domingo, 19 de marzo de 2017

El Espacio Industrial en España ud 12.

Ud 12.- El Espacio Industrial en España. Bloque 8.


Guión.


1.- El proceso de industrialización y sus hitos más recientes.
1.1.- Los antecedentes de la industrialización en el siglo XIX.
1.2.- El crecimiento industrial hasta 1960.
1.3.- El impulso industrializador de los años 60: los Planes de Desarrollo.
1.4.- Crisis y reestructuración de la industria española (1974 - 1986)
1.5.- La industria tras el ingreso de España en la CEE (1986-2016).


2.- Factores de la actividad industrial.
2.1. Las materias primas.
2.2.. Las fuentes de energía.

3.- Principales sectores industriales en la actualidad.
3.1. Sectores industriales tradicionales.
3.2.- Sectores industriales dinámicos.
3.3. Sectores de vanguardia.

4.- Distribución geográfica de la industria en España.


Desarrollo de los contenidos conceptuales.


1.- El proceso de industrialización y sus hitos más recientes.


1.1.- Los antecedentes de la industrialización en el siglo XIX.


La industrialización española fue lenta y tardía debido a la conjunción de los siguientes factores negativos:

a.- La insuficiente producción energética de España: escasez en cantidad y calidad de carbón

b.- La falta de inversión industrial nacional: la gente adinerada prefirió invertir en las tierras de la Desamortización, en los ferrocarriles o en Deuda Pública.

c.- Deficiente red de transportes y conflictos militares como la Guerra de la Independencia, emancipación de las colonias americanas, Guerras Carlistas,...

d.- Predominio del sector primario de subsistencia, que demandaba pocos productos industriales y no dejaba crearse un mercado nacional con cierta entidad.

Aún así, aparecieron en la primera mitad del siglo XIX algunos sectores dinámicos como los Altos Hornos de Vizcaya o la industria textil catalana, sin olvidar el incipiente desarrollo industrial de Málaga gracias a su empresario Heredia, el cual llegó a tener cien mil empleados en sus empresas industriales y mineras.

En la segunda mitad del XIX la industria siguió creciendo bajo un sistema proteccionista, y orientada hacia los bienes de consumo sobre todo. Los sectores más destacados fueron el siderometalúrgico y el textil, concentrados en torno a Vizcaya, Barcelona y Madrid, mientras en el resto prácticamente solo existía una industria de base agraria (harineras, aceiteras,..).
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Junto al desarrollo de la citada industria siderúrgica y textil, se tendió una amplia red ferroviaria, construida y explotada por empresas extranjeras y con material extranjero, debido a la limitada producción de acero de España. Al mismo tiempo nuestro país se convirtió en un productor y exportador de minerales, sin que apenas este factor se aprovechase para intensificar la industrialización.

Si aprovechó su mineral el capital vasco, de modo que España se convirtió en el primer productor de hierro de gran calidad. Este se exportaba principalmente a Gran Bretaña desde Bilbao, y los barcos volvían con carbón, lo que, junto a esos yacimientos de hierro vizcainos, fortaleció la industria siderúrgica y metalúrgica vasca en detrimento de los malagueños o asturianos.


1.2.- El crecimiento industrial hasta 1960.

Durante el primer tercio del XX creció la producción industrial gracias a la protección arancelaria, repatriación de capitales gracias a la repatriación del capital indiano, al gran tirón de demanda que significó la IGM. Poco después la guerra civil truncó la fase expansiva del primer tercio del siglo; a lo que habría que sumar la posguerra española de aislamiento internacional y autarquía.

Destacar en la posguerra la creación del INI (Instituto Nacional de Industria), que con una decisiva participación de capital estatal, impulsó sectores básicos como la siderurgia, naval, petroquímica, automoción. A partir de 1950, coincidiendo con una nueva fase expansiva mundial y con el fin del aislamiento español, comienzan a llegar industrias y capitales extranjeros.

La nueva estructura industrial será dual: por un lado, grandes empresas de capital público orientadas a producir energía y bienes de equipo (Hunosa, Ensidesa, Endesa, Sevillana, SEAT, Campsa, etc); y por otro, la pequeña y mediana empresa (Pyme) de capital privado, dedicado a las industrias de transformación y de bienes de consumo.

