Guión.
1.- El proceso de industrialización y sus hitos más recientes.
1.1.- Los antecedentes de la industrialización en el siglo XIX.
1.2.- El crecimiento industrial hasta 1960.
1.3.- El impulso industrializador de los años 60: los Planes de Desarrollo.
1.4.- Crisis y reestructuración de la industria española (1974 - 1986)
1.5.- La industria tras el ingreso de España en la CEE (1986-2016).
2.- Factores de la actividad industrial.
2.1. Las
materias primas.
2.2.. Las
fuentes de energía.
3.1.
Sectores industriales tradicionales.
3.2.-
Sectores industriales dinámicos.
3.3.
Sectores de vanguardia.
Desarrollo de los contenidos conceptuales.
1.- El proceso de industrialización y sus hitos más recientes.
1.1.- Los antecedentes de la industrialización en el siglo XIX.
La industrialización española
fue lenta y tardía debido a la conjunción de los siguientes
factores negativos:
a.- La insuficiente producción
energética de España: escasez en cantidad y calidad de carbón
b.- La falta de inversión
industrial nacional: la gente adinerada prefirió invertir en las
tierras de la Desamortización, en los ferrocarriles o en Deuda
Pública.
c.- Deficiente red de transportes
y conflictos militares como la Guerra de la Independencia,
emancipación de las colonias americanas, Guerras Carlistas,...
d.- Predominio del sector primario
de subsistencia, que demandaba pocos productos industriales y no
dejaba crearse un mercado nacional con cierta entidad.
Aún así, aparecieron en la
primera mitad del siglo XIX algunos sectores dinámicos como los
Altos Hornos de Vizcaya o la industria textil catalana, sin olvidar
el incipiente desarrollo industrial de Málaga gracias a su
empresario Heredia, el cual llegó a tener cien mil empleados en sus
empresas industriales y mineras.
En la segunda mitad del XIX la
industria siguió creciendo bajo un sistema proteccionista, y
orientada hacia los bienes de consumo sobre todo. Los sectores más
destacados fueron el siderometalúrgico y el textil, concentrados en
torno a Vizcaya, Barcelona y Madrid, mientras en el resto
prácticamente solo existía una industria de base agraria
(harineras, aceiteras,..).
Junto al desarrollo de la citada
industria siderúrgica y textil, se tendió una amplia red
ferroviaria, construida y explotada por empresas extranjeras y con
material extranjero, debido a la limitada producción de acero de
España. Al mismo tiempo nuestro país se convirtió en un productor
y exportador de minerales, sin que apenas este factor se aprovechase
para intensificar la industrialización.
Si aprovechó su mineral el
capital vasco, de modo que España se convirtió en el primer
productor de hierro de gran calidad. Este se exportaba principalmente
a Gran Bretaña desde Bilbao, y los barcos volvían con carbón, lo
que, junto a esos yacimientos de hierro vizcainos, fortaleció la
industria siderúrgica y metalúrgica vasca en detrimento de los
malagueños o asturianos.
1.2.- El
crecimiento industrial hasta 1960.
Durante el primer tercio del XX
creció la producción industrial gracias a la protección
arancelaria, repatriación de capitales gracias a la repatriación
del capital indiano, al gran tirón de demanda que significó la IGM.
Poco después la guerra civil truncó la fase expansiva del primer
tercio del siglo; a lo que habría que sumar la posguerra española
de aislamiento internacional y autarquía.
Destacar en la posguerra la
creación del INI (Instituto Nacional de Industria), que con una
decisiva participación de capital estatal, impulsó sectores básicos
como la siderurgia, naval, petroquímica, automoción. A partir de
1950, coincidiendo con una nueva fase expansiva mundial y con el fin
del aislamiento español, comienzan a llegar industrias y capitales
extranjeros.
La nueva estructura industrial
será dual: por un lado, grandes empresas de capital público
orientadas a producir energía y bienes de equipo (Hunosa, Ensidesa,
Endesa, Sevillana, SEAT, Campsa, etc); y por otro, la pequeña y
mediana empresa (Pyme) de capital privado, dedicado a las industrias
de transformación y de bienes de consumo.
Territorialmente la política
industrial favoreció la consolidación industrial de Cataluña, País
Vasco y Madrid, en detrimento, de otras regiones que permanecieron
en el subdesarrollo industrial.
1.3.- El
impulso industrializador de los años 60: los Planes de Desarrollo.
