Ud
10 Los dominios y paisajes agrarios (bloque 7).
1.- Los
elementos de los paisajes agrarios.
1.1.- El espacio
habitado.
1.1.1.- El poblamiento rural.
1.1.2.- El hábitat rural.
1.2.- Las
parcelas y los usos del suelo.
2.- El paisaje
oceánico del norte peninsular.
3.- El paisaje
agrario mediterráneo de interior.
4.- El paisaje
agrario mediterráneo del litoral.
5.- El paisaje
agrario de montaña.
6.- El paisaje
agrario de Canarias.
1.- Los
elementos de los paisajes agrarios.
Los paisajes agrarios son
la morfología o aspecto visual del espacio agrario. Resultan de la
transformación del medio natural por el poblamiento y las
actividades agrarias. Por tanto, además del medio natural incluyen
el espacio habitado (el poblamiento y el hábitat rural) y el espacio
trabajado (las parcelas y los aprovechamientos o usos agrarios). La
diversidad de estas combinaciones explica la variedad de paisajes
agrarios de España.
1.1.-
El espacio habitado.
1.1.1..-
El poblamiento rural.
El poblamiento rural
es el conjunto de asentamientos humanos existentes en el espacio
rural, que hasta fechas recientes ha sido casi en exclusiva un
espacio agrario. En España se consideran rurales los municipios
inferiores a los 2.000 habitantes, y semiurbanos, los comprendidos
entre los 2.000 y 10.000 habitantes. No obstante, existen municipios
con actividades predominantemente agrarias que superan esta cifra,
como las llamadas “agrociudades” del sur peninsular.
La tipología del
poblamiento rural responde a dos modelos, disperso y concentrado, con
variedad de situaciones intermedias.
a.- El poblamiento
disperso está constituido por casas separadas entre sí,
rodeadas de terrazgo (campos de cultivo, prados o bosque). Domina en
la periferia peninsular, Baleares y Canarias, presentando diversas
modalidades:
Disperso absoluto:
todas las casas están aisladas unas de otras. Es excepcional y se
limita a algunos espacios de la montaña media cantábrica, el valle
del Pas y el Prepirineo catalán.
Disperso laxo:
está constituido por pequeñas agrupaciones de casas o aldeas
diseminadas. Es característico de la cornisa cantábrica.
b.- El poblamiento
concentrado está constituido por casas agrupadas formando
pueblos y villas, separadas del terrazgo. Esta modalidad existe en
toda España, pero predomina en el interior peninsular. En la mitad
norte de esta zona consta de núcleos pequeños y próximos entre sí
(cuencias del Duero y del Ebro); mientras que en la mitad sur incluye
núcleos mayores y más separados, alcanzando su máxima expresión
en las agrociudades andaluzas.
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Según su plano,
el poblamiento concentrado presenta dos modalidades:
Lineal, con casas
dispuestas a lo largo de una vía o carretera.
Apiñado, con las
casas agrupadas en torno a un núcleo, de forma irregular o más o
menor regular.
c.- El poblamiento
intercalar, intermedio entre el disperso y el concentrado, está
constituido por casa diseminadas a partir de núcleos concentrados
primitivos. Se debe al crecimiento de estos y al deseo de explotar
nuevos espacios agrarios. Predomina en algunas zonas de montaña
media; en el norte peninsular (caserío vasco, casería asturiana o
casa gallega); en la costa mediterránea (masía catalana, alquería
valenciana, riu-rau alicantino, posessió balear); en las vegas
andaluzas (cortijo) y en ciertas zonas manchegas (casas de
quintería).
Los cambios recientes
experimentados por el poblamiento rural son numerosos. Los
asentamientos de las zonas menos accesibles y con recursos más
escasos reducen su tamaño o quedan abandonados debido al éxodo
rural. Los de las áreas costeras pierden su carácter agrario por la
implantación de edificaciones e infraestructuras relacionadas con el
turismo.
1.1.2.- El hábitat
rural.
El hábitat rural
comprende las viviendas y las dependencias agrarias. Su morfología
varía según el material constructivo, la forma de las cubiertas y
el plano.
a.- Los materiales
tradicionales de la casa son los propios de la zona y originan varios
modelos de vivienda:
Las casa de piedra emplea
piedras irregulares (mampostería) o bloques irregulares (sillares),
colocados sin cemento, o unidos con barro o cal. Predomina en la
periferia peninsular.
La casa de madera
entramada consta de una estructura de madera, visible en el exterior
y que se rellena con mampostería o ladrillo.
Las casa de barro
tradicional utiliza barro crudo mezclado con paja, secado al sol.