Territorialmente la política industrial favoreció la consolidación industrial de Cataluña, País Vasco y Madrid, en detrimento, de otras regiones que permanecieron en el subdesarrollo industrial.

1.3.- El impulso industrializador de los años 60: los Planes de Desarrollo.

Entre 1959 y 1975 se produjo un enorme crecimiento económico de España: el PIB creció de media en torno al 7% anualmente. Las causas de ese crecimiento fueron dos millones de españoles en el extranjero enviando remesas, la llegada de capital extranjero tanto a través de inversiones industriales o invirtiendo capital en empresas, a lo que hay que añadir la gran aportación del turismo.

El gobierno, ya tecnócrata, puso en marcha los Planes de Desarrollo e intentó difundir la industria mediante la creación de Polos de Desarrollo y Promoción, entre los que destacaron Huelva, Córdoba, Burgos y Granada (Polígono Juncaril). Estos no dieron todos los resultados previstos y el crecimiento industrial volvió a localizarse en las regiones con mayor tradición industrial y sus áreas adyacentes, lo cual agravó los desequilibrios regionales preexistentes. Por un lado los espacios más industrializados (Cataluña, País Vasco y Madrid), concentraron las inversiones multinacionales, y, por otro, la mayoría de las regiones mostraban una gran debilidad industrial. De hecho, el modelo industrial del franquismo acentuó las diferencias entre regiones ricas y pobres, favoreciendo la emigración, lo que vino a incrementar aún más los desequilibrios.

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1.4.- Crisis y reestructuración de la industria española (1974 - 1986)

En 1974 España era la décima potencia industrial del mundo, pero el encarecimiento de la energía causada por la Crisis del Petróleo de 1973, aumentó nuestros costes de producción y provocó una severa crisis industrial. Las causas de la misma pueden catalogarse de externas e internas:

Externas: además del encarecimiento del precio del petróleo, destacó también la mayor competencia de nuevos países industriales, el agotamiento de modelo industrial anterior con la aparición de nuevos sectores más tecnológicos, en los cuales España no resultaba competitiva.

Internas: dependencia energética y tecnológica, predominio del minifundismo industrial, complicada situación politica (hasta 1984 los gobiernos no abordan seriamente la necesidad de realizar reconversiones industriales en los sectores más afectados).

Para paliar los problemas derivados de la reconversión (paro, disminución del tejido industrial en las zonas afectadas) se desarrollaron planes de reindustrialización con la creación de las Zonas de Urgente Reindustrialización (ZUR).

1.5.- La industria tras el ingreso de España en la CEE (1986-2016).

A partir de nuestra entrada en la CEE (1986), España tuvo que continuar con las reconversiones industriales. Desde entonces, la política industrial española sigue las directrices de la CEE (Comunidad Económicas Europea), ahora llamada UE (Unión Europea), entre las que se aplicaron las siguientes: eliminar las ayudas estatales, desarme arancelario entre los países miembros, política de privatizaciones de empresas estatales rentables (Gas Natural, Telefónica, Repsol, Endesa, Tabacalera, Campsa,…) La política comunitaria pretende priorizar las industrias con un importante valor añadido, basadas en el I+D o I+D+I (Investitgación, Desarrollo, Innovación).


2.- Factores de la actividad industrial.

Los factores que condicionan la actividad industrial son las materias primas y fuentes de energía (ver libro).

2.1. Las materias primas.

La industria es el proceso de transformación de las materias primas en productos elaborados o semielaborados aptos para ser utilizados en nuevos procesos industriales. Las materias primas, junto con las fuentes de energía, han sido factores claves de la localización en el territorio español de la actividad industrial.

Para conocer las materias primas podemos clasificarlas según su origen:

a.- De origen mineral: se concentran en yacimientos y su extracción se realiza en minas y canteras.

Se pueden distinguir cuatro grandes grupos de materias primas de origen mineral:

Minerales energéticos: algunas fuentes de energía como el carbón, petróleo, gas, uranio.

Minerales metálicos: se destinan a industrias metalúrgicas, químicas y de transformación. Ejemplos; hierro, cobre, plomo, oro, plata,...)
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Minerales no metálicos: cuarzo, caolín, …. Se usan en la construcción y en la industria química.

Rocas industriales: Se explotan en canteras y su destino es la construcción (mármol, granito, pizarra).

b.- De origen orgánico: animal, vegetal, forestal. Lo expresamos con más precisión.

