lunes, 30 de enero de 2017

El proceso de urbanización de España y el sistema de ciudades. Ud 7

Ud 7.- El proceso de urbanización de España y el sistema de ciudades.


Guión.


I.- El concepto de ciudad.


II.- El proceso de urbanización en España.


1.- La urbanización preindustrial.
2. La ciudad industrial.
3.- La urbanización posindustrial.


III.- El sistema interurbano español.


1.- Los componentes del sistema urbano: las ciudades y las relaciones urbanas en el sistema de ciudades.
2.- La jerarquía urbana.
3.- La organización espacial del sistema urbano: los ejes urbanos.
4.- Los cambios recientes en el sistema de ciudades: la formación de los sistemas urbanos regionales.


Desarrollo del tema.


I.- El concepto de ciudad. Pg 329.


El concepto de ciudad es complejo y resulta de la combinación de varios criterios:

Criterios cuantitativos o estadísticos. En España el INE considera urbanos los municipios con más de 10.000 habitantes. Pero este criterio por si solo es incompleto, y por ello también debemos usar los criterios cualitativos, los cuales definen la ciudad basándose en sus características. Así, el criterio morfológico considera el aspecto formal de la ciudad. El criterio funcional se basa en actividades económicas urbanas. El criterio sociológico define la ciudad por sus rasgos sociales y el espacial, se basa en la capacidad de la ciudad de organizar el espacio, es decir, de ejercer influencia.

II.- El proceso de urbanización. Pgs 330 – 334.

El proceso de urbanización es la progresiva concentración en la ciudad de población, las actividades económicas principales y las innovaciones, que posteriormente se difunden hacia su entorno. En España se diferencian tres etapas en este proceso: preindustrial, industrial y posindustrial.

II.1.- La urbanización preindustrial.

Comprende desde el origen de las ciudades hasta el inicio de la industrialización en el siglo XIX. Cada época ha dejado su impronta en la configuración de la ciudad, de tal manera que la actual está determinada por las sucesivas adecuaciones de la urbe a cada momento histórico.

La tasa de urbanización, o porcentaje de población urbana, era modesta (no superaba el 10%) y se mantenía estable. El tamaño medio de las ciudades rondaba los 5.000 – 10.000 habitantes, y pocas llegaron a sobrepasar los 50.000 o 100.000.


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Los factores que favorecían la urbanización eran estratégico – militares (desde la ciudad se controlaba el territorio), político – administrativo (era la sede del poder político y la base para organizar el territorio); económicos (controlaban los recursos del entorno y desarrollaban actividades comerciales y artesanales); religiosos (era sede del poder religioso); y culturales (albergaba los centros culturales y educativos). En el ámbito espacial, el área urbanizada era reducida y se diferenciaba claramente del espacio rural circundante, del que solía separarse mediante una muralla.

Tras la etapa preurbana, las primeras ciudades de la Península son de la época de la colonización fenicia, púnica y griega (siglo VIII a.C.). Estos pueblos de comerciantes fundaron una serie de factorías comerciales a lo largo del litoral mediterráneo y suratlántico entre las que destaca Cádiz, la primera ciudad de Occidente.

La romanización, iniciada en el siglo III a.C., supuso la fundación de numerosas ciudades (Barcelona, Tarragona, Mérida, Sevilla, etc). Los romanos utilizaron la ciudad como vehículo de romanización. Sus funciones eran político-militares (control del territorio), administrativas (capitales provinciales) y económicas (explotación de recursos minerales o agrarios próximos). Aportación romana fue la implantación de un plano o trazado urbano de carácter geométrico configurado a partir de dos ejes. La decadencia del poder romano y las invasiones germánicas condujeron a una fase de desurbanización a partir del siglo III.

En la Edad Media se produjo una nueva fase urbanizadora, en dos espacios distintos:

El espacio musulmán: en algunos casos estos fundaron ciudades nuevas (Madrid, Murcia, Almería), pero la mayoría de las veces revitalizaron centros anteriores como centros estratégicos. Lo más representativo de la ciudad musulmana es su plano abigarrado, en el que destacan unas cuantas calles transversales o radiales de trazado sinuoso, angosto, quebrado. Con el avance de la Reconquista las ciudades pasaron a dominio cristiano.

