Ud
6.- Población II. (Los Movimientos Migratorios. Estructura y
composición de la población).
Guión.
Introducción.
I.- Los movimientos
migratorios en España.
1.-
Las migraciones interiores.
1.1.-
Las migraciones interiores tradicionales: Características,
corrientes y consecuencias.
1.2..-
Las migraciones interiores actuales: Características, corrientes y
consecuencias.
2.-
Las migraciones exteriores.
2.1.-
Las migraciones exteriores tradicionales: transoceánica, a Europa,
consecuencias.
2.2.-
Las migraciones exteriores actuales y sus consecuencias.
3.-
La inmigración extranjera.
3.1.-
Etapas.
3.2.-
Características.
3.3.-
Las consecuencias de la inmigración: demográficas, económicas,
sociales.
II
.- La estructura de la población.
4.1.-
La estructura por sexo y edad.
4.2.-
La estructura económica: la población activa, la tasa de actividad
y de paro, los sectores económicos.
Introducción.
Las migraciones son los
desplazamientos de población en el espacio, generalmente por
causas económicas o sociales. España ha sido un país
tradicionalmente migratorio, tanto dentro de sus fronteras como hacia
fuera. En el interior, las migraciones se han producido, normalmente,
del campo a la la ciudad; mientras que las migraciones exteriores se
han dirigido durante varios siglos a América, para finalmente
dirigirse desde 1960 a Europa Occidental. Hemos pasado de ser un país
de emigrantes a combinar en la actualidad: la emigración y la
inmigración.
Por su parte la
estructura de la población es la composición de la misma por
sexo, edad y actividad económica. Por sexo y edad, se puede decir
que debido al progresivo envejecimiento de la población y a la mayor
esperanza de vida de las mujeres, hay más féminas que varones, pero
de edades ancianas. En relación a la composición de la población
por actividad, España ha pasado de ser un país agrario a otro,
mayoritariamente, de servicios.
I.-
Los movimientos migratorios en España.
1.-
Las migraciones interiores.
Son los movimientos
de población dentro de las fronteras del país. Responden a dos
modalidades, separadas por el año 1975: las migraciones
tradicionales y las actuales. Distinguimos entre emigración, o
salida de población desde su lugar de origen; inmigración, o
llegada de población a un lugar de destino; y saldo
migratorio o balance entre
la inmigración y la emigración
(SM = I – E).Si
el saldo es positivo, indica inmigración, y si es negativo,
emigración. En España las migraciones han sido un hecho decisivo
que sigue condicionando mucha características actuales de la
población; desempleo, viviendas disponibles, plazas escolares y de
hospitales, etc.
1.1.-
Las migraciones interiores tradicionales.
1.1.1.-
Características.
Tuvieron lugar entre el
último tercio del siglo XIX y la crisis económica de 1975. El
volumen de la migración fue muy elevado, afectando a más de 11
millones de personas, sobre todo en el periodo 1951 – 1975 (6,1
millones), coincidiendo con el mayor auge del éxodo rural. La
motivación de la migración fue principalmente laboral. Los
protagonistas eran sobre todo jóvenes, con bajo nivel de
cualificación. Las corrientes migratorias fueron mayoritariamente
unidireccionales entre el campo y las grandes ciudades
industrializadas o de servicios, localizadas casi siempre en otras
provincias o regiones (principalmente, Cataluña, País Vasco o
Madrid).
1.1.2.-
Las corrientes migratorias interiores tradicionales.
a.- Las
migraciones estacionales y temporales tuvieron su auge entre
el último tercio del XIX y la década de 1960. En unos casos eran
desplazamientos estacionales a otras áreas rurales para realizar
labores agrarias en una época en la que el campo estaba poco
mecanizado (siega, vendimia, recolección de aceitunas).
b.-El éxodo rural
tuvo lugar entre finales del siglo XIX y 1975. Es una emigración
masiva entre áreas rurales y urbanas con carácter definitivo o
larga duración. Su motivación principal fue conseguir trabajo e
ingresos más altos. Se dirigieron primero a los núcleos
industriales de Cataluña, el País Vasco y Madrid, y más tarde
también a las nuevas áreas industriales del Mediterráneo.