Materias primas de origen animal o vegetal: carne, algodón, lana, pescado, aceite, y podemos analizar de la lista de la compra cuántos productos proceden de este tipo de materias primas. Precisamente la distribución de estas materias primas por toda la geografía española conllevó que casi todos los pueblos de Andalucía con olivos tenían su propia fábrica de aceite; de harina los que tenían trigales; y lagares - bodegas, los de vino; es la agroindustria. En Granada, la remolacha azucarera llegó a tener, hace un siglo, unas 25 fábricas repartidas con sus tranvías por toda la Vega.

Materias primas de origen forestal: madera, corcho, fragancias,…

2.2.. Las fuentes de energía.

La energía es la fuerza que se convierte en trabajo mecánico para transformar las materias primas. Las fuentes de energía se pueden clasificar en renovables o no renovables y en primarias o secundarias . Ver vocabulario. A continuación describimos someramente las más destacadas.

El carbón: mineral básico en la primera revolución industrial. Se localiza en España en las cuencas sedimentarias de la era primaria, periodo carbonífero. Por ejemplo: Asturias, León, Teruel, o en Peñarroya-Pueblo Nuevo en la Sierra Morena cordobesa. En España su localización tuvo la importancia de llegar a convertir a Asturias en la región con más renta per cápita, cuando HUNOSA poseía más 100.000 mineros; actualmente no llega a ocupar ni a 3.000 trabajadores.

El petróleo: es la fuente de energía que más se utiliza en España (motores de combustión, principalmente). Las condiciones geológicas en España no favorecen su presencia. De este modo, con la producción española de petróleo(Tarragona, y hasta este año 2017: Ayoluengo (Burgos)); no alcanzaría ni para el consumo de un solo día de los españoles.

El uranio: hasta recientemente existía un yacimiento en la penillanura salmantina. El material extraído, tras su enriquecimiento previo en USA o Francia, se destinaba a la casi decena de centrales nucleares españolas cuya generación eléctrica equivale al 20% de consumo eléctrico nacional.

El gas natural: la producción de gas en España es escasa (Vizcaya, marismas de Huelva); no obstante su consumo ha crecido bastante desde la crisis del petróleo. A España llegan dos gasoductos desde Argelia, también un ramal desde Europa, además del gas licuado en metaneros.

La energía eólica: se ha incorporado con fuerza a la producción eléctrica española. España se ha convertido en un país con numerosos pasiajes repletos de aerogeneradores. Vienen produciendo r el 20% de la energía eléctrica española en estos últimos años. Cuando un frente activo recorre España llegan a producir hasta el 40% de la electricidad que ese día se consume en España.

La energía solar: existen dos tipos (termosolar y fotovoltaica). No cubre aún el 3% de la producción, pero conforme mejora la tecnología resulta más barata. La termosolar tiene largo recorrido puesto que se obliga a instalarla en toda los edificios de nueva construcción en España.
La energía biomasa es obtenida por la combustión de residuos agrarios - forestales (por ejemplo: ramas de olivo, de pinos, de toda la maleza que se limpia en el campo. Por ahora resulta cara.
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3.- Principales sectores industriales.

Las actividades industriales se agrupan, en torno a sectores, que se identifican por la naturaleza u origen de las materias primas utilizadas o por el destino final de los bienes producidos. Según el volumen y peso de las materias primas utilizadas o la energía necesaria para transformarlas distinguimos entre industrias pesadas (siderurgia, petroquímica,…) y ligeras (agroalimentaria, textil).

Pero la clasificación más elocuente sitúa a las industrias en tres niveles según el destino de su producción:
a.-Industrias de base.
b.- Industrias de bienes de equipo.
c.- Industrias de bienes de uso y consumo. (Ver vocabulario).

También podemos usar como criterio a la hora de clasificar a la actividad industrial según su antigüedad o actualidad; distinguiendo entre industrias tradicionales o sectores de vanguardia.

3.1. Sectores industriales tradicionales.

Entre ellos incluimos los que iniciaron el proceso de industrialización, relacionados con el metal y el textil. La metalúrgica básica ha sido uno de los principales sectores de la industria en los dos últimos siglos. En ella distinguimos la siderurgia (acero). Esta se consolidó sobre todo en el País Vasco, para luego extenderse por impulso del Estado (INI) al Mediterráneo (Sagunto – Valencia) y a Asturias (minería – Ensidesa).

