martes, 7 de marzo de 2017

Los paisajes agrarios de España. Ud 10.


Ud 10 Los dominios y paisajes agrarios (bloque 7).

1.- Los elementos de los paisajes agrarios.
1.1.- El espacio habitado.
1.1.1.- El poblamiento rural.
1.1.2.- El hábitat rural.
1.2.- Las parcelas y los usos del suelo.

2.- El paisaje oceánico del norte peninsular.
3.- El paisaje agrario mediterráneo de interior.
4.- El paisaje agrario mediterráneo del litoral.
5.- El paisaje agrario de montaña.
6.- El paisaje agrario de Canarias.


1.- Los elementos de los paisajes agrarios.

Los paisajes agrarios son la morfología o aspecto visual del espacio agrario. Resultan de la transformación del medio natural por el poblamiento y las actividades agrarias. Por tanto, además del medio natural incluyen el espacio habitado (el poblamiento y el hábitat rural) y el espacio trabajado (las parcelas y los aprovechamientos o usos agrarios). La diversidad de estas combinaciones explica la variedad de paisajes agrarios de España.

1.1.- El espacio habitado.

1.1.1..- El poblamiento rural.

El poblamiento rural es el conjunto de asentamientos humanos existentes en el espacio rural, que hasta fechas recientes ha sido casi en exclusiva un espacio agrario. En España se consideran rurales los municipios inferiores a los 2.000 habitantes, y semiurbanos, los comprendidos entre los 2.000 y 10.000 habitantes. No obstante, existen municipios con actividades predominantemente agrarias que superan esta cifra, como las llamadas “agrociudades” del sur peninsular.

La tipología del poblamiento rural responde a dos modelos, disperso y concentrado, con variedad de situaciones intermedias.

a.- El poblamiento disperso está constituido por casas separadas entre sí, rodeadas de terrazgo (campos de cultivo, prados o bosque). Domina en la periferia peninsular, Baleares y Canarias, presentando diversas modalidades:

Disperso absoluto: todas las casas están aisladas unas de otras. Es excepcional y se limita a algunos espacios de la montaña media cantábrica, el valle del Pas y el Prepirineo catalán.

Disperso laxo: está constituido por pequeñas agrupaciones de casas o aldeas diseminadas. Es característico de la cornisa cantábrica.

b.- El poblamiento concentrado está constituido por casas agrupadas formando pueblos y villas, separadas del terrazgo. Esta modalidad existe en toda España, pero predomina en el interior peninsular. En la mitad norte de esta zona consta de núcleos pequeños y próximos entre sí (cuencias del Duero y del Ebro); mientras que en la mitad sur incluye núcleos mayores y más separados, alcanzando su máxima expresión en las agrociudades andaluzas.
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Según su plano, el poblamiento concentrado presenta dos modalidades:

Lineal, con casas dispuestas a lo largo de una vía o carretera.

Apiñado, con las casas agrupadas en torno a un núcleo, de forma irregular o más o menor regular.

c.- El poblamiento intercalar, intermedio entre el disperso y el concentrado, está constituido por casa diseminadas a partir de núcleos concentrados primitivos. Se debe al crecimiento de estos y al deseo de explotar nuevos espacios agrarios. Predomina en algunas zonas de montaña media; en el norte peninsular (caserío vasco, casería asturiana o casa gallega); en la costa mediterránea (masía catalana, alquería valenciana, riu-rau alicantino, posessió balear); en las vegas andaluzas (cortijo) y en ciertas zonas manchegas (casas de quintería).

Los cambios recientes experimentados por el poblamiento rural son numerosos. Los asentamientos de las zonas menos accesibles y con recursos más escasos reducen su tamaño o quedan abandonados debido al éxodo rural. Los de las áreas costeras pierden su carácter agrario por la implantación de edificaciones e infraestructuras relacionadas con el turismo.

1.1.2.- El hábitat rural.

El hábitat rural comprende las viviendas y las dependencias agrarias. Su morfología varía según el material constructivo, la forma de las cubiertas y el plano.

a.- Los materiales tradicionales de la casa son los propios de la zona y originan varios modelos de vivienda:

Las casa de piedra emplea piedras irregulares (mampostería) o bloques irregulares (sillares), colocados sin cemento, o unidos con barro o cal. Predomina en la periferia peninsular.

La casa de madera entramada consta de una estructura de madera, visible en el exterior y que se rellena con mampostería o ladrillo.