El espacio cristiano: a partir del siglo X se expande con ciudades nuevas o con las conquistadas a los musulmanes. En la Baja Edad Media la reactivación del comercio favoreció a las ciudades situadas a lo largo de rutas comerciales o de puertos, además de las situadas a lo largo del Camino de Santiago. El paisaje urbano se caracterizaba por pequeños recintos amurallados cuyas calles solían ser estrechas, y estar bordeadas con pórticos y soportales.

En la Edad Moderna, la urbanización experimentó vaivenes en función de la situación demográfica, económica y política. En el siglo XVI hubo un crecimiento urbano continuado, en el que destacaron Sevilla como único puerto comercial con América y, Madrid, por ser elegida en 1563 como capital de España. Durante el siglo XVII, la urbanización se estancó por la crisis demogŕafica y económica. En el siglo XVIII el proceso se reanimó, creciendo sobre todo, Madrid y las ciudades portuarias del Mediterráneo y del Cantábrico. Las ciudades conocieron una remodelación de la trama viaria, se optó por una mayor regularización; entre los elementos significativos destacan la introducción de la plaza mayor y una mejora de los equipamientos en general.

II.2.- La ciudad industrial.

Comprende desde el inicio de la industrialización en el siglo XIX hasta la crisis económica de 1975. La tasa de urbanización experimentó un gran crecimiento, pues el incremento de la población urbana superó al de la población rural. Los factores que hicieron crecer estas ciudades fueron dos: administrativos, desde la división provincial de 1833 que convirtió a las 50 capitales de provincia en ciudades rectoras de su ámbitos provinciales; y económico-sociales, por el nacimiento y el desarrollo de la industria moderna, lo cual atrajo a población campesina.
Los planes de ensanche son una de las aportaciones más interesantes del urbanismo de esta época. Los ensanches consistían en la yuxtaposición de un nuevo conjunto urbano, de trazado ortogonal, a la ciudad ya consolidada. Con su creación se pretendía facilitar la cronstrucción de nuevas viviendas. Los ensanches eran zonas de calidad, destinadasa a la burguesía, por lo que terminaron favoreciendo la segregación social. Entre los ensanches destacan el de Madrid (Plan Castro) y el de Barcelona (Plan Cerdá); en Granada este tipo de ensanche equivalió a la creación de la Gran Vía.

En el ámbito espacial, las grandes ciudades concentraron el crecimiento demográfico y se extendieron en el espacio, constituyendo amplias periferias. Estas llegaron a unirse con municipios vecinos, formando áreas metropolitanas.

Será, principalmente, durante el “Desarrollismo 1960 – 1975” cuando se produzcan el mayor crecimiento urbano del siglo XX. El factor principal fue el desarrollo de la industria, unido a un elevado crecimiento natural (baby boom). Las principales áreas urbano-industriales fueron el triángulo del nordeste, los ejes del Cantábrico, mediterráneo y del Ebro, así como Madrid y su entorno. En menor medida, contribuyó a la urbanización el desarrollo de las actividades terciarias, como los servicios avanzados en las grandes metrópolis regionales; el turismo en el litoral mediterráneo y canario; y los servicios tradicionales en algunas capitales provinciales no industrializadas.

II.3.- La urbanización postindustrial.

La crisis de 1975 introdujo cambios en el proceso de urbanización, consolidados desde 1980, dando paso a una nueva etapa conocida como urbanizacón posindustrial, en el que ya el factor decisivo de la urbanización no es la industria, sino el sector servicios.

En esta etapa la tasa de urbanización desacelera su crecimiento, pero también porque su porcentaje en la actualidad es muy elevado (79% en 2015). La industria perdió peso porque la crisis de 1975 produjo desindustrialización y declive en las ciudades afectadas. Las actividades terciarias ganan relevancia como factor de urbanización, especialmente en las grandes metrópolis, en las regiones turísticas; y en las regiones menos dinámicas del interior, donde predomina un sector terciario de baja cualificación.

En el ámbito espacial, se frena la concentración del crecimiento demográfico en las grandes ciudades, aunque estas siguen extendiendo su área urbanizada. La razón es la difusión de parte de su población y de sus actividades económicas hacia espacios que ofrecen suelos más abundante y barato como las ciudades pequeñas y medias de municipios colindantes. El resultado es la extensión del área urbanizada por espacios cada vez más amplios. Este fenómeno conocido, como “dispersión de la urbanización” o “urbanización difusa”, no significa una pérdida de primacía de las grandes ciudades. Por el contrario, estas incrementan su dominio, al mantener y concentrar las funciones principales y controlar las instaladas en un espacio cicundante cada vez mayor.