Puede moldearse en bloques (adobe) o colocarse entre paneles de
madera (tapial). Es característica de las dos mesetas, del valle del
Guadalquivir, etc. Actualmente predomina el barro cocido o ladrillo.
b.- La forma de la
cubierta suele ser inclinada en las áreas de alta pluviosidad y
plana en las de escasas precipitaciones.
c.- El plano de la
casa responde a la actividad agraria desarrollada:
La casa bloque
encierra bajo el mismo techo la vivienda y las dependencias agrarias:
establo, granero, almacén, etc. La casa a ras de suelo es de un solo
piso y puede tener una sola dependencia donde conviven personas y
animales (palloza de Galicia), o dependencias separadas para
viviendas y usos agrarios. La casa en altura está dividida en pisos
y suele tener las dependencias agrarias en la planta baja, la
vivienda en la superior, y un espacio bajo el tejado para pajar o
granero.
La casa compuesta
consta de edificios diferentes para cada función (vivienda, almacén,
granero), dispuestos en torno a un patio cerrado o abierto (cortijo
andaluz, masía catalana).
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Los cambios recientes en
el hábitat rural se deben a la desaparición de los modos de vida
tradicionales que originaron las casas. Este hecho ha supuesto el
abandono y la destrucción de muchas, o su sustitución por nuevas
tipologías que imitan los modelos urbanos de chalé. El resultado es
la ruptura de la armonía con el paisaje tradicional y la pérdida de
un importante patrimonio cultural. Por ello, recientemente se han
adoptado iniciativas encaminadas a conservar y proteger el estilo
arquitectónico tradicional.
1.2.-
Las parcelas y los usos del suelo.
Las parcelas y los usos
del suelo son otros dos claros componentes visuales del paisaje
agrario.
a.- Las parcelas
son tierras tierras con unos límites precisos pertenecientes a un
propietario. Pueden clasificarse atendiendo a varios criterios.
Según sus límites,
las parcelas son cerradas si cuentan con una separación física,
como setos o muros; y son abiertas si no existe separación física
entre ellas.
Según su forma,
son regulares o irregulares.
Según su tamaño,
son pequeñas, medianas o grandes.
b.- Los usos del
suelo, como se ha indicado, pueden ser agrícolas, ganaderos,
forestales o mixtos.
2.-
El paisaje agrario oceánico del norte peninsular.
Comprende el norte y
noroeste de la península ibérica.
El medio físico
cuenta con un relieve accidentado, con escasas superficies llanas y
clima oceánico lluvioso todo el año. El poblamiento predominante es
disperso intercalar a partir de aldeas, parroquias y pueblos. En el
pasado albergó a una población numerosa, que en la actualidad es
escasa y envejecida.
Las explotaciones
agrarias son minifundistas. Los campesinos poseen pequeñas parcelas
cercadas por setos y alejadas entre sí, lo que disminuye su
rentabilidad y dificulta la mecanización. Para corregirlo, se ha
impulsado la concentración parcelaria, con escasos resultados.
Los usos del suelo son
principalmente ganaderos.
a).- La agricultura
ocupa una escasa superficie. En la costa, los campos se sitúan en el
fondo de los valles; en el interior, al ser estos más estrechos, su
aprovechamiento agrícola es muy reducido. Es una agricultura de
secano, debido a la regularidad de las precipitaciones.
En el pasado se
practicaba el policultivo porque los campesinos vivían muy aislados
y necesitaban autoabastecerse. Se cultivaban productos
hortofrutícolas en pequeños huertos junto a las casas para consumo
familiar, y maíz, patata, frutales y vid, esta última sobre todo en
Galicia.
En las tierras de peor
calidad se sembraba cebada o centeno, y la economía familiar se
completaba con la cría de ganado. So una parte de estos productos se
vendía en el mercado (autoconsumo). En la actualidad, la agricultura
tiende a especializarse en cultivos de huerta y forrajes (prados,
alfalfa, trébol, maíz forrajero), en consonancia con el desarrollo
ganadero.
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b.- La ganadería es
la actividad agraria principal. Se ve favorecida por el clima, la
demanda urbana de leche y carne, y la escasa población rural, dado
que requiere menos mano de obra.
En Galicia predomina la
pequeña y mediana explotación familiar. En la fachada cantábrica,
las explotaciones se han modernizado más en tamaño y equipamiento,
aunque también está muy extendida la ganadería a tiempo parcial en
pequeñas explotaciones.
Predomina el ganado
bovino. El de aptitud cárnica, en régimen extensivo o
semiextensivo, se orienta a la producción de terneros; y el de
aptitud, lechera, en régimen intensivo, a la producción de leche y
derivados.
c.- La explotación
forestal es otra actividad importante. Se destina a la industria
del mueble o a la obtención de pasta de papel.