Entre los años 1951 y
1975, el éxodo rural alcanzó su mayor volumen (6,1 millones),
especialmente desde la década de 1960. Las causas fueron el
crecimiento demográfico; la crisis de la agricultura tradicional por
la mecanización; el auge industrial; y el boom del turismo que
impulsó los servicios y la construcción. Desde 1975, el éxodo
rural decayó. Con la crisis, las antiguas áreas inmigratorias
industrializadas perdieron su atractivo y su saldo migratorio se
volvió negativo.
1.1.3.-
Las consecuencias de las migraciones interiores tradicionales.
En el plano
demográfico, las migraciones explican los desequilibrios en
la distribución de la población: vaciamiento del
interior y altas densidades en la periferia y en Madrid. Y han
repercutido en la estructura por edad, causando el
envejecimiento de la población que quedó en el medio rural y el
rejuvenecimiento de la población urbana.En el plano económico,
en las áreas rurales, en un primer momento, las migraciones
aumentaron los recursos de la población; pero con el tiempo
generaron deseconomías de subpoblación. En las ciudades, la
inmigración masiva provocó economías de congestión:
problemas de suelo, vivienda, circulación, equipamientos, etc.
1.2.-
Las migraciones interiores actuales.
1.2.1.-
Características.
Se desarrollaron desde
la crisis de 1975 hasta la actualidad. El volumen de la migración
decreció entre 1975 y 1985 por las razones ya expresadas. Desde
entonces, se recupera hasta alcanzar cifras elevadas, que responden a
un nuevo modelo migratorio. Las motivaciones de las
migraciones son más variadas: laborales, residenciales, retorno al
lugar de procedencia, estudio, ocio. Los protagonistas de la
emigración son también más diversos: en edad (adultos-jóvenes,
jóvenes y mayores); en nivel de formación (cualificados, y no
cualificados).
Las corrientes
migratorias son pluridireccionales, con mayor diversidad de
orígenes (campo y ciudades) y de destinos (municipios urbanos
grandes, medianos, pequeños e incluso municipios rurales)
localizados dentro o fuera de la propia provincia o comunidad
autónoma.
1.2.2.-
Las corrientes migratorias interiores actuales (Tipos).
En la actualidad
existen diferentes corrientes migratorias. Las migraciones laborales
responden a motivaciones de trabajo y están protagonizadas por
adultos jóvenes. Presentan varios origenes y se dirigen a centros
dinámicos en donde haya más oportunidades de empleo.
Las migraciones
residenciales están protagonizadas por jóvenes que buscan
viviendas asequibles y por adultos jóvenes de clase media o
acomodada que desean residir en áreas con calidad medioambiental.
Por eso son en su mayoría migraciones intraurbanas, entre la
ciudad central y sus coronas periféricas. Por ejemplo, de Granada
capital a La Zubia buscando vivienda más asequible.
Las migraciones de
retorno suponen el regreso a las áreas emigratorias de
procedencia. Entre 1975 y 1985 afectaron sobre todo a personas
mayores de 55 años, jubilados o prejubilados a raíz de la crisis
económica o a emigrantes laborales “tipo golondrina”. P.e.
Grannadinos en Mallorca.
Los movimientos
habituales o pendulares son desplazamientos periódicos
por motivos de trabajo o estudio y ocio. El trabajo y el estudio
ocasionan movimientos entre el lugar de residencia y el centro de
trabajo o educativo. El más frecuente se da entre la periferia y el
centro de las ciudades como resultado del traslado de la residencia a
las afueras de la ciudad o espacios rurales próximos.
1.2.3.-
Las consecuencias de las migraciones interiores actuales.
Las migraciones
residenciales intraurbanas causan el sobreenvejecimiento de las
áreas urbanas centrales emisoras; e incrementan la población de las
áreas receptoras. Las migraciones de retorno de emigrantes provocan
el sobreenvejecimiento en las zonas receptoras de jubilados. Los
movimientos pendulares relacionados con el trabajo y el estudio
ocasionan problemas de circulación en los accesos a las grandes
ciudades en las horas punta; y los relacionados con el ocio, un
incremento de los ingresos en las zonas receptoras (turismo rural).