III.- El sistema interurbano español. Pgs 359 – 366.

Las ciudades españolas constituyen un sistema integrado por el conjunto de las ciudades y las relaciones que establecen entre sí. En el espacio, el sistema urbano dibuja redes compuestas por “nodos” (las ciudades) y líneas (“los flujos que las relacionan”).

Las distintas ciudades que componen el sistema se organizan jerárquicamente y conforman ejes urbanos con diferente nivel de dinamismo y de integración. Estos ejes, heredados de la época industrial, han experimentado cambios desde la década de 1980 en relación con la implantación del estado autonómico y la integración española en el contexto internacional.
III.- 1.- Los componentes del sistema urbano.

El sistema urbano español está constituído por un conjunto de ciudades interrelacionadas. Por tanto se compone de unos elementos, las ciudades; y de las relaciones que se establecen entre sí.

III.1.1.- Las ciudades.

III.1.1.1. El tamaño de las ciudades.

a.- El tamaño demográfico de las ciudades se establece mediante la regla rango tamaño. Esta otorga a cada ciudad un rango o número de orden en el sistema según el tamaño de su población. En España:

Existen quince grandes aglomeraciones urbanas, que superan los 500.000 habitantes. De ellas, el área metropolitana de Madrid, con más de cinco millones, ocupa el rango número 1 en el sistema. Le sigue el A.M de Barcelona, que con más de tres millones, cuenta con un tamaño mayor que el habitual para la segunda aglomeración de un sistema nacional, lo que configura un sistema bipolar. A continuación, se sitúan cinco aglomeraciones que superan los 800.000 habitantes: Valencia, Sevilla, Bilbao, Málaga y Cudad Astur; y otras ocho con más de 500.000: Alicante – Elche, Zaragoza, Bahía de Cádiz, Murcia, Granada, Las Palmas de Gran Canaria, Vigo – Pontevedra y Palma de Mallorca.

Existe un elevado número de aglomeraciones y ciudades medias entre 50.000 y 250.000 habitantes, debido a la reciente difusión de población y actividades económicas desde las grandes aglomeraciónes urbanas.

b.- La distribución territorial de las ciudades peninsulares por su tamaño se caracteriza por la localización en el centro peninsular de la mayor aglomeración urbana, Madrid. Rodeándola se encuentran las principales aglomeraciones urbanas, situadas en la periferia, y un espacio interior poco urbanizado, donde predominan las ciuadades medias y pequeñas.

III.1.1.2.- Las funciones urbanas.

Las funciones urbanas son las actividades socioeconómicas desempeñadas por las ciudades hacia el exterior, no las encaminadas al servicio interno de la ciudad. Según su función principal las ciudades pueden ser primarias, secundarias o terciarias; aunque las grandes ciudades son multifuncionales y desempeñan varias funciones simultáneamente.

a.- Las ciudades primarias están especializadas en actividades del sector primario. Entre ellas se encuentran las agrociudades andaluzas, manchegas, murcianas y levantinas, como Almendralejo, Écija, Osuna, etc.

b.- Las ciudades secundarias, en unos casos, están especializadas en la industria, implantada durante la Primera Revolución Industrial (Avilés, Bilbao) o el desarrollismo (Huelva, Valladolid, Zaragoza).

c.- Las actividades terciarias están especializadas en los servicios, que son hoy las actividades que mejor definen el rango y la influencia de una ciudad. Estos servicios pueden ser empresariales, financieros, comerciales, de transporte, administrativos, culturales, sanitarios, religiosos, turísticos, etc. Ejemplos de ciudades muy terciarizadas son Madrid y Palma.


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III.1.1.3.- El área de influencia urbana.

Las funciones desempeñadas hacia el exterior convierten a las ciudades en lugares centrales, que abastecen de bienes y servicios a un área más o menos extensa, denominada área de influencia. La amplitud del área será mayor cuanto más diversas y especializadas sean las funciones urbanas: nacional, regional, subregional, comarcal o local. El alcance del áea de influencia puede modificarse en función de los cambios económicos y de la dotación de medios de transporte y comunicación.

III.1.2.- Las relaciones urbanas en el sistema de ciudades.

Las ciudades de un sistema urbano se relacionan entre sí. Estas relaciones se miden por los flujos o intercambios económicos (mercancías, capitales, inversiones); de personas; y de otros tipos (políticos, administrativos, culturales, o de información). Cuando los flujos son unidireccionales, entre una ciudad y otra, indican relaciones de dominio/subordinación; cuando son bidireccionales, indican relaciones de integración/competencia.