Entre 1959 y 1975 se produjo un
enorme crecimiento económico de España: el PIB creció de media en
torno al 7% anualmente. Las causas de ese crecimiento fueron dos
millones de españoles en el extranjero enviando remesas, la llegada
de capital extranjero tanto a través de inversiones industriales o
invirtiendo capital en empresas, a lo que hay que añadir la gran
aportación del turismo.
El gobierno, ya tecnócrata, puso
en marcha los Planes de Desarrollo e intentó difundir la industria
mediante la creación de Polos de Desarrollo y Promoción, entre los
que destacaron Huelva, Córdoba, Burgos y Granada (Polígono
Juncaril). Estos no dieron todos los resultados previstos y el
crecimiento industrial volvió a localizarse en las regiones con
mayor tradición industrial y sus áreas adyacentes, lo cual agravó
los desequilibrios regionales preexistentes. Por un lado los espacios
más industrializados (Cataluña, País Vasco y Madrid), concentraron
las inversiones multinacionales, y, por otro, la mayoría de las
regiones mostraban una gran debilidad industrial. De hecho, el modelo
industrial del franquismo acentuó las diferencias entre regiones
ricas y pobres, favoreciendo la emigración, lo que vino a
incrementar aún más los desequilibrios.
1.4.-
Crisis y reestructuración de la industria española (1974 - 1986)
En 1974 España era la décima
potencia industrial del mundo, pero el encarecimiento de la energía
causada por la Crisis del Petróleo de 1973, aumentó nuestros costes
de producción y provocó una severa crisis industrial. Las causas de
la misma pueden catalogarse de externas e internas:
Externas: además del
encarecimiento del precio del petróleo, destacó también la mayor
competencia de nuevos países industriales, el agotamiento de modelo
industrial anterior con la aparición de nuevos sectores más
tecnológicos, en los cuales España no resultaba competitiva.
Internas: dependencia
energética y tecnológica, predominio del minifundismo industrial,
complicada situación politica (hasta 1984 los gobiernos no abordan
seriamente la necesidad de realizar reconversiones industriales en
los sectores más afectados).
Para paliar los problemas
derivados de la reconversión (paro, disminución del tejido
industrial en las zonas afectadas) se desarrollaron planes de
reindustrialización con la creación de las Zonas de Urgente
Reindustrialización (ZUR).
1.5.-
La industria tras el ingreso de España en la CEE (1986-2016).
A partir de nuestra entrada en la
CEE (1986), España tuvo que continuar con las reconversiones
industriales. Desde entonces, la política industrial española sigue
las directrices de la CEE (Comunidad Económicas Europea), ahora
llamada UE (Unión Europea), entre las que se aplicaron las
siguientes: eliminar las ayudas estatales, desarme arancelario entre
los países miembros, política de privatizaciones de empresas
estatales rentables (Gas Natural, Telefónica, Repsol, Endesa,
Tabacalera, Campsa,…) La política comunitaria pretende priorizar
las industrias con un importante valor añadido, basadas en el I+D o
I+D+I (Investitgación, Desarrollo, Innovación).
2.-
Factores de la actividad industrial.
Los factores que condicionan la
actividad industrial son las materias primas y fuentes de energía
(ver libro).
2.1. Las
materias primas.
La industria es el proceso de
transformación de las materias primas en productos elaborados o
semielaborados aptos para ser utilizados en nuevos procesos
industriales. Las materias primas, junto con las fuentes de energía,
han sido factores claves de la localización en el territorio español
de la actividad industrial.
Para conocer las materias primas
podemos clasificarlas según su origen:
a.-
De origen mineral: se concentran en yacimientos y su
extracción se realiza en minas y canteras.
Se pueden distinguir cuatro
grandes grupos de materias primas de origen mineral:
Minerales energéticos:
algunas fuentes de energía como el carbón, petróleo, gas, uranio.
Minerales metálicos: se
destinan a industrias metalúrgicas, químicas y de transformación.
Ejemplos; hierro, cobre, plomo, oro, plata,...)
Minerales no metálicos:
cuarzo, caolín, …. Se usan en la construcción y en la industria
química.
Rocas industriales: Se
explotan en canteras y su destino es la construcción (mármol,
granito, pizarra).
b.-
De origen orgánico: animal, vegetal, forestal. Lo expresamos
con más precisión.