3.-
El paisaje agrario mediterráneo de interior.
Comprende ambas mesetas y
la mayor parte de las depresiones del Ebro y del Guadalquivir.
El medio físico
presenta un relieve llano, de elevada altitud media en la Meseta, y
un clima mediterráneo contintentalizado, con escasez de
precipitaciones estivales y acusados contrastes térmicos
estacionales.
El poblamiento es
concentrado en pueblos pequeños y próximo s en los valles del Duero
y del Ebro, y en pueblos grandes y distanciados entre sí en la mitad
sur peninsular. En la actualidad albergan a una población muy escasa
y envejecida, debido a la fuerte emigración de épocas pasadas.
Las explotaciones
son de diverso tamaño. El minifundio predomina en los regadíos del
Ebro y del valle del Duero, donde se ha reducido mucho debido a la
emigración y a la concentración parcelaria. La gran propiedad es
característica de muchos secanos castellanos, aragoneses, extremeños
y andaluces.
Los usos del suelo son
agrícolas, ganaderos y forestales.
a.- La agricultura
presenta claras diferencias entre las áreas de secano y de regadío.
El secano domina en los
páramos y campiñas meseteñas y en las áreas no regadas de los
valles del Ebro y del Guadalquivir. Practica una agricultura
extensiva en campos abiertos, protagonizada por la llamada trilogía
mediterránea: los cereales, la vid y el olivo.
En el pasado, los
cereales, principalmente trigo, rotaban con barbecho o leguminosas y
llevaba asociada una ganadería ovina que pastaba en los rastrojos.
También se plantaban cultivos leñosos, como la vid y el olivo, y,
en menor medida, almendros y algarrobos. Estos cultivos aparecían
como monocultivo, asociados entre sí, o junto a otros
aprovechamientos.
En la actualidad, el
trigo ha perdido peso en favor de la cebada; y el barbecho completo
se ha reemplazado por el medio barbecho, que utiliza el girasol como
cultivo de descanso, o ha desaparecido gracias al uso de abonos
químicos. Los cereales predominan en Castilla y León. Y junto a
ellos cobran importancia el olivar y el viñedo en el valle del
Guadalquivir, Castilla-La Mancha, y Extremadura; y el viñedo en La
Rioja, Navarra y Aragón.
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El regadío permite
practicar una agricultura más intensiva.
En el pasado, el regadío
ocupaba reducidas extensiones en las vegas de los ríos y cerca de
los pueblos, que producían sobre todo hortalizas para autoconsumo.
En la actualidad la
extensión del regadío permite diversificar la producción con
plantas industriales (remolacha azucarera, lúpulo y tabaco);
forrajes (alfalfa, maíz); y frutas y hortalizas.
b.- La ganadería
tiene importancia en ciertas áreas y en las dehesas occidentales.
Los rastrojos de los
secanos alimentan el ganado ovino; en las áreas forrajeras regadas
castellanoleonesas y andaluzas se cría bovino de leche; en el valle
medio del Guadalquivir, bovino de carne y de lidia; y cerca de las
grandes ciudades, porcino industrial.
Las dehesas occidentales
de Zamora, Salamanca, Extremadura y Andalucía son explotaciones
agroganaderas, surgidas del aclaramiento de bosques de encinas y de
alcornoques. La dehesa tradicional tenía una orientación
principalmente ganadera: sus pastos alimentaban a los rebaños de
ovino y de porcino,y, secundariamente de bovino; parte de sus tierras
se cultivaban en largas rotaciones para proporcionar alimentos y
rastrojos al ganado durante la larga sequía estival; y el fruto de
las encinas y los alcornoques (bellota) se usaba en la etapa final de
ceba del cerdo. En la actualidad, se han introducido algunos cambios,
como un mayor peso del ganado vacuno; la dedicación agrícola de
algunas dehesas con mejores sueles; y la reconversión hacia otros
usos, como la caza.
c.- La explotación
forestal es característica de algunas áreas, como la Tierra de
Pinares de Soria.
4.-
El paisaje agrario mediterráneo litoral.
Comprende el litoral y el
prelitoral mediterráneo.
El medio físico
tiene un relieve accidentado, llano cerca de la costa y algo
montañoso en el área prelitoral peninsular; y un clima mediterráneo
de influencia marítima, con precipitaciones muy escasas en verano y
temperaturas suaves.
El poblamiento
tradicional disperso tiende a la concentración, excepto en las
huertas litorales; y la población, numerosa en el pasado, es hoy
reducida debido al éxodo rural.