En el sistema urbano español, las relaciones entre las ciudades se caracterizan por estos rasgos:

a.- Las relaciones más intensas corresponden a Madrid, que mantiene importantes flujos con las demás metrópolis, especialmente con Barcelona. Barcelona tiene una influencia general más débil, aunque intensa en el oriente peninsular y Baleares. Y el cuadrante nordeste es el área de mayor integración, pues sus cinco metrópolis principales mantienen intensas relaciones (Madrid-Barcelona- Valencia-Bilbao-Zaragoza).

b.- En el resto del sistema, las relaciones entre ciudades son más reducidas e incompletas. Predominan los flujos de las ciudades con su zona rural o con ciudades próximas. El área con mayor desconexión entre ciudades es la que rodea a Portugal, excepto Galicia; en la submeseta sur existen amplios espacios desconectados; en el Cantábrico, las relaciones se debilitan hacia el oeste; y las relaciones entre las metrópolis andaluzas y levantinas son poco intensas.


III.2.- La jerarquía urbana.

Las ciudades que componen el sistema urbano se organizan jerárquicamente en función de su tamaño demográfico, sus funciones, la extensión del área de influencia y las relaciones que mantienen con los demás. En esta jerarquía se distinguen cinco categorías:

a.- Las metrópolis nacionales son las dos mayores áreas metropolitanas de España: Madrid y Barcelona. Su población supera los tres millones  de habitantes. Cuentan con las funciones más diversificadas: concentran las sedes de las grandes empresas nacionales y multinacionales y, por tanto, los centros de decisión empresarial; poseen industrias de alta tecnología y ofrecen servicios muy especializados (financieros, de gestión, innovación, cultura y esparcimiento). Su área de influencia es nacional y mantienen estrechas relaciones con otras metrópolis internacionales, enlazando el sistema urbano español con el sistema europeo y mundial.

b.- Las metrópolis regionales son grandes áreas metropolitanas como Valencia, Sevilla, Bilbao, Málaga y Zaragoza. Su población se encuentra entre un millón y 500.000 habitantes. Cuentan con funciones diversificadas industriales y terciarias y ofrecen numerosos servicios especializados. Su área de influencia es regional y mantienen intensas relaciones con las metrópolis nacionales.

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c.- Las metrópolis subregionales o regionales de segundo orden son áreas metropolitanas de menor tamaño, como Valladolid, Alicante, Córdoba o Granada. Tienen una población entre 500.000 y 250.000. Cuentan también con funciones bastante diversificadas y algunos servicios especializados (Universidad), pero de influencia subregional, o regional en el caso de comunidades autónomas uniprovinciales.

d.- Las ciudades medias son en su mayoría capitales provinciales no incluídas en los apartados anteriores. Su población oscila entre los 250.000 y 50.000 habitantes. Sus funciones son menos diversificadas y se centran en servicios comerciales, administrativos y sociales de ámbito provincial.

e.- Las ciudades pequeñas tienen una población entre 50.000 y 10.000 habitantes, como Soria, Teruel, etc. Sus funciones son reducidas y poco especializadas, aunque pueden contar con algunos equipamientos de cierta especialización (educativos y sanitarios). Son nodos de transporte para la comarca y su área de influencia es, sobre todo, comarcal.


III.3.- La organización espacial del sistema urbano: los ejes urbanos.

Las distintas categorías de ciudades se distribuyen en el espacio formando agrupamiento o ejes urbanos. El sistema urbano peninsular heredado de la etapa industrial se caracteriza por la localización en el centro de la mayor aglomeración urbana del país, Madrid, rodeada por ejes urbanos periféricos y por un interior poco urbanizado, sin ejes integrados.

a.- Madrid, en el centro de la Península, es el núcleo urbano principal de España. Cocentra funciones terciarias avanzadas y mantiene relaciones con las ciudades de las provincias limítrofes y con las principales ciudades españolas.

b.- Los ejes urbanos periféricos se disponen de forma semicircular en torno a la capital.

b.1.- El eje atlántico gallego se extiende entre el Ferrol y Vigo. Está especializado en el comercio y el transporte. Se relaciona con ciudades del interior gallego (Ourense y Lugo) y trata de mejorar sus vinculaciones con Madrid y con el eje cantábrico.