Las casa de barro tradicional utiliza barro crudo mezclado con paja, secado al sol. Puede moldearse en bloques (adobe) o colocarse entre paneles de madera (tapial). Es característica de las dos mesetas, del valle del Guadalquivir, etc. Actualmente predomina el barro cocido o ladrillo.

b.- La forma de la cubierta suele ser inclinada en las áreas de alta pluviosidad y plana en las de escasas precipitaciones.

c.- El plano de la casa responde a la actividad agraria desarrollada:

La casa bloque encierra bajo el mismo techo la vivienda y las dependencias agrarias: establo, granero, almacén, etc. La casa a ras de suelo es de un solo piso y puede tener una sola dependencia donde conviven personas y animales (palloza de Galicia), o dependencias separadas para viviendas y usos agrarios. La casa en altura está dividida en pisos y suele tener las dependencias agrarias en la planta baja, la vivienda en la superior, y un espacio bajo el tejado para pajar o granero.

La casa compuesta consta de edificios diferentes para cada función (vivienda, almacén, granero), dispuestos en torno a un patio cerrado o abierto (cortijo andaluz, masía catalana).


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Los cambios recientes en el hábitat rural se deben a la desaparición de los modos de vida tradicionales que originaron las casas. Este hecho ha supuesto el abandono y la destrucción de muchas, o su sustitución por nuevas tipologías que imitan los modelos urbanos de chalé. El resultado es la ruptura de la armonía con el paisaje tradicional y la pérdida de un importante patrimonio cultural. Por ello, recientemente se han adoptado iniciativas encaminadas a conservar y proteger el estilo arquitectónico tradicional.

1.2.- Las parcelas y los usos del suelo.

Las parcelas y los usos del suelo son otros dos claros componentes visuales del paisaje agrario.

a.- Las parcelas son tierras tierras con unos límites precisos pertenecientes a un propietario. Pueden clasificarse atendiendo a varios criterios.

Según sus límites, las parcelas son cerradas si cuentan con una separación física, como setos o muros; y son abiertas si no existe separación física entre ellas.

Según su forma, son regulares o irregulares.

Según su tamaño, son pequeñas, medianas o grandes.

b.- Los usos del suelo, como se ha indicado, pueden ser agrícolas, ganaderos, forestales o mixtos.


2.- El paisaje agrario oceánico del norte peninsular.

Comprende el norte y noroeste de la península ibérica.

El medio físico cuenta con un relieve accidentado, con escasas superficies llanas y clima oceánico lluvioso todo el año. El poblamiento predominante es disperso intercalar a partir de aldeas, parroquias y pueblos. En el pasado albergó a una población numerosa, que en la actualidad es escasa y envejecida.

Las explotaciones agrarias son minifundistas. Los campesinos poseen pequeñas parcelas cercadas por setos y alejadas entre sí, lo que disminuye su rentabilidad y dificulta la mecanización. Para corregirlo, se ha impulsado la concentración parcelaria, con escasos resultados.

Los usos del suelo son principalmente ganaderos.

a).- La agricultura ocupa una escasa superficie. En la costa, los campos se sitúan en el fondo de los valles; en el interior, al ser estos más estrechos, su aprovechamiento agrícola es muy reducido. Es una agricultura de secano, debido a la regularidad de las precipitaciones.

En el pasado se practicaba el policultivo porque los campesinos vivían muy aislados y necesitaban autoabastecerse. Se cultivaban productos hortofrutícolas en pequeños huertos junto a las casas para consumo familiar, y maíz, patata, frutales y vid, esta última sobre todo en Galicia.

En las tierras de peor calidad se sembraba cebada o centeno, y la economía familiar se completaba con la cría de ganado. So una parte de estos productos se vendía en el mercado (autoconsumo). En la actualidad, la agricultura tiende a especializarse en cultivos de huerta y forrajes (prados, alfalfa, trébol, maíz forrajero), en consonancia con el desarrollo ganadero.
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b.- La ganadería es la actividad agraria principal. Se ve favorecida por el clima, la demanda urbana de leche y carne, y la escasa población rural, dado que requiere menos mano de obra.

En Galicia predomina la pequeña y mediana explotación familiar. En la fachada cantábrica, las explotaciones se han modernizado más en tamaño y equipamiento, aunque también está muy extendida la ganadería a tiempo parcial en pequeñas explotaciones.