Materias primas de origen animal o
vegetal: carne, algodón, lana, pescado, aceite, y podemos analizar
de la lista de la compra cuántos productos proceden de este tipo de
materias primas. Precisamente la distribución de estas materias
primas por toda la geografía española conllevó que casi todos los
pueblos de Andalucía con olivos tenían su propia fábrica de
aceite; de harina los que tenían trigales; y lagares - bodegas,
los de vino; es la agroindustria. En Granada, la remolacha azucarera
llegó a tener, hace un siglo, unas 25 fábricas repartidas con sus
tranvías por toda la Vega.
Materias primas de origen
forestal: madera, corcho, fragancias,…
2.2.. Las
fuentes de energía.
La energía es la fuerza que se
convierte en trabajo mecánico para transformar las materias primas.
Las fuentes de energía se pueden clasificar en renovables o no
renovables y en primarias o secundarias . Ver vocabulario. A
continuación describimos someramente las más destacadas.
El carbón: mineral básico
en la primera revolución industrial. Se localiza en España en las
cuencas sedimentarias de la era primaria, periodo carbonífero. Por
ejemplo: Asturias, León, Teruel, o en Peñarroya-Pueblo Nuevo en la
Sierra Morena cordobesa. En España su localización tuvo la
importancia de llegar a convertir a Asturias en la región con más
renta per cápita, cuando HUNOSA poseía más 100.000 mineros;
actualmente no llega a ocupar ni a 3.000 trabajadores.
El petróleo: es la fuente
de energía que más se utiliza en España (motores de combustión,
principalmente). Las condiciones geológicas en España no favorecen
su presencia. De este modo, con la producción española de
petróleo(Tarragona, y hasta este año 2017: Ayoluengo (Burgos)); no
alcanzaría ni para el consumo de un solo día de los españoles.
El uranio: hasta
recientemente existía un yacimiento en la penillanura salmantina. El
material extraído, tras su enriquecimiento previo en USA o Francia,
se destinaba a la casi decena de centrales nucleares españolas cuya
generación eléctrica equivale al 20% de consumo eléctrico
nacional.
El gas natural: la
producción de gas en España es escasa (Vizcaya, marismas de
Huelva); no obstante su consumo ha crecido bastante desde la crisis
del petróleo. A España llegan dos gasoductos desde Argelia, también
un ramal desde Europa, además del gas licuado en metaneros.
La energía eólica: se ha
incorporado con fuerza a la producción eléctrica española. España
se ha convertido en un país con numerosos pasiajes repletos de
aerogeneradores. Vienen produciendo r el 20% de la energía eléctrica
española en estos últimos años. Cuando un frente activo recorre
España llegan a producir hasta el 40% de la electricidad que ese día
se consume en España.
La energía solar: existen
dos tipos (termosolar y fotovoltaica). No cubre aún el 3% de la
producción, pero conforme mejora la tecnología resulta más barata.
La termosolar tiene largo recorrido puesto que se obliga a instalarla
en toda los edificios de nueva construcción en España.
La energía biomasa es obtenida
por la combustión de residuos agrarios - forestales (por ejemplo:
ramas de olivo, de pinos, de toda la maleza que se limpia en el
campo. Por ahora resulta cara.
3.-
Principales sectores industriales.
Las actividades industriales se
agrupan, en torno a sectores, que se identifican por la naturaleza u
origen de las materias primas utilizadas o por el destino final de
los bienes producidos. Según el volumen y peso de las materias
primas utilizadas o la energía necesaria para transformarlas
distinguimos entre industrias pesadas (siderurgia, petroquímica,…)
y ligeras (agroalimentaria, textil).
Pero la clasificación más
elocuente sitúa a las industrias en tres niveles según el destino
de su producción:
a.-Industrias de base.
b.- Industrias de bienes de
equipo.
c.- Industrias de bienes de uso y
consumo. (Ver vocabulario).
También podemos usar como
criterio a la hora de clasificar a la actividad industrial según su
antigüedad o actualidad; distinguiendo entre industrias
tradicionales o sectores de vanguardia.
3.1.
Sectores industriales tradicionales.
Entre ellos incluimos los que
iniciaron el proceso de industrialización, relacionados con el metal
y el textil. La metalúrgica básica ha sido uno de los principales
sectores de la industria en los dos últimos siglos. En ella
distinguimos la siderurgia (acero). Esta se consolidó sobre
todo en el País Vasco, para luego extenderse por impulso del Estado
(INI) al Mediterráneo (Sagunto – Valencia) y a Asturias (minería
– Ensidesa).
