, debido a una alta tasa de natalidad y también una alta tasa de mortalidad.

Causas de la alta natalidad (Ver Pg 287).- La natalidad presentaba valores elevados debido a dos causas principales:

a.- El predominio de una economía y una sociedad agraria de subsistencia, en la que los hijos resultaban necesarios para ayudar a los padres en las tareas del campo; eran muy baratos de mantener; y aseguraban el porvenir de los padres, dado que no había pensiones de jubilación.

b.- La inexistencia de sistemas eficaces para controlar los nacimientos. La única posibilidad era retrasar el matrimonio en las coyunturas económicas de crisis, con el consiguiente acortamiento del periodo fértil de la mujer y el descenso del número de hijos.

Causas de la alta mortalidad (ver pg 287). La mortalidad general era alta y oscilante. Sus causas eran el bajo nivel de vida y las precarias condiciones médicas y sanitarias. La dieta alimenticia era escasa y desequilibrada; como consecuencia la mayoría de la población estaba desnutrida y debilitada.

Las enfermedades infecciosas transmitidas a través del aire (tubercolosis, gripe,...) o del agua y los alimentos (cólera,...) tenían alta incidencia. A ello contribuían el atraso en la medicina, la falta de higiene pública y privada.

En España durante el siglo XIX hubo epidemias de cólera en 1830, 1855, 1860 y 1885; sobremortalidad por malas cosechas en 1855 y 1868; además las guerras carlistas entre 1833 – 1839 y en 1868 – 1873, más la guerra hispano cubana entre 1868 – 1878 y finalmente, 1895 – 1898, produjeron todas ellas mortalidades catastróficas.

No debemos pasar por alto las consecuencias del elevado porcentaje de jóvenes, que ocasionó una fuerte demanda de puestos de trabajo en una economía agraria atrasada, lo que provocó elevado paro y emigración a América Latina principalmente durante el XIX (Argentina y Cuba).

II.3. Comentario de los sucesos demográficos de la pirámide de 1900.

Entalladuras y salientes.
Destacan dos entalladuras en la edades de 15 a 19 años y de 30 a 34 años. En ambos casos se producen por sobremortalidad debido a la enfermedad del cólera en 1885 y a a generación hueca de 1860 y 1868 causado también por la epidemia de cólera y las crisis de subsistencia.

Para la cohorte de 15 a 19 años, los nacidos entre 1881 – 1885 de nuevo están presentes las mismas causas: en 1885 fue fatídica la epidemia de cólera, en esa década se sucedieron varias crisis de subsistencia.

Para la generación de 30 a 34 años, nacidos entre 1866 – 1870 se suman las tres causas tradicionales de muerte: el cólera de 1865 – 66, la hambruna y carestía de 1868, más la etapa de la crisis revolucionaria de 1868 – 1874 (Guerras Carlistas y primera Guerra de Cuba).

Observamos en la cohorte de 65 a 69 años, unos efectivos disminuidos, una tercera entalladura en la pirámide que es consecuencia directa en primer lugar de la gran epidemia de cólera de 1833; también se aprecia el efecto de las generaciones menguadas por ser los hijos de de los nacidos durante la Guerra de la Independencia española (1808 -1812). Constituye por tanto una generación hueca por la referida Guerra contra Francia.


III.- Conclusiones:

Antes de entrar en el siglo XX, las tasas españolas de crecimiento fueron bajas, en virtud de una serie de frenos internos (prolongación de un antiguo régimen social y económico) obstaculizadores del dinamismo demográfico. En algunas áreas españolas pareció iniciarse, ya a lo largo del XIX, una transición demográfica, en Cataluña, pero al cerrarse el siglo ésta quedaba abortada.

Es con el nuevo siglo, el XX cuando nuestra nación inicia plenamente la transición demográfica, su pirámide comienza a adquirir un perfil en campana y pierde el perfil expansivo, propio de un país atrasado, agrario y con un bajo nivel de vida.


24/01/17






























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