Predomina el ganado bovino. El de aptitud cárnica, en régimen extensivo o semiextensivo, se orienta a la producción de terneros; y el de aptitud, lechera, en régimen intensivo, a la producción de leche y derivados.

c.- La explotación forestal es otra actividad importante. Se destina a la industria del mueble o a la obtención de pasta de papel.


3.- El paisaje agrario mediterráneo de interior.

Comprende ambas mesetas y la mayor parte de las depresiones del Ebro y del Guadalquivir.

El medio físico presenta un relieve llano, de elevada altitud media en la Meseta, y un clima mediterráneo contintentalizado, con escasez de precipitaciones estivales y acusados contrastes térmicos estacionales.

El poblamiento es concentrado en pueblos pequeños y próximo s en los valles del Duero y del Ebro, y en pueblos grandes y distanciados entre sí en la mitad sur peninsular. En la actualidad albergan a una población muy escasa y envejecida, debido a la fuerte emigración de épocas pasadas.

Las explotaciones son de diverso tamaño. El minifundio predomina en los regadíos del Ebro y del valle del Duero, donde se ha reducido mucho debido a la emigración y a la concentración parcelaria. La gran propiedad es característica de muchos secanos castellanos, aragoneses, extremeños y andaluces.

Los usos del suelo son agrícolas, ganaderos y forestales.

a.- La agricultura presenta claras diferencias entre las áreas de secano y de regadío.

El secano domina en los páramos y campiñas meseteñas y en las áreas no regadas de los valles del Ebro y del Guadalquivir. Practica una agricultura extensiva en campos abiertos, protagonizada por la llamada trilogía mediterránea: los cereales, la vid y el olivo.

En el pasado, los cereales, principalmente trigo, rotaban con barbecho o leguminosas y llevaba asociada una ganadería ovina que pastaba en los rastrojos. También se plantaban cultivos leñosos, como la vid y el olivo, y, en menor medida, almendros y algarrobos. Estos cultivos aparecían como monocultivo, asociados entre sí, o junto a otros aprovechamientos.

En la actualidad, el trigo ha perdido peso en favor de la cebada; y el barbecho completo se ha reemplazado por el medio barbecho, que utiliza el girasol como cultivo de descanso, o ha desaparecido gracias al uso de abonos químicos. Los cereales predominan en Castilla y León. Y junto a ellos cobran importancia el olivar y el viñedo en el valle del Guadalquivir, Castilla-La Mancha, y Extremadura; y el viñedo en La Rioja, Navarra y Aragón.
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El regadío permite practicar una agricultura más intensiva.

En el pasado, el regadío ocupaba reducidas extensiones en las vegas de los ríos y cerca de los pueblos, que producían sobre todo hortalizas para autoconsumo.

En la actualidad la extensión del regadío permite diversificar la producción con plantas industriales (remolacha azucarera, lúpulo y tabaco); forrajes (alfalfa, maíz); y frutas y hortalizas.

b.- La ganadería tiene importancia en ciertas áreas y en las dehesas occidentales.

Los rastrojos de los secanos alimentan el ganado ovino; en las áreas forrajeras regadas castellanoleonesas y andaluzas se cría bovino de leche; en el valle medio del Guadalquivir, bovino de carne y de lidia; y cerca de las grandes ciudades, porcino industrial.

Las dehesas occidentales de Zamora, Salamanca, Extremadura y Andalucía son explotaciones agroganaderas, surgidas del aclaramiento de bosques de encinas y de alcornoques. La dehesa tradicional tenía una orientación principalmente ganadera: sus pastos alimentaban a los rebaños de ovino y de porcino,y, secundariamente de bovino; parte de sus tierras se cultivaban en largas rotaciones para proporcionar alimentos y rastrojos al ganado durante la larga sequía estival; y el fruto de las encinas y los alcornoques (bellota) se usaba en la etapa final de ceba del cerdo. En la actualidad, se han introducido algunos cambios, como un mayor peso del ganado vacuno; la dedicación agrícola de algunas dehesas con mejores sueles; y la reconversión hacia otros usos, como la caza.

c.- La explotación forestal es característica de algunas áreas, como la Tierra de Pinares de Soria.


4.- El paisaje agrario mediterráneo litoral.

Comprende el litoral y el prelitoral mediterráneo.

El medio físico tiene un relieve accidentado, llano cerca de la costa y algo montañoso en el área prelitoral peninsular; y un clima mediterráneo de influencia marítima, con precipitaciones muy escasas en verano y temperaturas suaves.

El poblamiento tradicional disperso tiende a la concentración, excepto en las huertas litorales; y la población, numerosa en el pasado, es hoy reducida debido al éxodo rural.