2.-
Las migraciones exteriores.
Son los movimientos de
población fuera de las fronteras del propio país. Responden a dos
modalidades, separadas por el año 1975: las tradicionales y las
actuales.
3
2.1.-
Las migraciones exteriores tradicionales.
Tuvieron lugar entre
mediados del siglo XIX y la crisis económica de 1975. En este
periodo salió de España un elevado volumen de emigrantes con
destino a ultramar y a Europa Occidental.
2.1.1.-
La emigración transoceánica tradicional.
La emigración
transoceánica a ultramar se dirigió principalmente a América
Latina. La emigración hacia
América estuvo vigente hasta 1960. Los países
latinoamericanos necesitaban inmigrantes para poblarse y explotar sus
recursos económicos. Por su parte, en España, esta emigración se
convierte en una salida para las gentes de las zonas agrarias
atrasadas.
La procedencia de la
mayoría de los emigrantes era atlántica: Galicia, Asturias y
Canarias; mientras que el destino era, principalmente, Argentina y
Cuba. El perfil característico del emigrante era varón, joven,
soltero, de bajo nivel de cualificación y dedicado a la agricultura.
Desde 1960, la emigración transoceánica descendió, al iniciarse el
declive de la economía latinoamericana y entrar en competencia con
la emigración a Europa.
2.1.2.-
La emigración tradicional a Europa.
a.- Hasta mediados del
siglo XX fue una emigración escasa y estacional. Estaba integrada
por agricultores y muchachas de servicio doméstico; y más tarde,
por refugiados políticos de la Guerra Civil. La IIGM puso fin a esta
etapa.
b.- El periodo
comprendido entre 1960 y 1973 fue el de mayor auge de la emigración
a Europa. Se trató en buena parte de una emigración permanente o al
menos duradera, debida a varias causas:
Por parte europea, la
rápida reconstrucción económica tras la IIGM favoreció una amplia
oferta de empleo que no podía cubrirse con los trabajadores
propios, escasos por el débil crecimiento de la población europea y
por las muertes de la IIGM.
Por parte española, la
emigración se vio estimulada por el fuerte crecimiento demográfico;
el excedente de población agraria a causa de la mecanización del
campo; la insuficiencia de la industrialización española para
absorberla; la desaparición de las ventajas anteriores para la
emigración ultramarina, y los elevados salarios europeos.
La procedencia de los
emigrantes se extendió a todas las regiones, aunque afectó más a
Andalucía y a Galicia. Su destino prioritario fue Francia, la R.F de
Alemania y Suiza. El perfil de los emigrantes era el de
adultos-jóvenes, poco cualificados, que desempeñaron los trabajos
menos cualificados y peor retribuidos en la minería, la
construcción, la industria y el servicio doméstico.
c.- A partir de 1975,
la emigración tradicional a Europa decayó. La crisis económica
provocó paro en los países de Europa occidental y muchos emigrantes
regresaron.
2.1.3.-
Las consecuencias de las migraciones exteriores tradicionales.
a.- Las consecuencias
demográficas de las migraciones se manifestaron en la disminución
de la población española, así como en su distribución, pues la
distinta participación de las regiones en las corrientes migratorias
ha contribuido a los desequilibrios actuales en el reparto espacial
de la población.
b.- Las consecuencias
económicas de la emigración fueron positivas, pues aliviaron el
fuerte crecimiento natural y el paro. Además, las divisas enviadas
por los emigrantes contribuyeron a financiar el desarrollo económico
español.
c.- Las consecuencias
sociales en los países de destino fueron el desarraigo, al
incorporarse a a sociedades cuya lengua desconocían, aparte de las
penosas condiciones de vida.
2.2.-
Las migraciones exteriores actuales y sus consecuencias.