Derivada de la siderurgia es la industria metálica. Fabrica una amplia gama de productos desde ferretería hasta maquinaria. Presenta cierta difusión por todo el territorio, aunque posee mayor número de fábricas en País Vasco, Cataluña y Madrid.

Mucho más reciente es el sector del electrodoméstico, vinculada a la demanda surgida a partir de los años 60 por el desarrollismo español. Ha sufrido varias reconversiones primero, tras la crisis del petróleo, y, luego con la llegada de la competencia de los países emergentes.

La industria naval, vinculada al acero y a la tradición de la construcción de buques, conoció una gran expansión en los años 60 de la mano del holding estatal INI (Instituto Nacional de Industria). Pot iniciativa del INI se construyeron grandes astilleros en localidades costeras significativas del litoral español: Ferrol y Cádiz. Se crearon grandes empresas públicas (Astano, Bazán), especializadas en la construcción de petroleros y graneros; decenas de miles de trabajadores llegaron a trabajar en los astilleros públicos, llegando a ser unos de los más importantes del mundo.

Tras la crisis de 1973 los astilleros españoles fueron perdiendo competitividad, y se les aplicó una reconversión industrial intensa. Para remediar sus efectos económicos y sociales en las comarcas afectadas se crearon las ZUR Zonas de Urgente Reindustrialización (Bahía de Cádiz).

Los sectores de la industria del textil, cuero y calzado han venido siendo claves en el tejido industrial español. Sin ir más lejos, la industria textil catalana constituyó uno de los pilares de la industrialización española. Por su parte la industria de la confección, rama derivada de la industria textil, surgió a partir de la población que demandaba confecciones en lugar de tejidos. Está formada por multitud de pymes. Resulta significativo que una de las mayores empresas en ventas de prendas de confección del mundo (Inditex), no posea actividad industrial en España, aunque sí las funciones rectoras del grupo gallego. 5

Por su parte la industria del calzado mantiene su actividad sobre todo en la provincia alicantina, mientras que el cuero ocupa un importante peso en la industria mallorquina, sin olvidar Ubrique.

3.2.- Sectores industriales dinámicos.

Otros sectores, como los de automoción, químico y agroalimentario, presentan un mayor dinamismo, gracias a su condición de abastecedores de productos bastante demandados por la sociedad actual. Por lo general, son actividades con un alto componente tecnológico, que han requerido grandes inversiones, capital multinacional y destacadas instalaciones fabriles.

El sector del automóvil se desarrolló en España en la década de 1960, siendo su producto el emblema de la nueva sociedad española industrial, urbana, y consumista. Prosperó al principio su actividad bajo la protección estatal (INI – Seat – Licencia Fiat). Más tarde se consolidó por la llegada progresiva de las nuevas factorías de varias multinacionales del atumóvil (Citroen en Vigo, Renault en Valladolid, Ford en Valencia, Opel en Zaragoza, Peugeot en Madrid, .... Además surgieron multitud de pequeñas empresas relacionadas con el auxiliar del automóvil.

Actualmente España está entre los diez mayores productores de automóviles del mundo. La producción nacional de automóviles supone el sector industrial más exportador de nuestra economía, con un 20% del total de las exportaciones industriales. Eso sí, la totalidad de las empresas productoras del automóvil asentadas en España son europeas; aparte, la Ford americana.

El sector químico constituido por la industria petroquímica y la química de transformación. La primera desarrolla la química de base en grandes complejos industriales (Polos Químicos), por lo general asociados a refinerías de petróleo (Tarragona, Huelva, Algeciras, Cartagena). Suelen estar asociadas sus empresas productoras a capital extranjero, por las grandes inversiones que necesitan.

La industria química de transformación obtiene productos diversos (pinturas, fertilizantes, y multitud de productos), que se elaboran en centros mucho más reducidos que los de la petroquímica. Quizá por ello este tipo de química presenta una mayor dispersión, aunque predominan en el litoral catalán, País Vasco y Área Metropolitana de Madrid.