Derivada de la siderurgia es la
industria metálica. Fabrica una amplia gama de productos desde
ferretería hasta maquinaria. Presenta cierta difusión por todo el
territorio, aunque posee mayor número de fábricas en País Vasco,
Cataluña y Madrid.
Mucho más reciente es el sector
del electrodoméstico, vinculada a la demanda surgida a partir
de los años 60 por el desarrollismo español. Ha sufrido varias
reconversiones primero, tras la crisis del petróleo, y, luego con la
llegada de la competencia de los países emergentes.
La industria naval,
vinculada al acero y a la tradición de la construcción de buques,
conoció una gran expansión en los años 60 de la mano del holding
estatal INI (Instituto Nacional de Industria). Pot iniciativa del INI
se construyeron grandes astilleros en localidades costeras
significativas del litoral español: Ferrol y Cádiz. Se crearon
grandes empresas públicas (Astano, Bazán), especializadas en la
construcción de petroleros y graneros; decenas de miles de
trabajadores llegaron a trabajar en los astilleros públicos,
llegando a ser unos de los más importantes del mundo.
Tras la crisis de 1973 los
astilleros españoles fueron perdiendo competitividad, y se les
aplicó una reconversión industrial intensa. Para remediar sus
efectos económicos y sociales en las comarcas afectadas se crearon
las ZUR Zonas de Urgente Reindustrialización (Bahía de Cádiz).
Los sectores de la industria del
textil, cuero y calzado han venido siendo claves en el tejido
industrial español. Sin ir más lejos, la industria textil catalana
constituyó uno de los pilares de la industrialización española.
Por su parte la industria de la confección, rama derivada de la
industria textil, surgió a partir de la población que demandaba
confecciones en lugar de tejidos. Está formada por multitud de
pymes. Resulta significativo que una de las mayores empresas en
ventas de prendas de confección del mundo (Inditex), no posea
actividad industrial en España, aunque sí las funciones rectoras
del grupo gallego. 5
Por su parte la industria del
calzado mantiene su actividad sobre todo en la provincia alicantina,
mientras que el cuero ocupa un importante peso en la industria
mallorquina, sin olvidar Ubrique.
3.2.-
Sectores industriales dinámicos.
Otros sectores, como los de
automoción, químico y agroalimentario, presentan un mayor
dinamismo, gracias a su condición de abastecedores de productos
bastante demandados por la sociedad actual. Por lo general, son
actividades con un alto componente tecnológico, que han requerido
grandes inversiones, capital multinacional y destacadas instalaciones
fabriles.
El sector del automóvil se
desarrolló en España en la década de 1960, siendo su producto el
emblema de la nueva sociedad española industrial, urbana, y
consumista. Prosperó al principio su actividad bajo la protección
estatal (INI – Seat – Licencia Fiat). Más tarde se consolidó
por la llegada progresiva de las nuevas factorías de varias
multinacionales del atumóvil (Citroen en Vigo, Renault en
Valladolid, Ford en Valencia, Opel en Zaragoza, Peugeot en Madrid,
.... Además surgieron multitud de pequeñas empresas relacionadas
con el auxiliar del automóvil.
Actualmente España está entre
los diez mayores productores de automóviles del mundo. La producción
nacional de automóviles supone el sector industrial más exportador
de nuestra economía, con un 20% del total de las exportaciones
industriales. Eso sí, la totalidad de las empresas productoras del
automóvil asentadas en España son europeas; aparte, la Ford
americana.
El sector químico
constituido por la industria petroquímica y la química de
transformación. La primera desarrolla la química de base en grandes
complejos industriales (Polos Químicos), por lo general asociados a
refinerías de petróleo (Tarragona, Huelva, Algeciras, Cartagena).
Suelen estar asociadas sus empresas productoras a capital extranjero,
por las grandes inversiones que necesitan.
La industria química de
transformación obtiene productos diversos (pinturas, fertilizantes,
y multitud de productos), que se elaboran en centros mucho más
reducidos que los de la petroquímica. Quizá por ello este tipo de
química presenta una mayor dispersión, aunque predominan en el
litoral catalán, País Vasco y Área Metropolitana de Madrid.
El sector agroalimentario se
caracteriza por la diversidad en cuanto a la naturaleza de los
productos, los procesos de transformación, la estructura
empresarial, la distribución geográfica, etc. En general predominan
las fábricas pequeñas y medianas, aunque en algunos sectores tienen
un papel destacado las multinacionales (Lácteos, refrescos, …)
3.3.