Desde 1975, la
emigración exterior comenzó a tener un volumen reducido. No
obstante, la emigración se intensifica en épocas de crisis, como
viene ocurriendo desde 2008, periodo de inicio de la actual crisis.
a.- Entre 1975 y 2008,
las salidas fueron escasas: crisis de 1973, mejora del nivel de vida
en España.
b.- Desde 2008, la
crisis económica ha incrementado la emigración exterior, motivada
ahora sobre todo por el desempleo en España. Suele ser gente joven,
formada, de procedencia urbana y con destino a países como Reino
Unido, por el idioma, Francia y Alemania. Las consecuencias de esta
emigración reciente y actual, son la reducción del número de
desempleados en España y de el pago por prestaciones de desempleo;
pero resultan negativas por la pérdida de población joven,
emprendedora y con buena formación.
3.-
La inmigración extranjera.
3.1.-
Las etapas.
Desde 1995 España se
ha convertido en un país de inmigración. Así, el número de
extranjeros ha pasado de algo menos de 500.000 personas en 1995 a 4,7
millones en 2015. A lo largo de este periodo se distinguen dos
etapas:
a.- La etapa 1995 –
2007 fue de elevado crecimiento de la inmigración. Las causas han
sido múltiples:
Por parte española,
influyó la necesidad de mano de obra, propiciada por la prosperidad
económica, sobre todo en empleos de baja cualificación
insuficientemente cubiertos por la población española.
Además, la proximidad
de España a África la convierte en la puerta de entrada de
inmigrantes africanos a Europa; los lazos histórico culturales con
América Latina atraen a personas de esta procedencia (ecuatorianos);
y la bondad del clima mediterráneo atrae a personas del centro y
norte de Europa (ingleses), así como la libertad de desplazamiento
de dentro de la UE (rumanos).
Por parte de los
inmigrantes extranjeros influyeron motivos económicos sobre todo.
b.- Desde 2008, la
crisis económica y su consiguiente paro, ha provocado la disminución
de las entradas de extranjeros y ha ocasionado retornos de
inmigrantes a sus países de origen o emigración a otros destinos.
3.2.-
Las características de la población inmigrante.
a.- El perfil de los
inmigrantes varía según su procedencia.
5
a.1.- Inmigrantes de
la Unión Europea: jubilados que aprecian las condiciones climáticas
del litoral como es el caso de británicos y alemanes sobre todo; o
también, rumanos en su mayor parte que buscan mejores condiciones
laborales que en su país de origen.
a.2.- Inmigrantes
extracomunitarios: proceden de África (Marruecos); Iberoamérica
(Ecuador, Colombia, Argentina, etc) y Asia (China y Pakistán), por
motivos económicos. Suelen realizar trabajos de baja cualificación,
que no suelen ser ocupados por los españoles.
b.- El destino
principal de los inmigrantes suelen ser las ciudades con mayor
dinamismo económico.
3.3.-
Las consecuencias de la inmigración.
3.3.1.-
Consecuencias demográficas.
La inmigración entre
1995 – 2007 impulsó tanto el crecimiento real de la población,
por causar un saldo migratorio positivo, como la natalidad de modo
indirecto. Por el contrario, desde 2008 ha contribuido a disminuir la
población por la marcha de miles de inmigrantes.
3.3.2.-
Consecuencias económicas.
La inmigración aporta
población activa, que desempeña las tareas más duras y peor
remuneradas, contribuye al crecimiento del PIB, aporta dinero a las
arcas públicas (Hacienda, Seguridad Social). Suelen ser personas en
las que el Estado gasta poco ya que vienen con una edad que no
precisa gasto en educación ni en sanidad, apenas. Además se suelen
marchar una vez que dejan de trabajar, no convirtiéndose así en
clases pasivas.
Entre las consecuencias
negativas habría que mencionar la presión a la baja sobre los
salarios y el aumento del déficit exterior por el envío de remesas
a sus países de origen.
3.3.3.-
Consecuencias sociales.
Han surgido actitudes
xenófobas o racistas entre algunos sectores que identifican a los
inmigrantes con personas que “ocupan sus potenciales empleos”,
consumen recursos sociales en perjuicio del bienestar de la
población, y amenazan la identidad nacional. Por su parte, las
dificultades de integración, por las diferencias culturales,
lingüísticas y religiosas, pueden suscitar tensiones con la
población autóctona.
II.-
La estructura y composición de la población española.
La estructura de la
población es su composición por sexo y edad y por actividad
económica.
4.1.- La estructura
por sexo y edad.