El sector agroalimentario se caracteriza por la diversidad en cuanto a la naturaleza de los productos, los procesos de transformación, la estructura empresarial, la distribución geográfica, etc. En general predominan las fábricas pequeñas y medianas, aunque en algunos sectores tienen un papel destacado las multinacionales (Lácteos, refrescos, …)

3.3. Sectores de vanguardia.

Con una clara proyección de futuro se hallan los sectores de tecnología punta, que aportan descubrimientos, nuevos materiales, sistemas y medios para mejorar la producción industrial. Su importancia radica en lo relevante que resulta la tecnología aplicada en el mundo actual.

España destaca en sectores como las energías renovables (eólica, solar), sector textil (Inditex, etc) en las desalinizadoras, maquinaria de ferrocarril, etc Las principales industrias se localizan en las grandes metrópolis nacionales como Madrid o Barcelona.




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4.- Distribución geográfica de la industria en España.

La industria española ha tenido una tendencia a concentrarse en determinadas áreas. Este fenómeno se debió, al principio, a la disponibilidad de materias primas y fuentes de energía como factores de localización industrial ( puerto de Barcelona, cuencas hulleras, ferrerías vizcaínas). Ya en el siglo XX se fueron seleccionando las zonas según sus ventajas comparativas. Se consolidó así un modelo de localización industrial polarizado en el País Vasco, Cataluña y Madrid, que a medida que iban creciendo, atraían nuevas empresas que se beneficiaban de la cercanía de otras muchas en ese entorno (economías de escala).

Este modelo alcanzó su plenitud entre 1965 – 1975, cuando se concentró el mayor crecimiento industrial en las principales áreas metropolitanas nacionales.

El problema comenzó a variar en los años 80 al aparecer problemas como el encarecimiento del suelo industrial, déficit de infraestructuras, congestión, etc. Ante esta situación se buscaron soluciones que pasaran por la descongestión industrial optando en numerosas ocasiones por nuevos emplazamientos alejados de las áreas congestionadas de Madrid y Barcelona. A ello ayudaron la mejora generalizada de los sistemas de transporte y comunicaciones, así como las medidas de atracción industrial aplicadas por los gobiernos regionales.

En el nuevo mapa industrial de España se advierten las siguientes características:

a.- Consolidación de Barcelona y Madrid como centros neurálgicos de la industria española. Sus respectivas áreas metropolitanas han consolidado una potente y diversificada actividad industrial, que en los últimos años ha experimentado dos tendencias opuestas: por una parte, la crisis y la reconversión de de importantes sectores industriales y, por otra, la revitalización de sus tejidos industriales a partir de la instalación de establecimientos dinámicos y de sectores de alta tecnología.

b.- Declive de los espacios tradicionales de la industria española, particularmente los situados en la cornisa de la cordillera Cantábrica, puesto que se hallan en retroceso a consecuencia de la crisis que afectó a sectores tradicionales de sus industria (siderurgia, naval, ….). El declive ha afectado a Asturias, y sobre todo al País Vasco, que ha optado por sectores metalúrgicos con más demanda.

c.- Espacios industriales en expansión, entre los que destacamos las áreas periurbanas y los ejes de desarrollo. En las áreas periurbanas de las ciudades se han consolidado áreas industriales al amparo de la proximidad de esos mercados y de los centros de distribuición, además de las facilidades para adquirir suelo industrial. Estas instalaciones forman franjas o coronas que concentran industrias diversas en polígonos entre la ciudad residencial y el espacio rural adyacente.

Los ejes de desarrollo son el resultado del proceso de difusión espacial de la industria a lo largo de corredores que comunican áreas industrializadas; los más dinámicos son el eje del Ebro y el eje del Mediterráneo. El primero aprovecha los beneficios geográficos de su situación entre el País Vasco y Cataluña. El eje mediterráneo, desde Gerona a Murcia, acoge una industria muy diversificada que se beneficia del amplio mercado que le proporciona las altas densidades de población en el litoral. Además de estos dos ejes, hay otros interiores, igualmente dinámicos como el del Henares, entre Madrid y Guadalajara. En cuanto a los ejes secundarios regionales, son buenos ejemplos los de Ferrol-Vigo, Palencia-Valladolid y el del Guadalquivir.

d.- Los espacios de industrialización escasa se corresponde con las zonas interiores de la Península y algunas periféricas. Grandes espacios de ambas Castillas o de Extremadura. El interior peninsular se caracterizan por su escasez industrial.

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