Las explotaciones
son de diverso tamaño. En las zonas de regadío predomina el
minifundio. En secano, las explotaciones son pequeñas y medianas en
la Comunidad Valenciana y Murcia, y medianas en Cataluña.
Los usos del suelo son
principalmente agrícolas.
a.- La agricultura
presenta claras diferencias entre las áreas de secano y las de
regadío.
Los cultivos de secano se
extienden por las zonas prelitorales montañoas o accidentadas. Están
ocupados por cereales, vid, olivo y almendros.
Los cultivos de regadío
se ven favorecidos por las suaves temperaturas, la elevada
insolación, la protección del relieve, la existencia de suelos
apropiados y una importante demanda internacional.
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Se dedican a la
horticultura temprana al aire libre, a la horticultura precoz bajo
plástico, a la fruticultura mediterránea (cítricos, frutales de
hueso y de pepita) y a los frutos tropicales (chirimoyo, aguacate) en
las hoyas de Málaga y Granada, gracias a la excepcional suavidad de
los inviernos.
b.- La ganadería
bovina y la porcina predominan en Cataluña estimuladas por la
demanda urbana; y la ovina, en los secanos.
c.- La explotación
forestal tiene escasa significación.
5.-
El paisaje agrario de montaña.
Comprende los territorios
montañosos por encima de los 1.000 metros de altitud.
El medio físico
es desfavorable: relieve de elevada altitud y fuertes pendientes; y
clima frío, con precipitaciones muy abundantes, que en invierno caen
frecuentemente en forma de nieve.
El poblamiento era
tradicionalmente disperso en pequeños núcleos localizados en los
valles. En la actualidad tiende a concentrarse en pueblos mayores.
Alberga a una población con densidad muy baja y fuerte tendencia
emigratoria.
Las explotaciones
son contrastadas. Coexisten pequeñas explotaciones privadas formadas
por parcelas cerradas y frecuentemente separadas entre sí; con
montes y praderas .
Los usos del suelo
son diversos y complementarios, escalonándose en función de las
variaciones climáticas : agricultura en el fondo de los valles;
explotación forestal en los bosques de las vertientes; y ganadería
en los matorrales y pastos de las cumbres; aunque existen diferencias
según el área climática donde se localizan las montañas.
a.- La agricultura,
en la montaña del norte peninsular, se practica en el fondo de los
valles y se centra en cultivos de huerta. En cambio, en las montañas
más térmicas de Levante, del sur y de Baleares, algunos cultivos
como los almendros y olivos, ascienden por las vertientes en bancales
y terrazas.
b.- La ganadería
es extensiva. En las montañas del norte peninsular es bovina u
ovina, y pasto en los claros de los bosques y en los matorrales y
praderas de las cumbres. En la montaña mediterránea, donde suelen
faltar los pastos, domina la ganadería ovina, que practica una
trashumancia local entre el valle y la cima.
C.- La explotación
forestal es mayor en las montañas del norte. Se centra en el
aprovechamiento de la leña y de la madera de especies como el
eucalipto, el castaño y el pino.
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6.-
El paisaje agrario de Canarias.
Comprende el archipiélago
canario. El medio físico se caracteriza por un relieve
volcánico accidentado y un clima cálido todo el año, con
precipitaciones escasas e irregulares en las zonas bajas.
El poblamiento es
disperso laxo, constituido por pequeñas agrupaciones de casas y
aldeas diseminadas. Los pueblos son generalmente pequeños. En ellos,
la población se encuentra en retroceso debido a la atracción
ejercida por las actividades del sector terciario, como el turismo.
Las explotaciones
son reducidas en las medianías y grandes en los regadíos costeros.
Los usos agrarios
del suelo son escasos y principalmente agrícolas.
a.- La agricultura es
muy contrastada.
En las áreas litorales
predomina el monocultivo de regadío orientados a la exportación
(plátano, tomate, patata extratemprana), los cultivos bajo plástico
(pepino, pimiento, flores), y las nuevas plantaciones tropicales
(papaya, mango, piña, aguacate).
En las medianías del
interior predomina el el policultivo de secano, orientado al consumo
interno, y basado en la vid y las papas. El trigo, que
tradicionalmente rotaba con barbecho o papas, ha reducido
notablemente su extensión.
b.- La ganadería
ovina y la caprina son reducidas por la escasez de pastos, y están
asociadas a la agricultura.
c.- La explotación
forestal ha aprovechado la madera de los pinares y la del
fayal-brezal y la laurisilva para el carboneo, la construcción y los
soportes de los cultivos. Fin Ud 10.
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06/03/17
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