4.1.1.-
La estructura por sexo.
La estructura por sexo
es la relación entre el número de hombres y mujeres que componen
una población. Esta relación “sex ratio” se mide
mediante las tasas de masculinidad o de feminidad. Cuanto más se
aleja el índice de 100, mayor es el desequilibrio entre sexos.
Tasa de
masculinidad: Nº de varones x 100/ Nº de mujeres = varones/100
mujeres.
Tasa de feminidad:
Nº de mujeres x 100/Nº de hombres = mujeres/100 varones.
Los factores que
influyen en la estructura por sexo son el nacimiento, siempre de un
número mayor de niños (unos 105 por cada 100 niñas), la mayor
esperanza de vida de las mujeres, y las migraciones, dado que suelen
emigrar más los varones.
En España, la sex
ratio de 2015 era de 96,5 hombres por cada 100 mujeres; pero
la proporción entre los sexos varía según los grupos de edad.
Entre los jóvenes predominan los hombres, debido a su superioridad
numérica al nacer. En la edad adulta, las diferencias entre los
sexos se acortan porque la sobremortalidad masculina se compensa con
la inmigración de un mayor número de varones. Y en las edades
ancianas predominan las mujeres gracias a su mayor esperanza de vida.
4.1.2.-
La estructura por edad: una población envejecida.
La estructura por edad
es la composición de la población por grupos de edad: jóvenes
(0-14 años), adultos (15-64) y ancianos (más de 65 años). Se mide
calculando los índices de juventud (porcentaje de jóvenes) y de
envejecimiento (porcentaje de ancianos). Así, una población se
considera joven cuando el porcentaje de jóvenes supera el 35%,
y envejecida, si el porcentaje de ancianos supera el 12%.
Índice de juventud
= Población de 0 – 14 años x 100 /Población total = x %
Índice de
envejecimiento = Población de 65 años y más x 100 / Población
total = x %
Los factores que
influyen en la estructura por edad son la natalidad, en el número
de jóvenes; la esperanza de vida, en el número de ancianos-as; y
las migraciones, dado que los migrantes son habitualmente jóvenes.
En España, la
estructura por edad se encuentra envejecida, pues los jóvenes
representan un bajo porcentaje (15% en 2015) y los ancianos-as
están muy por encima del 12% (18,4% en 2015.
a.- Las causas del
envejecimiento, básicamente, son estas dos:
El fuerte descenso de
la natalidad desde 1975, que ha reducido el número de jóvenes.
El aumento de la
esperanza de vida, que ha incrementado el número de ancianos.
b.- Las diferencias
territoriales en cuanto a envejecimiento arrojan fuertes contrastes
entre el medio rural y las ciudades, así como entre comunidades
autónomas.
Las comunidades con
mayor porcentaje relativo de jóvenes son las que poseen una
natalidad superior a la media (Murcia, Andalucía), o las que por su
dinamismo económico han recibido un alto volumen de inmigrantes, que
aportan población joven (Madrid, litoral mediterráneo).
Las comunidades más
envejecidas son las que cuentan con tasas de natalidad muy bajas
derivadas de la emigración de épocas pasadas (Galicia, interior
peninsular); las que han recibido un volumen menor de inmigrantes; o
han sufrido un prolongado efecto de la crisis de 1975 (cornisa
cantábrica).
c.- Las consecuencias
del envejecimiento y sus posibles soluciones.
Demográficas: Colabora
al descenso de la natalidad y al aumento de la mortalidad.
Económicas: Reduce la
población activa; incrementa el gasto en pensiones y en sanidad
7
Entre las soluciones
se hallan el recurso a la inmigración, el retraso de la edad de
la jubilación, la reforma de la pensiones, la racionalización del
gasto sanitario, el fomento del envejecimiento activo y la
solidaridad intergeneracional.
4.2.-
La estructura económica de la población.
La estructura económica
de la población estudia la población que contribuye con su
actividad al proceso productivo (población activa) y los sectores en
que desarrolla esa actividad (los sectores económicos).
4.2.1.-
La población activa.
La población activa
es el conjunto de personas de más de 16 años que suministran mano
de obra para la producción de bienes y servicios o que están
disponibles y hacen gestiones para incorporarse a esta producción.