b.2.- El eje cantábrico es un eje discontinuo que incluye el triángulo asturiano (Oviedo-Gijón-Avilés); Santander; y el triángulo vasco (Bilbao-Donostia o San Sebastián – Vitoria o Gasteiz). Se encuentra en fase de ajuste, con progresiva pérdida de la preeminencia de la industria madura e implantación de nuevas actividades. Se relaciona con ciudades próximas del interior (León, Burgos y Logroño) y trata de incrementar sus conexiones con otros ejes: Asturias con Extremadura y Andalucía a través de la Ruta de la Plata y el País Vasco con el Eje del Ebro.

b.3.- El eje mediterráneo comprende desde Girona a Cartagena. Es el eje más dinámico, con una industria muy diversificada y un fuerte peso del turismo. Conecta con los ejes del Ebro (desde Tarragona); con Madrid (a través de Cuenca y Albacete); y con Andalucía (a través de Granada), y con Baleares (puertos de B y V).

b.4.- El eje del valle del Ebro, entre Vitoria y Tarragona, tiene como ciudad principal a Zaragoza. Es un eje dinámico, con equilibrio entre la industria y los servicios, especialmente los relacionados con su posición de intermediación (transporte, logística, distribución), dado que enlaza los ejes cantábrico y mediterráneo. Además, mantiene importantes relaciones con Madrid.

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b.5.- El eje andaluz es doble. El eje litoral, entre Almería y Huelva, es un eje dinámico especializado en el turismo, el comercio, la agricultura tecnificada, o las industrias básicas; y se relaciona con el eje mediterráneo. El eje del valle del Guadalquivir, entre la costa atlántica y Jaén, es un eje menos dinámico especializado en actividades agrarias, industrias locales y turismo. Se relaciona con Madrid (a través de Sevilla) y con el incipiente eje extremeño.

c.- El interior peninsular carece de ejes urbanos integrados. Predominan las pequeñas ciudades especializadas en actividades tradicionales, siendo las más destacadas las capitales provinciales. No obstante, se están constituyendo ejes incipientes a lo largo de las nuevas infraestructuras de transporte, cuyas ciudades se benefician de la difusión de actividades desde las grandes aglomeraciones. Es el caso del eje Madrid-Albacete-Valencia/Alicante; del eje diagonal Badajoz-Madrid-Zaragoza-Barcelona; y del eje Madrid-Valladolid-A Coruña/Oviedo-Gijón.

En las islas Baleares y Canarias, la formación de ejes urbanos se ve dificultada por las fragmentación territorial en islas. Las relaciones con el sistema urbano peninsular tienen lugar sobre todo con Madrid; y con Valencia y Barcelona en el caso de las Baleares. Por su parte, las ciudades norteafricanas de Ceuta y Melilla, especializadas en actividades terciarias, conectan sobre todo con las ciudades andaluzas.


III.4.- Los cambios recientes en el sistema urbano: la formación de los sistemas urbanos regionales.

Desde la década de 1980, el sistema urbano español está experimentando cambios. Las causas han sido la implantación del sistema autonómico, que está favoreciendo la creación de subsistemas regionales; y la integración en Europa y en el proceso de globalización, que genera una creciente competencia entre ciudades por ocupar las posiciones destacadas en los ejes europeos y globales.

La implantación del estado de las autonomías está favoreciendo la constitución de subsistemas urbanos regionales. Se caracterizan por el incremento de las capitales autonómicas y de las relaciones entre las ciudades de la comunidad, en detrimento de las relaciones con Madrid y con otros sistemas regionales. Estos subsistemas responden a diversas tipologías:

a.- Sistemas monocéntricos primados: una aglomeración urbana principal concetra la población y las funciones regionales y faltan los niveles intermedios de ciudades. En estos sistemas, las relaciones son unidireccionales y de dependencia (Madrid, Aragón, Cantabria, Cataluña, Murcia y Baleares).
b.- Sistemas monocéntricos jerarquizados: una ciudad principal concentra la población y las funciones regionales, pero existen varios niveles intermedios de ciudades, entre los que se transmiten los flujos de manera jerárquica (C. Valenciana y Andalucía Occidental, La Rioja, Navarra).

c.- Sistemas policéntricos: dos o más ciudades se reparten la población y las funciones regionales y mantienen flujos bidireccionales entre sí y unidireccionales con otras ciudades de menor rango (Galicia, Asturias, País Vasco, ambas Castillas, Extremadura, Andalucía Oriental y Canarias)). Fin.






7 19/01/17

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