Sectores de vanguardia.
Con una clara proyección de
futuro se hallan los sectores de tecnología punta, que
aportan descubrimientos, nuevos materiales, sistemas y medios para
mejorar la producción industrial. Su importancia radica en lo
relevante que resulta la tecnología aplicada en el mundo actual.
España destaca en sectores como
las energías renovables (eólica, solar), sector textil (Inditex,
etc) en las desalinizadoras, maquinaria de ferrocarril, etc Las
principales industrias se localizan en las grandes metrópolis
nacionales como Madrid o Barcelona.
6
4.-
Distribución geográfica de la industria en España.
La industria española ha tenido
una tendencia a concentrarse en determinadas áreas. Este fenómeno
se debió, al principio, a la disponibilidad de materias primas y
fuentes de energía como factores de localización industrial (
puerto de Barcelona, cuencas hulleras, ferrerías vizcaínas). Ya
en el siglo XX se fueron seleccionando las zonas según sus ventajas
comparativas. Se consolidó así un modelo de localización
industrial polarizado en el País Vasco, Cataluña y Madrid, que a
medida que iban creciendo, atraían nuevas empresas que se
beneficiaban de la cercanía de otras muchas en ese entorno
(economías de escala).
Este modelo alcanzó su plenitud
entre 1965 – 1975, cuando se concentró el mayor crecimiento
industrial en las principales áreas metropolitanas nacionales.
El problema comenzó a variar en
los años 80 al aparecer problemas como el encarecimiento del suelo
industrial, déficit de infraestructuras, congestión, etc. Ante esta
situación se buscaron soluciones que pasaran por la descongestión
industrial optando en numerosas ocasiones por nuevos emplazamientos
alejados de las áreas congestionadas de Madrid y Barcelona. A ello
ayudaron la mejora generalizada de los sistemas de transporte y
comunicaciones, así como las medidas de atracción industrial
aplicadas por los gobiernos regionales.
En el nuevo mapa industrial de
España se advierten las siguientes características:
a.- Consolidación de Barcelona
y Madrid como centros neurálgicos de la industria española. Sus
respectivas áreas metropolitanas han consolidado una potente y
diversificada actividad industrial, que en los últimos años ha
experimentado dos tendencias opuestas: por una parte, la crisis y la
reconversión de de importantes sectores industriales y, por otra, la
revitalización de sus tejidos industriales a partir de la
instalación de establecimientos dinámicos y de sectores de alta
tecnología.
b.- Declive de los espacios
tradicionales de la industria española, particularmente los
situados en la cornisa de la cordillera Cantábrica, puesto que se
hallan en retroceso a consecuencia de la crisis que afectó a
sectores tradicionales de sus industria (siderurgia, naval, ….). El
declive ha afectado a Asturias, y sobre todo al País Vasco, que ha
optado por sectores metalúrgicos con más demanda.
c.- Espacios industriales en
expansión, entre los que destacamos las áreas periurbanas y los
ejes de desarrollo. En las áreas periurbanas de las ciudades se han
consolidado áreas industriales al amparo de la proximidad de esos
mercados y de los centros de distribuición, además de las
facilidades para adquirir suelo industrial. Estas instalaciones
forman franjas o coronas que concentran industrias diversas en
polígonos entre la ciudad residencial y el espacio rural adyacente.
Los ejes de desarrollo son
el resultado del proceso de difusión espacial de la industria a lo
largo de corredores que comunican áreas industrializadas; los más
dinámicos son el eje del Ebro y el eje del Mediterráneo. El primero
aprovecha los beneficios geográficos de su situación entre el País
Vasco y Cataluña. El eje mediterráneo, desde Gerona a Murcia, acoge
una industria muy diversificada que se beneficia del amplio mercado
que le proporciona las altas densidades de población en el litoral.
Además de estos dos ejes, hay otros interiores, igualmente dinámicos
como el del Henares, entre Madrid y Guadalajara. En cuanto a los ejes
secundarios regionales, son buenos ejemplos los de Ferrol-Vigo,
Palencia-Valladolid y el del Guadalquivir.
d.- Los espacios de
industrialización escasa se corresponde con las zonas interiores de
la Península y algunas periféricas. Grandes espacios de ambas
Castillas o de Extremadura. El interior peninsular se
caracterizan por su escasez industrial.
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