Por tanto, comprende la población que trabaja a cambio de una
retribución (población activa ocupada) y la que busca activamente
empleo (población activa desocupada), bien porque habiéndolo tenido
está en paro, o bien porque está buscando su primer empleo.
La población
inactiva es la que no realiza un trabajo remunerado ni se
encuentra disponible para desempeñarlo, como pensionistas,
rentistas, estudiantes y personas dedicadas a las labores del hogar.
La actividad de una población se mide con tasas como las de
actividad, paro y dependencia.
La tasa de
actividad: porcentaje de activos de una población. La forma
habitual de calcularla es relacionando a la población activa
(ocupados + parados) con la población en edad activa (más de 16
años).
Tasas de actividad =
Población activa x 100 (ocupados + parados)/ población de más de
16 años.
Tasa de paro:
porcentaje de población activa desocupada respecto al total de
población activa.
Tasa de paro =
Población activa desocupada x 100 / Población activa.
Tasa de dependencia:
Porcentaje de población en edad de no trabajar (menor de 16 años y
de más de 65 años) en relación con la población en edad de
trabajar (16 – 64 años). Recae mayor peso sobre la población
trabajadora cuanto mayor es el índice.
4.2.1.1.-
La tasa de actividad.
Los factores que
influyen en la tasa de actividad son demográficos como el porcentaje
de jóvenes y ancianos, y el predominio de la emigración o la
inmigración; económicos, como el nivel de desarrollo; y
socioculturales, como la duración de la escolarización, el trabajo
de la mujer fuera del hogar, y la edad de jubilación.
a.- La tasa de
actividad ha pasado por diferentes etapas, entre la que destacamos,
la sucedida entre 1985 y 2008, para explicar el presente. En esta
fase sobresale el hecho de la incorporación de la mujer al
mercado laboral, de forma creciente, por motivos ideológicos
(cambio de mentalidad sobre su papel en la sociedad); demográficos
(control de la natalidad); económicos (crecimiento del empleo en el
sector terciario y necesidad familiar de un segundo salario).
8
b.- La tasa de
actividad varía según el sexo, la edad y el territorio.
En función del sexo,
la tasa de actividad masculina sigue siendo superior a la femenina.
En función de la edad,
las mayores tasas de actividad se da entre los 30 y 50 años.
En función del
territorio, tienen mayores tasas de actividad aquellos territorios
con mayor dinamismo económico (Madrid, País Vasco y Cataluña).
4.2.1.2.-
La tasa de paro.
Los factores que
influyen en la tasa de desempleo son diversos. Demogŕaficos: el
volumen de la población activa. Económicos: las coyunturas de
expansión o de crisis; la estructura económica del empleo.
Sociales: la flexibilidad laboral y para el despido. Y culturales: la
formación de la mano de obra.
La tasa de paro ha
pasado por diferentes etapas (ver pg 316. ¿Ampliación?).
La tasa de paro
presenta variaciones (ver pg 317. ¿Ampliación?).
Para fomentar el empleo
(ver pg 317. ¿Ampliación?).
4.2.2.-
Los sectores económicos.
(ver
pgs 318 – 319 ¿Ampliación?).
La población activa se
distribuye entre los sectores económicos primario, secundario y
terciario. Su evolución ha pasado por varias etapas desde principios
del siglo XX.
A principios del siglo
XX, el sector primario ocupaba a la mayoría de la población, dado
que la economía y la sociedad eran agrarias. Entre 1960 y 1975 se
aceleró la reducción de la población ocupada en el sector primario
al intensificarse el éxodo rural con la mecanización del campo y
con la oferta de empleo en otros sectores (Secundario: Industria y
Construcción; Terciario: Servicios).
Desde 1975 la ocupación
en el sector secundario ha disminuido hasta alcanzar un 20% en 2015.
Es el sector terciario el que se ha erigido en el mayor empleador de
población (76% en 2015).
21/12/16
Son casi 9 folios, que
se quedan en 7 si le quitas todos los títulos – guiones; y si
además tienes en cuenta el vocabulario que es común para preguntas
de desarrollo y vocabulario, se queda aún en menos.
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