Las explotaciones son de diverso tamaño. En las zonas de regadío predomina el minifundio. En secano, las explotaciones son pequeñas y medianas en la Comunidad Valenciana y Murcia, y medianas en Cataluña.

Los usos del suelo son principalmente agrícolas.

a.- La agricultura presenta claras diferencias entre las áreas de secano y las de regadío.

Los cultivos de secano se extienden por las zonas prelitorales montañoas o accidentadas. Están ocupados por cereales, vid, olivo y almendros.

Los cultivos de regadío se ven favorecidos por las suaves temperaturas, la elevada insolación, la protección del relieve, la existencia de suelos apropiados y una importante demanda internacional.
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Se dedican a la horticultura temprana al aire libre, a la horticultura precoz bajo plástico, a la fruticultura mediterránea (cítricos, frutales de hueso y de pepita) y a los frutos tropicales (chirimoyo, aguacate) en las hoyas de Málaga y Granada, gracias a la excepcional suavidad de los inviernos.

b.- La ganadería bovina y la porcina predominan en Cataluña estimuladas por la demanda urbana; y la ovina, en los secanos.

c.- La explotación forestal tiene escasa significación.


5.- El paisaje agrario de montaña.

Comprende los territorios montañosos por encima de los 1.000 metros de altitud.

El medio físico es desfavorable: relieve de elevada altitud y fuertes pendientes; y clima frío, con precipitaciones muy abundantes, que en invierno caen frecuentemente en forma de nieve.

El poblamiento era tradicionalmente disperso en pequeños núcleos localizados en los valles. En la actualidad tiende a concentrarse en pueblos mayores. Alberga a una población con densidad muy baja y fuerte tendencia emigratoria.

Las explotaciones son contrastadas. Coexisten pequeñas explotaciones privadas formadas por parcelas cerradas y frecuentemente separadas entre sí; con montes y praderas .

Los usos del suelo son diversos y complementarios, escalonándose en función de las variaciones climáticas : agricultura en el fondo de los valles; explotación forestal en los bosques de las vertientes; y ganadería en los matorrales y pastos de las cumbres; aunque existen diferencias según el área climática donde se localizan las montañas.

a.- La agricultura, en la montaña del norte peninsular, se practica en el fondo de los valles y se centra en cultivos de huerta. En cambio, en las montañas más térmicas de Levante, del sur y de Baleares, algunos cultivos como los almendros y olivos, ascienden por las vertientes en bancales y terrazas.

b.- La ganadería es extensiva. En las montañas del norte peninsular es bovina u ovina, y pasto en los claros de los bosques y en los matorrales y praderas de las cumbres. En la montaña mediterránea, donde suelen faltar los pastos, domina la ganadería ovina, que practica una trashumancia local entre el valle y la cima.

C.- La explotación forestal es mayor en las montañas del norte. Se centra en el aprovechamiento de la leña y de la madera de especies como el eucalipto, el castaño y el pino.









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6.- El paisaje agrario de Canarias.

Comprende el archipiélago canario. El medio físico se caracteriza por un relieve volcánico accidentado y un clima cálido todo el año, con precipitaciones escasas e irregulares en las zonas bajas.


El poblamiento es disperso laxo, constituido por pequeñas agrupaciones de casas y aldeas diseminadas. Los pueblos son generalmente pequeños. En ellos, la población se encuentra en retroceso debido a la atracción ejercida por las actividades del sector terciario, como el turismo.

Las explotaciones son reducidas en las medianías y grandes en los regadíos costeros.

Los usos agrarios del suelo son escasos y principalmente agrícolas.

a.- La agricultura es muy contrastada.

En las áreas litorales predomina el monocultivo de regadío orientados a la exportación (plátano, tomate, patata extratemprana), los cultivos bajo plástico (pepino, pimiento, flores), y las nuevas plantaciones tropicales (papaya, mango, piña, aguacate).

En las medianías del interior predomina el el policultivo de secano, orientado al consumo interno, y basado en la vid y las papas. El trigo, que tradicionalmente rotaba con barbecho o papas, ha reducido notablemente su extensión.

b.- La ganadería ovina y la caprina son reducidas por la escasez de pastos, y están asociadas a la agricultura.

c.- La explotación forestal ha aprovechado la madera de los pinares y la del fayal-brezal y la laurisilva para el carboneo, la construcción y los soportes de los cultivos. Fin Ud 10.





7 06/03/17

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